Si el mundo no consigue limitar el calentamiento global y rebasa los 1,5 °C, es alto el riesgo de que muchas especies fundamentales para el planeta se extingan. Los pingüinos, frailecillos, el mono ardilla de cabeza negra del Amazonas y otras especies enfrentarán problemas como la pérdida de hábitat y la inseguridad alimentaria, según un nuevo estudio de la WWF sobre los efectos del cambio climático en 12 especies esenciales en todo el mundo.
En el Reino Unido, los efectos del calentamiento global, que ya ha alcanzado más de 1 °C por encima de los niveles preindustriales, ya pueden verse. Por ejemplo, a las liebres de montaña de las Tierras Altas de Escocia les crece el pelaje blanco para camuflarse en invierno, pero la nieve se derrite antes, antes de que su pelaje vuelva a ser marrón, dejándolas expuestas a los depredadores.
Informe de WWF revela las especies en riesgo
Si bien el calentamiento de 0,5 °C por encima de los niveles actuales puede parecer no tan grave, el informe de la WWF encontró que los efectos serían dañinos para una amplia variedad de especies. Los leopardos de las nieves, hipopótamos, monos y ranas, tortugas marinas y corales serían los más afectados. Por su parte, las tortugas laúd son sensibles incluso a los pequeños cambios de temperatura, ya que el sexo de la tortuga se determina mientras el huevo se incuba en la arena: una arena más caliente significa más hembras y menos machos, y puede significar que los huevos no lleguen a nacer.
El informe también examina el destino del mono ardilla de cabeza negra del Amazonas, que vive en una llanura inundable. Una sola gran inundación, del tipo que se prevé que sea más frecuente con 1,5 °C, podría acabar con toda la población.
No termina allí, los intereses comerciales de todo el mundo también se verán amenazados si las temperaturas exceden el límite. Un ejemplo de ello son las plantaciones de café, y es que casi el 90% de las plantaciones de café arábica de Sudamérica podrían dejar de ser aptas para el cultivo en 2050.
Los impactos del cambio climático ya se sienten
Para Mike Barrett, director ejecutivo de ciencia y conservación de WWF, la crisis climática se está sumando a una enorme pérdida de vida silvestre. Los datos reflejan que las poblaciones mundiales de vida silvestre ya se han desplomado en un 68% desde 1970. «La naturaleza es nuestro sistema de soporte vital, y su continua destrucción no sólo está devastando la vida silvestre y las comunidades locales, sino que está creando un planeta más caliente y menos estable, poniendo en riesgo nuestra propia supervivencia», señala.
Muchos creen que es una amenaza lejana, pero los impactos del cambio climático ya se están sintiendo. Barret insiste que si no actuamos ahora para mantener el calentamiento global en 1,5 °C «nos deslizaremos cada vez más rápido hacia la catástrofe».
Para impedir que el calentamiento supere la barrera, WWF sugiere en su informe que es fundamental proteger los hábitats vitales. «Cuanto más se despoje a los paisajes de su vegetación y de sus complejas ecologías, más rápido se afianzará la crisis climática». Como ejemplo, señala que los entornos marinos degradados y contaminados hacen que los mares puedan absorber menos carbono, la deforestación destruye los sumideros de carbono y la desecación de las turberas y los humedales libera más dióxido de carbono en el aire.
Los gobiernos deben reforzar sus compromisos
Tanya Steele, directora ejecutiva de WWF, dijo que los líderes mundiales deben aprovechar la oportunidad de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (Cop26), que se celebrarán en Glasgow en noviembre, para construir un futuro más verde y más justo, uno con la naturaleza en el centro.
Aunque muchos países como el Reino Unido o Estados Unidos ya han prometido fuertes recortes de las emisiones para 2030, según las estimaciones, en su conjunto seguirían provocando un aumento de 2,4 ºC a finales de este siglo. «Los ministros también deben reconocer el papel vital de la naturaleza para ayudar a conseguir un mundo de 1,5C y aumentar urgentemente los esfuerzos para proteger y restaurar la naturaleza en el hogar», argumenta Steele.
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