Antes de que llegaran los turbulentos meses del comienzo de la pandemia, la última persona a la que Adriene Mishler, la celebridad del yoga en YouTube, abrazó fue una desconocida. Una mujer que pudo o no haber rozado su coche. Era viernes 13 de marzo y el hecho ocurrió cuando Mishler se dirigía a su casa, en Austin, Texas, EE UU.
Una conductora de un sedán raspó el costado de su coche, pero no se detuvo. La experta en yoga la siguió. No quería reprocharle la conducta, tampoco le importaba el papeleo del seguro. Solo pretendía tener una conversación sobre la importancia de la bondad y la responsabilidad en un momento de turbulencia global y local.
Mientras manejaba trazó la conversación en su mente. Perdió el automóvil en medio de la persecución, pero minutos después lo vio fuera de una tienda. Mishler se bajó de su coche y salió para examinar el otro. Tenía daños por el raspón. Siguió a la conductora al interior de la tienda. Dentro, le preguntó si le había chocado su coche, pero la mujer lo negó. Mishler dudó. Quizás se había confundido y siguió a la persona equivocada. Luego la mujer le dijo que le gustaban muchos sus vídeos de Yoga. Se dieron un abrazo y se separaron.
«Yoga with Adriene»
Adriene Mishler comenzó a publicar videos de yoga en YouTube en el año 2012 con el nombre Yoga with Adriene. Lo hizo como parte de un proyecto con su socio comercial, Chris Sharpe, a quien conoció en el set de una película de terror. Mishler se formó como actriz.
Entre los dos filmaron algunas sesiones discretas y las publicaron en la plataforma. Por ocho años continuó subiendo videos, amplió su contenido para que todo tipo de personas pudieran participar. «Yoga para el sufrimiento», «Yoga para personas mayores», «Yoga para patinadores», «Yoga para la diabetes», yoga para todo. La lista fue creciendo y también su carrera.
Comenzó a dar giras internacionales para impartir clases. También es embajadora de Adidas y tiene su propia tienda en línea donde se pueden adquirir productos con su lema «Find what feels good» (Encuentra lo que sienta bien). Su video con más visualizaciones tiene 30 millones y es la instructora de yoga más popular de YouTube.
Probablemente es la instructora de yoga más popular de Estados Unidos y posiblemente la figura de yoga más destacada desde Ram Dass. Aunque siente que no encaja en la categoría en auge de influenciadores de YouTube ni en la categoría en auge de influenciadores de bienestar.
La mayoría de su contenido es gratuito y para seguir sus prácticas solo se necesita un tapete. Contrario a lo que han hecho algunos de sus compañeros principales con influencia de YouTube, esta maestra del yoga de 36 años de edad no se ha burlado de las víctimas de suicidio, no se pintó el rostro de negro y tampoco fingió un secuestro para llamar la atención. Es mas bien una guía, una maestra.
Su video más visto, publicado en 2013, comienza con una imagen alegre: ella sentada frente a unas ventanas que dan a árboles frondosos. Presenta una secuencia para principiantes y a lo largo de todo el video ofrece palabras de consuelo, de calma y al mismo tiempo de ánimo. Es paciente y al final del audiovisual, felicita a la audiencia por haber logrado finalizar con éxito.
Contenido distinto, de refugio y que se ha transformado con la pandemia
Lo que actualmente se conoce como yoga viene de una larga tradición que se ha ido transformando con el tiempo. Mishlet no es la única que lo practica y lo enseña. Sin embargo, unas de sus propuestas de valor la diferencian de muchas otras entrenadoras. Se centra en la gentileza y la libertad. Quien quiera practicar yoga no debe ser juzgado.
Quizás por eso atrae a personas fuera del perfil generalizado de un practicante de yoga. En uno de sus vídeos, «Yoga para el trabajo manual», recibió comentarios de personas que se identifican como instaladores de tuberías, mineros, conserjes, albañiles, electricistas y otros trabajadores de la construcción. Todos le daban las gracias por sus enseñanzas y como sus prácticas hacían que se sintieran mejor.
Su contenido, por definición, es para personas que buscan refugio. Sin embargo, el carácter excepcional de este 2020 también ha influido en cómo la audiencia percibe sus vídeos y lo que esperan de sus enseñanzas. Durante los primeros 3 meses de la pandemia, el equipo de Mishler vio un aumento en los números, pasaron de un promedio de 500.000 a 1,5 millones de visualizaciones por día.
En los comentarios, los usuarios pedían videos sobre trabajar desde casa y lidiar con el insomnio. Mientras, Mishler seguía innovando. En Halloween publicó un video en el que se aplicó pintura para cadáveres en el rostro y lo llamó «Yoga para cuando te sientes muerto por dentro». Los comentarios que recibió funcionaron como un termómetro emocional mundial.
Algunas personas comentaron que se sentían muertas por dentro «la mayor parte del tiempo» y otras indicaron que justo acababan de salir de una hospitalización por la COVID-19, por lo que estaban «literalmente muertos».
Su crecimiento y comunidad
El camino que recorrió Mishler para llegar a ser quizás la instructora de yoga más famosa de Estados Unidos no fue corto. Después de dejar la escuela secundaria se certificó como instructora de yoga. También aprovechó algunas lecciones actorales que luego se convirtieron en esenciales para sus vídeos. Aprendió a conocer su cuerpo y también su psicología.
Fue así como tiempo después emprendió uno de sus primeros trabajos de enseñanza de yoga en un pequeño teatro de Austin. El comienzo fue lento, pero se fue desarrollando bien, muchas personas asistían a la clase, pero todo terminó cuando el teatro perdió el contrato de arrendamiento. Entonces tuvo que cambiar sus clases a la modalidad virtual.
Ahora la práctica de Mishler la siguen millones de personas. Su enseñanza es atlética, un poco desespiritualizada, pero crea un espacio importante para tomarse el tiempo de reencontrarse a sí mismo. Honrar el cuerpo, disfrutar de un momento sin responsabilidades.
Lo que hace es diferente sobre todo porque, en términos de la industria, no está optimizado para la monetización. Su director de operaciones asegura que al año rechazan entre 250.000 y 500.000 dólares en anuncios. Por ahora se gana la vida tranquilamente con los anuncios de YouTube, aunque se niega a publicarlos en medio de sus videos. Su comunidad está llena de gratitud y de actitud positiva. Quienes se van sumando se adaptan a esa dinámica y todo fluye de manera muy orgánica.
El autodescubrimiento y el bienestar desde casa
Adriene quiere crear un espacio en el que no solo sea seguro que las personas practiquen, también quiere alentarlas a que se compromentan con su propio autodescubrimiento. Esto en lugar de solo hacer algo que es bueno porque dicen que es bueno.
Lo que quiere es que las personas no se sientan alejadas de sí mismas al ver sus videos. Que se abracen, que entiendan que es una alternativa amorosa y acogedora que también se puede lograr desde casa, y sí, con la guía a través de la pantalla de un computador.
Lo que quiere ofrecer es que las personas sean capaces de encontrar consuelo por sí mismas. Sin perfeccionismo, sin ropa cara, sin ego. Que lo encuentren en sus casas, sin estar rodeadas de otros estudiantes, sin audiencia y sin la mirada de ningún instructor. Que las personas puedan entender que es posible encontrar bienestar así sea en medio de una pandemia y sin poder salir de casa.
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