El pasado fin de semana estaba pautada una visita del secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo a Corea del Norte con la finalidad de actualizar el estado de las negociaciones de paz entre Washington y Pyongyang, pero se canceló porque recibió una carta con «contenido beligerante» del país asiático.
La carta, enviada por el vicepresidente del partido que lidera Corea del Norte, llegó a las manos de Pompeo. Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, el contenido del mensaje revelaba dudas sobre las conversaciones. Habrían advertido que las negociaciones entre Washington y Pyongyang sobre la desnuclearización «podrían desmoronarse», reseñó CNN.
«Estados Unidos aún no está listo para cumplir con las expectativas (norcoreanas) en términos de dar un paso adelante para firmar un tratado de paz», indicó CNN.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a Pompeo que no asistiera a la reunión tras leer el contenido de la carta. El riesgo de que los avances de paz entre ambos países se desmoronen está presente.
Si se truncan las conversaciones entre Washington y Pyongyang, se prevé que Corea del Norte podría retomar las actividades nucleares.
Camino hacia la paz entre Washington y Pyongyang
Después de que la incesante disputa mediática entre Donald Trump y su homólogo coreano, Kim Jong-Un, encendieran las alertas de una posible tercera guerra mundial, los líderes hicieron esfuerzos para llegar a un consenso.
Washington y Pyongyang organizaron una cumbre para que se encontraran los líderes. La reunión fue en Singapur el pasado 12 de junio. El estrechón de manos entre ambos jefes de Estado representó una buena noticia para la paz mundial. En esa instancia, Jong-un se comprometió a hacer avances importantes por la desnuclearización. Correspondiéndole, Trump manifestó intenciones de flexibilizar las sanciones en contra del país norcoreano.
Antes de la reunión, Corea del Norte dio muestras de querer avanzar en el proceso. Desmantelaron un centro de pruebas nucleares y liberaron a un par de agentes americanos detenidos en suelo asiático. Sin embargo, después de la reunión, estas intenciones no se han manifestado en un progreso en la desnuclearización.
Tras cancelar el viaje de Pumpeo, Trump reconoció que su esfuerzo por lograr la desnuclearización de Corea del Norte se estancó desde que se celebró la cumbre. En relación, altos cargos en los cuerpos de inteligencia y defensa de Estados Unidos han expresado dudas sobre la disposición de Kim Jong-un a abandonar sus armas nucleares. «No esperaban que el viaje de Pompeo arrojara resultados positivos», reseñó Reuters.
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Los intereses de Kim Jong-un
Además de que al líder norcoreano no le interesa desatar una guerra nuclear, hay otros motivos por los que propició el acercamiento entre Washington y Pyongyang. La relación entre Estados Unidos y Corea del Sur, enemigo histórico de Corea del Norte, es bastante estrecha.
El ejército estadounidense tiene bases en Corea del Sur. En consecuencia, han ensayado en numerosas oportunidades ejercicios cerca de la frontera con Corea del Norte. Esta situación preocupaba a Kim Jong-un. La posibilidad de una invasión de sus enemigos del sur junto con la milicia de Estados Unidos era un riesgo muy grande.
Ante este panorama, Corea del Norte ha manifestado que es necesario reducir tensiones en la península coreana. Para lograrlo, considera que el fin de la guerra es el camino más viable.
Por otro lado Estados Unidos ha dejado claro que la única manera en la que las tensiones se dispersarán, es a través de la desnuclearización coreana. Frente a esta negativa, Trump ha mostrado su disposición de imponer sanciones aún más severas a Pyongyang.
Dado el contexto actual, el mundo está a la expectativa de lo que suceda con las relaciones entre Washington y Pyongyang.
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