El World Freedom Forum será uno de esos momentos en los que la verdad toma forma y se convierte en una piedra indestructible que, lanzada con fuerza, puede asestar un durísimo golpe a una mentira que han querido convertir en oficial y a unos dogmas sanitarios que conducen a la esclavitud
En estos días se afinan los últimos detalles de lo que será el mayor evento europeo que, según los organizadores, intentará dar el golpe final a la gran mentira que nos han hecho vivir en el último año y medio. Los principales expertos y profesionales críticos de la doctrina oficial, se encontrarán codo con codo en un congreso mundial [1] para ofrecer su visión y experiencia de lo que ha ocurrido y está ocurriendo en el mundo a raíz de la así llamada pandemia Covid-19.
La dimensión del evento pareció al principio algo imposible de realizarse: 30 invitados provenientes de todos los continentes (algunos de ellos con estrictas medidas de seguridad). Fueron muchos retos: la logística, dificultada tanto por las restricciones sanitarias como por los intentos de sabotear la iniciativa; la organización de un equipo profesional de grabación, traducción y transmisión del evento en directo. Finalmente, estos y muchos más retos han sido superados gracias al trabajo y a la dedicación de un equipo organizativo que ha ido creciendo gracias a la implicación de colectivos y voluntarios en el proyecto.
Ahora, a pocos días del comienzo del evento, se necesita que los activistas, voluntarios, interesados y críticos de la narrativa oficial hagan un último pequeño esfuerzo, por el bien de la Humanidad.
Este Congreso marcará un antes y un después en la percepción, por parte de la mayoría de la ciudadanía, de la información divulgada por los gobiernos, las opacas organizaciones internacionales, los medios y la industria farmacéutica.
Las trabas y los problemas encontrados —y superados a lo largo de estas semanas de preparación del Forum— han disparado los costes. La organización ya tiene claro que solo con las suscripciones no se cubren. Desde la organización, se lanza un llamamiento a la acción, que cada persona que no se vea representada en la narrativa oficial de los medios, y que en algún momento ha sentido más afinidad con el mensaje de alguno de los múltiples e internacionalmente reconocidos ponentes, se implique personalmente y haga una donación. Aunque pequeña, será sumamente importante para el éxito del World Freedom Forum. También te pedimos que contribuyas a la difusión de la iniciativa de microfinanciación para que tus amigos y vecinos, colegas y asociados, colaboren.
Si fuese un congreso convencional de médicos, biólogos o cualquier otro colectivo influyente y prestigioso, los enormes costes de organización los cubriría la industria farmacéutica, a cambio de su influencia en las ponencias, la escogencia de los temas y su tratamiento.
No se trata de un congreso al uso. Los organizadores han tenido claro que no querían ningún tipo de financiación o ayuda que pudiese devenir en unas indeseadas limitaciones a la libertad de expresión de los ponentes.
Por esta razón es tan necesaria la implicación de todos los interesados en que, en las mesas, además de hablar de medicina, biología y derecho, se dé esa química tan necesaria entre los ponentes para que este movimiento crítico mundial se desvele y se expanda. Mucha gente busca respuestas que no encuentran en los medios, en la política y en la ciencia oficial.
Los organizadores sienten que le deben este evento a la Humanidad. Ha llegado el momento de que se levante el telón y se conozcan las mentiras y los engaños que se han propagado en este último año y medio.
Era imprescindible que, por fin, una parte importante de la Humanidad tuviese donde gritar alto y claro su disconformidad con el “nuevo orden mundial” impuesto deprisa y corriendo por la mayoría de los gobiernos.
Un espacio, aunque virtual, donde nuestras libertades y nuestros derechos no puedan ser reprimidos en aras de una nueva normalidad que nos quiere convertir en ovejas de rebaño.
Primero nos han aterrorizado con una programación masiva de película de terror. Nos han obligado a quedarnos encerrados en casa durante meses. Nos han hecho creer que con la mascarilla el virus no se propagaba o lo hacía solo en determinadas horas. Han intentado convertirnos a cada uno de nosotros en seres infecciosos e infectantes o peligrosísimos asintomáticos. Nos han inculcado que un abrazo de nuestros hijos a sus abuelos habría significado su muerte.
Gracias a este clima de terror premeditado, han podido aprobar leyes que limitan nuestras libertades fundamentales, como la de circulación, de expresión (¿cuántos médicos vilipendiados por tener una opinión diferente?), de manifestación, de relacionarse con quién y cómo nos dé la gana.
Hemos transferido y renunciado a estas libertades a cambio de una presunta seguridad sanitaria, donde ni el riesgo está aclarado, ni las medidas draconianas aplicadas convencen de su eficacia.
Nos han obligado a confiar ciegamente en el dogmatismo científico, donde unas pruebas de laboratorio cada vez más abstractas y absurdas tienen preferencia sobre la experiencia de miles de médicos, biólogos y enfermeros con sus pacientes. Nos han inducido a tener fe en las farmacéuticas más allá de cualquier razonable duda y están inyectando en la población una terapia génica experimental de la que desconocemos por completo los efectos a medio y largo plazo (y las previsiones no son para nada esperanzadoras, vistos los efectos que están apareciendo a corto plazo).
En el caso de que se llegara a reconocer la peligrosidad del 5G, siempre nos quedaría la opción del apagado de las antenas, pero ¿y con las vacunas? No hay vuelta atrás, no hay posible apagado.
Este Forum va a ser el primer ruidoso puñetazo de nuestra disconformidad en la mesa.
No importa que seamos la minoría: existimos y no vamos a renunciar a nuestra humanidad sin antes haber luchado por ella. Personalmente, como activista en la difusión de los peligros del 5G, siento la necesidad de volver a un debate amplio y honesto, y no sesgado por los filtros distorsionantes de los medios oficiales, en cuestiones tan cruciales, como la tecnología 5G y la experimentación vacunal, para nuestra propia existencia como especie.
La gente debe poder hacerse una opinión escuchando la gama más amplia de información posible, y no solamente la que es más cómoda para la élite.
Escucharemos a profesionales del sector médico que en estos tiempos oscuros no han dudado en expresar alto y claro su disconformidad con la verdad de Estado sobre la pandemia. En algunos casos han pagado hasta con su puesto de trabajo por su firmeza en la crítica.
Tendremos a biólogos que, primeros entre los profesionales, deberían tener derecho de hablar respecto a una epidemia viral, y que en cambio han sido aislados porque su visión de la biología (o sea “estudio de la vida”) se aleja demasiado del frío cientificismo dogmático de los virólogos, nuevos sacerdotes de la fe transgénica.
Participará también una delegación de abogados que, en este año y medio, se han volcado a la protección de los derechos humanos de la minoría crítica que no ha querido someterse a leyes injustas, inicuas, estúpidas y contradictorias, lanzadas en fin de semana, sin apenas debate en el Parlamento, cuando no estaba cerrado del todo por pandemia.
No faltarán en este colectivo los impulsores de la acción conocida como segundo Juicio de Nuremberg en contra de todos los que están detrás de la estafa de la pandemia, empezando por el doctor Christian Drosten, que falsificó el protocolo de pruebas PCR que se han empleado en todo el mundo para justificar las medidas adoptadas.
No he querido explicitar ningún nombre en especial, ya que todos son de primaria importancia. Los invito a visitar la lista completa de ponentes[4].
El World Freedom Forum será uno de esos momentos en los que la verdad toma forma y se convierte en una piedra indestructible que, lanzada con fuerza, puede asestar un durísimo golpe a una mentira que han querido convertir en oficial y a unos dogmas sanitarios que conducen a la esclavitud.
La población se da cuenta de que algo no cuadra en la dictadura silenciosa y que alguien ha de decirlo.
Muchos ciudadanos se sienten insignificantes frente a semejante monstruo. Pero no olvidemos que sus pies son de barro y nosotros caminamos firmes y con la cabeza alta y, sobre todo, con una verdad a nuestras espaldas que nos hace libres y dignos de ser humanos.
Por esta razón, siento que debo apoyar plenamente el esfuerzo apasionado y encomendable de la organización del Foro Mundial de la Libertad, y me hago eco de su llamamiento a la acción para que cada persona no alineada con la narrativa oficial se convierta en copatrocinadora, haciendo una donación y contribuyendo a la difusión y al éxito del evento [2].
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