China es el país de mayor GDP después de Estados Unidos. En lista: EE UU, 23 trillones; China, 17,8 trillones; Japón, 5 trillones; Alemania 4,6 trillones; Reino Unido, 3,2 trillones; y Rusia 1,8 trillones; Rusia es la decimotercera economía del mundo y su principal socio comercial es China.
La estimaciones de Freedom House desde 2006 son demoledoras: el 75% de la población mundial no vive en libertad. Solo un 25% vive en democracias liberales: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, gran parte de América Latina y Europa; Japón, la India, Indonesia y Australia viven bajo modelos bipartidistas o multipartidistas. El mundo registra una unipolaridad autocrática y su único exponente es China, su partido comunista y un agresivo capitalismo de Estado.
Objetivos rusos en el conflicto
Rusia desea recuperar y fortalecer su vapuleado prestigio geopolítico. Una ilusión restauradora de la vieja URSS. Ucrania representa un valor histórico, estratégico, económico y de seguridad regional. La salida al mar Negro a través de los puertos de Crimea [Sebastopol] y Odessa [Ucrania]. La economía agrícola, energética y minera y las plantas nucleares de Ucrania son las joyas de la corona que desea controlar Putin. ¿Estaría China -su máximo aliado comercial- dispuesta a apadrinar el expansionismo a su pupilo?
Gran parte del viejo telón de acero forma parte de la OTAN o está en proceso de incorporarse: Georgia, Bosnia Herzegovina, Croacia y Ucrania. Sin embargo, la OTAN -liderada por Estados Unidos y Alemania- no ha podido articular una relación económica como la de Rusia y China. En los últimos años, Putin y Xi Jinping se han reunido 30 veces y han podido reconstruir una arquitectura político-económica. No olvidemos que China sigue teniendo en la mira a Hong Kong, Taiwán y el mar Chino.
Mientras China y Rusia avanzan en sus procesos de dominio, la OTAN, la UE, estados Unidos y el resto de Occidente [disminuido y debilitado en su modelaje democrático y liberal] va a un paso más y burocrático. Amanecimos en guerra, en invierno, y sin un líder visible en Europa. Macrón en elecciones, sin Merkel y Biden recién llegado.
La dependencia de europea de la energía rusa va del norte de Macedonia a Rumania. Solo Alemania, Austria, Italia, Checoslovaquia o Polonia tienen una dependencia promedio de un 46% del gas ruso. Finlandia 94%, y Hungría 40%. No contar con estos suministros es frío, inflación, quiebre y paralización industrial. Igualmente, Rusia enfrenta inmensos retos. Su agresión ha fortalecido la credibilidad del presidente Zelenski, la necesidad de cooperación y reunificación de la OTAN y la voluntad de Occidente de organizarse en bloque. Las sanciones han funcionado. Un error de cálculo de Putin que China observa.
China, el viejo de la película
La economía de la OTAN tiene un valor de 1,2 trillones, liderada por EE UU, Canadá, Alemania, Italia, Francia, España, Turquía, Polonia y Países Bajos. Apenas 850 billones del resto del mundo (China, India, Japón, Corea del Sur, Brasil, Irán, Israel, Australia, Arabia Saudita y Rusia). China supera a EE UU en exportaciones a la UE, Ucrania, Rusia y la mayor parte de países asiáticos; asimismo, mantiene un intercambio comercial con Estados Unidos de 700 billones; un balance superior al de EE UU y con la UE [220 billones], China y la eurozona [300 billones], más China y Rusia [112 billones]. ¿Arriesgará Xi Jinping su alcance económico, comercial, geopolítico y financiero [a tiro de convertirse en la economía más fuerte del planeta], por ayudar a Rusia?
China ha manejado una diplomacia moderada y discreta. Recientemente Xi Jinping dijo que la guerra de Rusia y Ucrania era una pena y había que parar sus atrocidades. Esta tendencia podría convertir a China en el actor ideal para negociar una tregua en Ucrania con Rusia.
La desaceleración económica representada en países como la India 7,7%, Indonesia 5,7%, China 5,2%, Arabia Saudita 4,6%, Canadá 4,2%, Italia 4,1%, [Mundo 4%], Reino Unido 3,8%, [Eurozona 3,7%], EE UU 3,5%, Alemania 3,4%, Rusia 3,2%, Japón 3,1%, Turquía 2,5% México 2,0% Sudáfrica 2,0%, Brasil 0.0%, con China como el main hub [eje central] del engranaje económico mundial [la fábrica del planeta], la coloca como el país-árbitro ideal.
En medio de sanciones, suspensiones SWIFT [que conecta 11.000 instituciones financieras en el mundo, 32 millones de mensajes diarios, 50% de los pagos transfronterizos globales de alto valor]; reservas nucleares, inflación, elevados costos de energía, desmontaje comercial de Rusia y China hace de Xi Jinping un protagonista crucial. China, a fin de cuentas, es una de las economías más afectadas por una escalada del conflicto.
Una guerra con los días contados
Rusia con sus 17.075.400 km2 -desde el enclave de Kaliningrado hasta el estrecho de Bering- abarca 170 de los 360 meridianos del planeta y no puede atender sus demandas logísticas [comida, suministros], bloqueada.
China cuenta con el leverage político y económico para nivelar apetencias y salir como el gran líder. No es la guerra de Occidente vs. Oriente sino de Rusia vs. el resto del mundo.
Es cierto que Rusia y China han tenido choques difíciles por la división chino-soviética [1960] que Nixon trató de consolidar 12 años después. Y siguen existiendo tensiones en Asia Central, África y el Ártico. Putin sabe de las asimetrías económicas y de la creciente influencia geopolítica de China. Pero al decir de Ana Palacios, Rusia y China no necesitan ser aliados perfectos para que su relación altere el orden internacional. China tiene el testigo en la mano. Más que EE UU, la OTAN o el propio Putin. Los días de esta guerra están contados Ni Rusia la aguanta, el mudo liberal se levanta y China no la tolera, no le conviene.