Un grupo de 344 escolares secuestrados hace una semana por combatientes del grupo yihadista Boko Haram fueron rescatados por las fuerzas seguridad que los ubicaron y rodearon en el estado de Katsina. El gobernador provincial Aminu Masari dijo que aún no han determinado cuánto siguen cautivos. Los escolares serán sometidos a exámenes médicos para constatar su estado de salud y entregados a sus padres, que se han mantenido en vela en el patio cubierto del plantel.
Se estima que los islamista radicales se llevaron casi 400 estudiantes de la Escuela de Ciencias del Gobierno en Kankara en una operación de la guerrilla de Boko Haram. Los jefes la denominaron el acto terrorista como una acción contra la educación occidental y sus valores individuales, que consideran ofensivos al islam.
Decenas de familias en duelo se han reunido en la escuela desde el día del secuestro. Demacrados por la falta de sueño y cansados rezan y claman al cielo para que sus hijos sean devueltos sanos y salvos. También exigen respuestas sobre cómo el grupo yihadista , pudo haberse aventurado tan lejos de sus bastiones en ese remoto rincón del noroeste de Nigeria y apoderarse de sus hijos.
Renace la pesadilla de Chibok
Ha pasado seis años desde que el secuestro de 276 escolares en Chibok encendió la campaña mundial #BringBackOurGirls. Ahora, la nación más poblada de África encara otra vez la pesadilla de un secuestro masivo. Ahora son más de 300 niños de un internado para niños en Katsina, al noroeste de Nigeria.
El líder del grupo yihadista Boko Haram, Abubakar Shekau —el responsable del secuestro de Chibok— dijo el martes que era el autor de esta nueva operación. Anunció que había secuestrado a los escolares para castigarlos por «prácticas no islámicas».
Los funcionarios locales dijeron que 333 de los 800 estudiantes de la escuela estaban desaparecidos y se suponía que cautivos. La cifra podría marcar uno de los secuestros masivos de escolares más grandes de la historia. Se han enviado aviones de vigilancia nigerianos y drones estadounidenses sobre el extenso bosque, donde los sobrevivientes dicen que los captores los obligaron a marchar.
Senadores, celebridades y líderes de la oposición nigerianos han reaccionado con horror al anuncio del líder de Boko Haram. Miles están haciendo correr la voz en las redes sociales con un nuevo hashtag: #BringBackOurBoys.
En búsqueda de respuestas
Las madres y padres de los niños se preguntan cómo pudo pasar esto. Varios han dicho que el gobierno debe negociar. Piden que les den a los terroristas lo que quieran para que sus hijos puedan volver.
Este hecho se produce cuando el Gobierno de Nigeria sigue insistiendo en que las insurgencias del país están «técnicamente derrotadas». Pero la realidad es que la fuerza terrestre más grande de África, un fuerte aliado del contraterrorismo de Estados Unidos, lucha por contener una rebelión yihadista de diez años que se ha convertido en un complejo conflicto.
Boko Haram ha expandido su influencia del noreste al noroeste negociando alianzas con redes criminales fuertemente armadas. La provincia separatista del Estado Islámico de África Occidental (ISWAP) ha sido rejuvenecida por la ayuda del Estado Islámico (ISIS).
Las facciones yihadistas nacidas en Nigeria ahora controlan cientos de kilómetros cuadrados en cuatro países alrededor de la cuenca del lago Chad. Una encrucijada de África donde los ejércitos de Estados Unidos, el Reino Unido y Francia tienen bases o brindan entrenamiento a fuerzas especiales.
En todo el norte de Nigeria, los militantes han estado avanzando. Han tomado docenas de bases militares más pequeñas y llevándose las armas. Desde julio de 2018 hasta ahora ha sido el periodo más mortífero para el personal de seguridad de Nigeria que cualquier otro momento en el conflicto de una década.
Una tarea difícil
El gobernador de Katsina, Amino Bello Masari, dijo que el número estimado de niños desaparecidos podría ser de cerca de 400. Agregó que las autoridades habían identificado el sitio donde se encontraban y lograron poner en marcha un plan de rescate que resultó exitoso
Los cuerpos de seguridad interceptaron la comunicación entre los secuestradores y que los niños habían sido separados en tres grupos. La región está salpicada de aldeas y pequeños asentamientos, lo que dificulta distinguir militantes y rehenes de agricultores o pastores nómadas. El Ministerio de Defensa de Nigeria efectuó una minuciosa operación de búsqueda y rescate. Los soldados y oficiales de inteligencia estaban peinando el área con la ayuda de aviones de vigilancia estadounidenses.
Los gobiernos del Reino Unido y Francia también han ofrecido apoyo aéreo. Pero desde el aire solo pueden ofrecer una ayuda muy limitada sobre el extenso bosque de Rugu. La densa formación vegetal se extiende por tres estados y cientos de kilómetros. Diciembre es el final de la temporada de lluvias, cuando el dosel es más intrincado.
Con Chibok, Shekau y su grupo demostraron que pueden ejecutar operaciones de secuestro masivo, ocultar a los cautivos y llamar la atención de los medios de comunicación y aprovecharlos para negociar.
Un caso sin resolver
Los esfuerzos de ahora recuerdan la búsqueda aérea liderada por Estados Unidos para tratar de hallar a las más de 200 colegialas secuestradas en 2014. Entonces, funcionarios de inteligencia estadounidenses con base en Ramstein, Alemania, analizaron miles de horas de imágenes transmitidas desde drones Global Hawk que volaban sobre Sambisa, un bosque en el noreste de Nigeria.
Durante tres años, las naves no tripuladas recorrieron un vasto bosque de la región boscosa. Sin embargo, solo vieron a un gran grupo de mujeres jóvenes que se creía que eran las rehenes de Chibok mientras estaban sentadas debajo de un árbol. La imagen llegó a ser conocida como «el árbol de la vida».
Los funcionarios estadounidenses y del Reino Unido concluyeron que sería demasiado peligroso atacar, porque Boko Haram podría usar a las niñas como escudos humanos. No obstante el presidente Muhammadu Buhari dijo que la ubicación de los niños había sido determinada y que el ejército estaba intercambiando disparos con los captores.
El secuestro de Kankara es solo el último ataque a gran escala que ha asolado Nigeria en las últimas semanas. A finales de noviembre, Boko Haram secuestró y luego masacró a unos 70 agricultores en la aldea de Zamabari, en el estado de Borno. La semana pasada, el grupo mató a 28 personas y quemó 800 casas en una aldea al otro lado de la frontera en el sur de Níger.
El secuestro en la escuela es especialmente embarazoso para Buhari, un nativo de Katsina que se encontraba en su aldea local de Daura, a menos de 150 millas de distancia, en el momento del ataque. Un ex general que gobernó brevemente Nigeria en la década de 1980 como dictador militar, regresó al poder al ganar las elecciones de 2015 con la promesa de restablecer la seguridad en el norte tras el secuestro de Chibok.
En Kankara, los residentes que votaron abrumadoramente para reelegir a Buhari para un segundo mandato en 2019 ahora están hirviendo de ira y dolor. La mezquita central ha ampliado su horario de apertura para que los lugareños puedan extender más oraciones por el regreso seguro de los niños. Cuando los funcionarios locales llegaron para dirigirse a los padres el martes, la policía lanzó gases lacrimógenos para repeler a las multitudes que se burlaban.
Se requiere de acciones urgentes
La campaña #BringBackOurGirls declaró que recibió la noticia del secuestro de Kankara «con un temor predecible». Les preocupa la «aparentemente interminable pesadilla de la serie de secuestros de escolares». El grupo pidió a Buhari que despidiera inmediatamente a sus jefes militares y revisara toda la arquitectura de seguridad del país.
A algunas de las familias y funcionarios les preocupa que el gobierno no recupere a los niños rápidamente. Boko Haram podría tratar de adoctrinarlos y reclutarlos. La mayoría de los secuestrados son de tercer año, los de 15 y 16 años, porque sus dormitorios están más cerca de la entrada.
El mundo se ha centrado en los secuestros de mujeres y niñas de alto perfil de Boko Haram. Pero el grupo islamista ha robado un número mucho mayor de niños. Son más de 10.000, según grupos de derechos humanos y desertores.
Boko Haram ha reclutado a niños desde los primeros días de su insurgencia. Primero los selecciona como espías y correos. Luego pasan a la movilización de primera línea, según el ejército de Nigeria y Human Rights Watch.
Un gran alivio para Nigeria y el mundo
El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, dio la bienvenida a la liberación de los estudiantes y describió su regreso seguro como «un gran alivio para sus familias, el país y la comunidad internacional».
“El gobernador, Aminu Bello Masari, y el ejército trabajaron muy duro. Tan pronto como obtuve la información, los felicité. Las Fuerzas Armadas conocen su trabajo. Han sido bien entrenados y debidamente motivados”, expresó.
Los terroristas de Boko Haram colgó en la web un video en los que mostraba a algunos de los niños secuestrados. Las imágenes, con el logotipo de Boko Haram, mostraban a decenas de niños agrupados bajo un árbol, desaliñados y exhaustos. Un adolescente, que hablaba en inglés y hausa, dijo que estaba entre los estudiantes secuestrados por una banda perteneciente al líder de Boko Haram, Abubakar Shekau.
El niño hizo demandas en nombre de sus captores. Pide el cierre de todas las escuelas que no siguen las enseñanzas del Corán y el retiro de las tropas gubernamentales enviadas para encontrar a los niños.
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