Por Iñigo Aduriz
05/03/2016
Una importante mayoría parlamentaria volvió este viernes a tumbar las opciones para investir al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno. Tras el rechazo de Mariano Rajoy, el socialista era el candidato escogido por el Rey para intentarlo pero, ante su inédito fracaso, el escenario vuelve a estar abierto a otras opciones. El líder del segundo partido en número de votos sólo ha conseguido uno de los objetivos que perseguía cuando, en su reunión del 2 de febrero, le mostró a Felipe VI su disposición a optar a la investidura: que empiecen a correr los plazos y que se inicie la cuenta atrás para unas nuevas elecciones.
Tras el revés de Sánchez se abre un periodo de tan sólo ocho semanas en el que los partidos deberán intensificar las negociaciones para lograr la conformación del nuevo Ejecutivo. Si no, será previsiblemente el 2 de mayo cuando el Rey disuelva las Cortes y el Gobierno en funciones convoque las elecciones previstas para el 26 de junio.
La hoja de ruta de los próximos días estará marcada por la nueva ronda de negociaciones que deberá abrir el monarca. Yolanda Gómez, catedrática de Derecho Constitucional de la UNED, recalca que «lo que procede, porque es mandato constitucional, es que Felipe VI reinicie el procedimiento y haga nuevas propuestas» para la Presidencia del Gobierno. Insiste en que el monarca no puede estar estos dos meses parado, ni puede dilatar los plazos. «El Rey está obligado a hacer esas propuestas porque así lo prevé la Constitución», apunta.
El calendario
Como candidatos de la primera y la segunda fuerza política en votos, Rajoy y Sánchez siguen siendo los aspirantes con opciones para tratar de buscar que la negociación llegue a buen puerto. Felipe VI podría optar por uno de ellos, o incluso por un tercero, en el caso de que él creyera que puede lograr un mayor consenso. «El hecho de haber declinado o de haber tenido una investidura fallida no impide que se vuelva a proponer a uno o a otro», explica la catedrática de la UNED.
En su opinión, el Rey, tras reunirse con Patxi López, establecerá un calendario «similar» al que marcó las negociaciones nada más celebrarse las elecciones. Así, aunque la normativa no pone límite al número de sesiones de investidura que podrían celebrarse en estos dos meses, ella calcula que, como mucho, y ateniéndose a los plazos, podrían tener lugar «dos o tres».
En este escenario el todavía vecino de La Moncloa es el que parte con mayor desventaja, a tenor de la actitud que mantienen hacia él el resto de partidos. Si algo ha quedado claro esta semana durante la sesión de investidura es la soledad del también líder del PP. Tan sólo recibió elogios y alabanzas por parte de los diputados de UPN y Foro Asturias, cada uno con un representante.
Las estrategias que vienen
La estrategia del PP de las próximas semanas consistirá en tratar de forzar a Ciudadanos a respaldar la investidura de Rajoy, aunque parece difícil que éste vaya a aceptar una segunda oferta del Rey, en el caso de que se produzca, si mantiene el mismo criterio que le llevó a desistir de la primera, en enero. Porque los populares, aunque representan a la fuerza más votada, tampoco suman mayoría. Y Albert Rivera ha dejado esta semana clara su intención de romper con el presidente den funciones reclamando al PP que opte por otro candidato. Esa, la elección de un sucesor o sucesora de Rajoy, se presenta pues como la única opción para que los populares accedan al Gobierno evitando los comicios.
A pesar de su fracaso inicial, Pedro Sánchez tendría más opciones, si bien el escenario al que se enfrenta sigue siendo complicado. Encima de la mesa está el acuerdo de gobierno alcanzado con Ciudadanos, pero que ha caído en saco roto ante el contundente ‘no’ que se le ha dado en el Congreso de los Diputados. Necesita más apoyos, pero ni los de Rivera apoyarán un Ejecutivo en el que entre Podemos, ni los de Pablo Iglesias quieren respaldar el pacto ya existente, ni votarán a favor del líder del PSOE si éste no se compromete a integrarlos en su Gobierno de una manera proporcional.
El PSOE no quiere un pacto de izquierdas si éste implica sumar también a fuerzas independentistas. Y a Sánchez le toca cortejar de nuevo al PNV, socio en Euskadi y al que creía convencido a favor de su investidura, pero que también ha votado ‘no’ en las dos votaciones de esta semana. Los nacionalistas vascos no han querido sumarse a un acuerdo suscrito con Ciudadanos, formación claramente antinacionalista y que apuesta por suprimir el Concierto vasco. Aunque el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, no descartaba nada el miércoles, durante su intervención en la Cámara Baja. «Todo se puede armar», dijo.