Por Mariola Castell / Fotografía: Quique García
Comprar y vender. Vender y comprar. No hay nada de novedoso en ello. En la calle, en establecimientos, o incluso a través de la prensa, escrita. Pero hacerlo con una aplicación móvil, a coste cero, sin intermediarios entre usuarios y de manera geolocalizada sí, y se llama Wallapop. Miguel Vicente, Gerard Olivé y Agustín Gómez, CEO de la empresa (en la foto), están detrás de ello.
El pulso que la tecnología y los smartphones echaron hace unos años a los medios tradicionales fue uno de los puntos de inflexión. La revolución de los anuncios clasificados tal y como se conocían hasta entonces sembró la idea. Se trataba de trasladar estos anuncios al mundo online aprovechando las funcionalidades del móvil y explotando al máximo la geolocalización: los productos aparecen por cercanía al lugar desde donde se busca, facilitando la gestión a la hora de poder comprar en persona.
Los creadores de esta aplicación se conocieron cinco años antes del lanzamiento -el estreno fue en octubre de 2013- en la creación de Antai, una incubadora de proyectos de la que nació Wallapop, que contó con el apoyo de fondos de capital riesgo y grupos de comunicación como Atresmedia. “Esto nos ha permitido crecer rápidamente y que el proceso de internacionalización haya sido muy rápido”. La empresa está presente ya en España, Francia, Inglaterra, Portugal, la Costa Este de Estados Unidos y México.
Casi de todo –incluso algún inmueble o clases particulares de inglés– es lo que uno puede encontrar en el muro de productos de la aplicación. Es lo más parecido a un zoco, versión 2.0; incluso en el regateo, aquí, a través de un chat. Eso sí, nada de comida, animales, medicamentos o armas. Otro de los puntos fuertes de la plataforma es el “concepto discovery”, porque muchos usuarios “no buscan nada en concreto, entran a ver qué hay”, explica Vicente.
Las cifras acompañan a Wallapop. Cada usuario gasta una media de 200 euros y la manera de monetizar este negocio basado en transacciones es la misma que antaño, es decir, recalcando, previo pago, ciertos anuncios del muro. “La industria de los clasificados siempre ha sido rentable y tiene mucha capacidad de generar ingresos gracias a los destacados y a la publicidad”, subraya Vicente.
El catálogo no tiene límites. Cada día se añaden más de 50.000 productos a su muro. Más allá de los buenos datos, el principal objetivo es consolidar su cuota de mercado y apuntalar la expansión. “Estamos centrados en crecer y eso ya supone un reto importante”.
Éxito de descargas
No ha sido la crisis, sino las posibilidades que ofrece la tecnología lo que ha impulsado el nacimiento y crecimiento de Wallapop. La afirmación de Miguel Vicente, uno de sus fundadores, viene acompañada de datos: cuatro millones de usuarios, ocho millones de referencias de productos en catálogo y un volumen diario de 5 millones de euros en transacciones entre usuarios.
Además, la app española se ha mantenido en el top 10 del ranking de las más descargadas para los sistemas operativos iOS y Android.