Por Borja Rodrigo
08/10/2016
Llegó el nuevo curso universitario y con él las becas, unas ayudas que beneficiaron el pasado año a más de 323.000 alumnos, la mayoría de ellos puede que curtidos en trámites y papeleos, aunque a más de un novato, como ocurre estos meses, le entraron sudores a la hora de pensar en cómo solicitarla.
El nuevo real decreto sobre becas que se aprobó el pasado julio no ha traído cambios sustanciales en los requisitos que se establecieron para ser becario ya en la época en la que era ministro José Ignacio Wert, como tampoco varía lo que atañe a las fracciones en que se percibe: matrícula, parte fija y variable.
Sí hay variaciones en el presupuesto inicial -incluye tanto las becas de carácter universitario como las de no universitario-, que este curso es de 1.146.524,60, un 0,2% más que el pasado curso, según el informe Datos y cifras del Sistema Universitario Español 2016 del Ministerio de Educación.
Sin embargo, que «la cifra aumente no es sinónimo de que también lo haga la cuantía que recibe cada estudiante», lamenta a Efe el presidente de la Federación de Asociaciones de Estudiantes Progresistas (Faest), Alejandro Delgado, quien asegura que las actuales cuantías medias «no son suficientes para cubrir las necesidades del alumnado».
Según el citado informe de Educación, en el curso 2013-2014 la cuantía media recibida en los niveles universitarios fue de 2.093,05 euros (excluyendo la beca de matrícula) frente a los 3.117,55 euros del curso 2012-2013, el último año en que estuvo vigente el anterior sistema de becas.
La convocatoria actual, que está abierta hasta el próximo 17 de octubre para el alumnado universitario, establece que todo becario está exento de pagar los créditos matriculados por primera vez.
Por otro lado, la fórmula que fija qué estudiantes -además de estar exentos de pagar el precio público de los créditos- tienen derecho a recibir la parte fija o variable, depende del umbral en el que queda incluida la renta de la unidad familiar del alumno.
Si es beneficiario de la parte variable (60 euros mínimo), un algoritmo que pondera la nota media y la renta familiar es el que fija la cuantía que obtiene, y a mejor nota y menos ingresos, mayor beca.
Pero esta fórmula no convence a muchos, como señala el presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), Carles López, quien critica que con esa fórmula «se dejó de igualar las condiciones entre estudiantes para premiar a aquellos con mejor expediente».
En cuanto a la parte fija, los estudiantes con menos ingresos reciben la conocida como «beca renta» (1.500 euros), y aquellos que se muden de su domicilio habitual, reciben la «beca residencia» (1.500 euros).
Los beneficiarios de beca con domicilio familiar en la España insular o en Ceuta o Melilla, y que se vean en la necesidad de utilizar transporte marítimo o aéreo para acceder al centro docente, dispondrán de 442 euros más.
Pero no todos los estudiantes tienen asegurado ser becarios, puesto que desde que comenzó a aplicarse el nuevo sistema de becas deben cumplir una serie de requisitos académicos.
Recordamos: aquellos que se matriculen de primer curso deberán haber obtenido una nota de acceso a la Universidad superior al 5,5 para optar a la beca de matrícula, y como mínimo de 6,5 para hacerlo al resto de partes, tal y como se establece en el texto de la convocatoria de becas generales del curso 2016/2017.
Para los matriculados en segundo y posteriores cursos los requisitos varían teniendo en cuenta la nota media y el número de créditos que el alumno aprobó en el año anterior.
Así, por ejemplo, un alumno que se matricule en segundo de Periodismo debe tener superados el 90% de los créditos del anterior curso y contar con una media superior al 6,5, contando sólo las asignaturas superadas, para que no te quiten la beca.
Las becas que dan las propias universidades, las fundaciones, las entidades bancarias y otras asociaciones diversas también son una buena opción a tener en cuenta para poder sufragarse los estudios en la Universidad.