Son muchos los que desestiman la utilidad de los zoos. Sobre todo desde hace algunos años, cuando el bienestar animal ha pasado a ocupar el centro de incontables discusiones de animalistas y expertos. De hecho, esta es la última premisa de la campaña de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), de Alemania, donde se observa a un gorila en un zoo escuchando I want to break free, de la mítica banda Queens.
“En los zoos los simios solo pueden soñar con la libertad”, es la frase que acompaña la producción.
Malabo, un gorila de 200 kilos que vive cautivo en la Casa de Campo, en el zoo de Madrid, y en el que fácilmente se pudieron haber inspirado para la campaña de PETA, agredió a su cuidadora el pasado domingo 27 de septiembre. Lo hizo cuando le servía el desayuno. Las causas todavía no se conocen, pero el comportamiento del animal encendió algunas alarmas entre ciertos animalistas. Creen que la violencia que presentó se debe al hartazgo del encierro.
Tras el ataque, la cuidadora, de 46 años de edad, se encuentra ingresada en un hospital y presenta varios traumatismos.
Aïda Gascón, directora de la organización AnimaNaturalis, cree que ante esta y otras situaciones es un buen momento para plantear la idea de pasar de los zoos y avanzar hacia un modelo de conservación más ético.
Un mejor modelo de zoo para centrarse en el bienestar animal
Durante los últimos años algunas asociaciones de protección animal como InfoCircos, ZooXXI e InfoZoos han promovido iniciativas para acabar con el uso de animales con fines de entretenimiento. Proponen sacarlos de los circos porque el maltrato animal es visible. Una medida que han tomado mejor que con los zoos.
Aunque la mayoría se opone a que se eliminen estos espacios, incluso algunos defensores de animales, proponen que se realice una reconversión de ellos. Aïda Gascón añade que, aunque el maltrato animal que se da en los circos es más visible, los animales que están en los zoos también sufren los embates del cautiverio.
Respecto a los zoos, a diferencia de lo que ocurre con los circos, existe una ley estatal que debería asegurar que estos lugares cumplen con funciones de conservación, educación e investigación de las especies exóticas. Esta es una idea que defienden quienes se oponen a la eliminación de estos espacios.
Sin embargo, el coordinador de la coalición que vela por el cumplimiento de las normas de los zoológicos, InfoZoos, Alberto Díez, reconoce que tan solo unos pocos están cumpliendo realmente con esta función de conservación y recuperación de las especies.
Las asociaciones de protección animal que han documentado el comportamiento de los animales en cautiverio durante años en los zoos han descubierto que la mayoría de ellos desarrolla zoocosis. Se trata de un daño mental asociado a la cautividad que puede hacer que cometan automutilaciones y que sufran fuertes niveles de estrés que pueden ocasionarles la muerte. Esto, además de que también existe el “culling”, una práctica que se sigue en la mayoría de los zoos, que consiste en matar animales sanos debido a asuntos de gestión.
La idea es que se reformulen estos espacios y se conviertan en una herramienta más de protección animal. Que sean lugares de conservación de especies para luego reintroducirlas en su hábitat natural, eliminando, así, el lucro comercial con ellas.
La conservación de las especies
Uno de los temas que se ha discutido sobre la conservación de las especies es su preservación en sus lugares de origen. Es decir, los leones deberían quedarse en África, los tigres en Asia y así con todos.
Sin embargo, Díez hace una advertencia. Esta es una propuesta que podría funcionar si en cada zoo de los países cuentan con los recursos suficientes para su mantenimiento; “pero el problema es que normalmente estos lugares carecen de fondos suficientes para satisfacer las demandas científicas».
En medio de estas variables surge el «rewilding», una de las líneas de estudio de conservación que se ha ido fortaleciendo con el paso de los últimos años. Se trata de una práctica que consiste en reconectar a los animales con su entorno. Se liberan en espacios amplios, naturales, cercados y con mínimo contacto humano. Este modelo todavía no ha terminado de asentarse. Pero mientras sigue vigente la posibilidad de que ocurra, los animalistas siguen luchando por una legislación enfocada en la protección de los animales. Una justa y separada del entretenimiento.
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