La República de Sajá es un distrito federal ruso, que se sitúa en el Lejano Oriente, muy cerca del círculo polar Ártico. Su capital es Yakutsk, una ciudad con unos 300 mil habitantes y es famosa en el mundo entero por ser la ciudad más fría del planeta.
Sus temperaturas mínimas pueden llegar a alcanzar los -50 ºC, por lo que no todo el mundo está capacitado para vivir en esta gélida ciudad, en la que se han llegado a encontrar cadáveres de mamuts realmente bien conservados.
Historia
Su historia comenzó cuando el pueblo túrquico de los sajá, a quienes también se les conocía como yakutos, emigraron a esta zona en los siglos XIII y XIV, viniendo de todas partes del mundo gracias al levantamiento militar de los mongoles.
En 1632, Pyort Béketov fundó la ciudad, aunque no fue construida verdaderamente como tal, hasta el descubrimiento de oro y otros minerales en Siberia, a finales del siglo XIX.
Oscilaciones de temperatura
Yakutsk tiene una de las oscilaciones de temperatura más marcadas del mundo. La diferencia entre las mínimas y las máximas a lo largo del año son muy altas.
Los meses que van de mayo a septiembre son los únicos que tienen temperaturas por encima de los cero grados y se pueden llegar a alcanzar los treinta grados.
Debido a esto, cuando todo el hielo acumulado durante el año se derrite, la mayoría de los accesos a la ciudad se convierten en un lodazal.
Todo se llena de barro y los conductores pueden llegar a quedar atrapados varios días. Incluso, en algunas ocasiones los habitantes de la ciudad han llegado a recibir alimentos vía aérea.
La vida en Yakutsk
En general, las autopistas pueden llegar a ser una trampa mortal, ya que si tenemos una avería en el vehículo durante los meses de invierno podemos llegar a morir por congelación antes de ser rescatados.
Los habitantes de la ciudad más fría del mundo han aprendido que en los meses de invierno deben pasar el menos tiempo posible expuestos a la intemperie.
Para ello, las autoridades de la ciudad crearon y han perfeccionado una gran red de túneles peatonales que permiten a toda la población recorrer toda la ciudad sin salir a la superficie.
Este sistema es de gran utilidad para la gente que quiera recorrer Yakutsk a pie, pero sin exponerse a tan extremas temperaturas.
Cuando los termómetros alcanzan los -52 ºC, se suspenden todas las clases y los estudiantes deben quedarse en sus casas.
Los obreros que trabajan al aire libre, como en el caso de la construcción, están obligados a parar su actividad cuando el mercurio alcanza los cincuenta grados negativos.
El frío extremo hiere la piel y llega a comprometer la respiración. La mayoría de los trabajadores se dedican a la minería, ya que Yakutsk es un importante centro minero, que produce el 20% del comercio mundial de diamantes.
Así pues, en medio de un importante movimiento minero de diamantes, se encuentra la ciudad más fría del planeta.
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