Por: Cambio16
02/11/2016
El retiro de la losa de la tumba de Cristo efectuada por un grupo de arqueólogos en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, Israel ha despertado el interés de miles de creyentes de todo el mundo. Los trabajos que realiza el grupo de expertos permitiría explicar varias dudas históricas sobre un lugar que es considerado por millones de personas como sagrado.
En un artículo publicado por el diario ‘El País‘, el sacerdote retirado, periodista y escritor español Juan Arias, considera que muchos cristianos temen que los científicos logren descifrar algún misterio especial en la tumba de Jesús, como por ejemplo, encontrar su cadáver en dicho lugar. «¿Qué ocurriría si así fuera?», plantea Arias. «¿Se tambalearía, en dicho caso, la fe de los seguidores del cristianismo, la mayor religión monoteísta del mundo con más de dos mil años de historia?»
La resurrección
En un hipotético caso de que esto ocurriera, afirma Arias, de seguro peligraría la teoría de la resurrección de Jesús, uno de los pilares fundamentales de la religión cristiana, pues según cita el autor las palabras de Pablo de Tarso, el apóstol postizo, «si Cristo no resucitó, vana es nuestra esperanza». Esto iría en contra de la creencia oficial apoyada por el Vaticano, que defiende la resurrección de Jesús en ‘cuerpo y alma’.
A pesar de ello, mucho teólogos de la actualidad consideran que la resurrección de Cristo es en realidad un acto simbólico que defiende la idea de que al morir, el espíritu continúa viviendo. Esta teoría se alimenta de la afirmación de que los cuatro evangelios que describen los últimos momentos de la vida de Cristo y su muerte cuentan con muchas contradicciones que ponen en duda la verdad de algunos de estos hechos.
Debido a ello, considera Arias, la nueva teología es más prudente y prefiere defender la tesis de la resurrección simbólica. De ser así, los resultados que obtengan los arqueólogos en la iglesia del Santo Sepulcro serían irrelevantes.
Tras cinco siglos
La lápida original del lugar donde la tradición cristiana sitúa la tumba de Jesús quedó al descubierto por primera vez en cinco siglos después de que un equipo de expertos griegos haya retirado la losa que la cubría desde tiempos de Bonifacio de Ragusa en el siglo XVI.
“Bonifacio cubrió la tumba con la lastra actual”, explicó el franciscano fray Artemio Vítores, quien fuera custodio adjunto de Tierra Santa y que agrega que, al mover la lastra, “ahora se ha visto de nuevo la piedra original”.
El descubrimiento forma parte de los trabajos de renovación hechos esta semana en el Santo Sepulcro en Jerusalén, a cargo de Antonia Moropoulou, profesora de la Universidad Nacional Técnica de Atenas, y que están en marcha desde junio pasado.
La última vez que se pudo ver la losa original de la tumba de Jesucristo fue en 1555, durante unas obras ordenadas por el entonces custodio, Bonifacio de Ragusa.
Fue éste quien ordenó cubrirla con una losa para protegerla y pidió “una partida en dos para que pareciera inservible y no la robaran”,sostiene Vítores, quien prepara un libro sobre la historia del lugar más santo para el cristianismo, situado en el corazón de la ciudad vieja de Jerusalén.