POR ANDRÉS TOVAR
01/07/2017
Pocos lugares en Europa pueden competir con el apetito famoso ecléctico e inagotable de Madrid para la vida nocturna. “Salir” en España es una forma de vida. Requiere práctica y compromiso para desarrollar la resistencia necesaria para durar a través de la noche. La «marcha» aquí no se toma a la ligera y el World Pride 2017 lo sabe, por eso ha inundado las calles de Madrid con más de dos millones de visitantes que están girando a la ciudad en una nueva dimensión.
Y para este sábado, la fiesta promete llegar a su cima: los organizadores prometen desde ya que la manifestación del Orgullo LGTBI «más grande del mundo» -asistida por 3.500 efectivos entre policías y personal de emergencias- será recordada por mucho tiempo. Los participantes recorrerán dos de las vías más céntricas y conocidas de la ciudad, los paseos del Prado y Recoletos, con el lema reivindicativo «Por los derechos LGTBI en todo el mundo». Y para exigir también que los transexuales dejen de ser considerados personas enfermas.
Justo a continuación discurrirá un gran desfile festivo, en el que participarán 52 carrozas. La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y el colectivo Gay de Madrid (Cogam), organizadores de este acto central del Orgullo 2017, esperan un millón de personas, lo que harían de ella la manifestación del Orgullo LGTBI «más grande del mundo».
Al encuentro asistirán representantes de los partidos políticos, de los sindicatos, de ONG y asociaciones de Derechos Humanos, del Gobierno, de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid y del Parlamento Europeo. Igualmente se prevé la presencia de personalidades de varios países e instituciones internacionales de Australia, Canadá, Estados Unidos, Suiza, Grecia, Italia y Alemania, entre otros. Será el cierre de una jornada marcada por un programa denso de actividades variadas.
Los caminos conducen a Chueca
Después de casi cuatro décadas de gobierno conservador y autocrático, la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 ascendió a un nuevo amanecer para España. Este cambio desencadenó directamente un renacimiento cultural. Casi inmediatamente, Madrid fue barrida por una transgresora y liberal revolución social que dio origen a la famosa Movida, un movimiento contracultural alimentado por una revuelta colectiva que se extendió por todo el país. El recién descubierto entusiasmo que definen esos días influenciados casi todos los aspectos de la vida -desde la música a la ola de desnudez se evidencia en el cine español- un fenómeno conocido como el destape – que fue de lo reivindicativo a lo profano, de las drogas hasta la lucha para asegurar los derechos civiles para los segmentos más marginados de la población, especialmente las mujeres-.
Paralelos y algo distanciados del centro de atención, pero igualmente efervescente, la comunidad homosexual estableció su propio bastión, no demasiado lejos de los barrios más comúnmente asociados con La Movida, en una zona céntrica de la ciudad que lleva el nombre del compositor Federico Chueca. Poco queda de la primera generación de clubes subterráneos, oscuros y clandestinos homosexuales, algunos recuerdan sus nombres legendarios.
Aunque es evidente su orgullo por sus raíces, Chueca ha experimentado una transformación dramática en el nuevo milenio. Se ha convertido en uno de los barrios más de moda y más caros de Madrid, a la vez que se erige como uno de los mayores barrios de la comunidad LGBT en Europa. Las escenas de drogadictos y ladrones de poca monta han sido «gentrificadas» con gente de barba perfectamente recortada y el pelo cuidadosamente gelificado que comparten las calles estrechas entre locales y turistas de todo el mundo, atraídos por el ambiente progresivo y las opciones de comida suntuosas, lugares como el mercado de San Antón a la barra de sidra tradicional.
Cada año en junio, Chueca irrumpe en una celebración franca, colorida y bastante notable que ensalza la camaradería y cualidades de vecindad de la muy unida, aunque tremendamente diversa comunidad. Esta es la génesis del Gay Pride – Fiesta del Orgullo – que durante mucho tiempo ha sido adoptada por la comunidad como la fiesta favorita. Y por otros también, quizá porque a los madrileños les encanta una gran fiesta.
De allí la trascendencia del World Pride 2017, una fiesta mundial y a la vez tan madrileña: alegre, inclusiva, de respeto, tolerancia y cosmopolitismo; características que en Madrid se encienden sin ayuda. Eso en sí mismo ya es un orgullo… el orgullo del orgullo.