La UE, como bloque de naciones, se muestra firme en su lucha contra la emergencia climática: leyes, organismos regulatorios y compromisos ambiciosos copan su Hoja de Ruta Verde. Sin embargo, el número de vuelos de jets privados aumentó un 64 % en 2022, hasta alcanzar los 572.806 desplazamientos anuales en Europa.
Las emisiones de los aviones privados no dejan de crecer y el año pasado se duplicaron, causando 3,3 millones de toneladas de CO2. Es decir, el equivalente a las emisiones anuales de dióxido de carbono de 555.000 habitantes medios de la UE, revela estudio encargado por Greenpeace.
Los vuelos privados tienen emisiones significativamente más altas por pasajero que cualquier otro medio de transporte estándard. Según Transport and Environment, los jets privados son de 5 a 14 veces más contaminantes por pasajero que los vuelos comerciales. Y 50 veces más contaminantes que los trenes.
El 55 % de los vuelos en jets privados en Europa en 2022 fueron cortos o ultracortos de menos de 750 km, que podrían haberse realizado en tren o ferry sin suponer grandes aumentos en su duración. Con todo este marco Greenpeace ha pedido la prohibición de los jets privados y acaba de lanzar una petición mundial para contar con el apoyo de la ciudadanía.
Según el estudio, España ocupa el cuarto lugar en la lista de países de la UE con más vuelos realizados en jets privados el año pasado, con 45.633 vuelos. Alrededor del 8 % de todos esos vuelos en Europa partieron del territorio español.
Se multiplican los vuelos privados en Europa
El análisis realizado muestra que los vuelos de jets privados en Europa tuvieron mayor actividad en algunos países. Por ejemplo, con salida desde España han pasado de 26.2390 en 2021 a 45.633 en 2022, lo que supone un incremento del 74 % en un solo año. Por su parte, las emisiones de CO2 han aumentado de 126.786 toneladas en 2021 a 243.851 toneladas en 2022.
El de Palma fue en 2022 el aeropuerto de España con más tráfico de aviación ejecutiva seguido por el de Ibiza. Ambos ocupan el puesto noveno y décimo de Europa respectivamente por número de movimientos en 2022. De Palma partieron 7.932 vuelos privados y le siguieron los aeropuertos de Ibiza y Madrid-Barajas con 6.606 y 6.237 vuelos privados cada uno. Entretanto, la ruta Ibiza-Palma se situó entre las 10 que mayor tránsito de aviones tuvieron en 2022 dentro de la Red de Eurocontrol.
“El mundo se enfrenta a una crisis energética mundial que amenaza el sustento de millones de personas y a una crisis climática cada vez mayor. Ya es hora de que acabemos con los aviones privados como el medio de transporte más desigual y más contaminante. La prohibición de los aviones privados sería una buena señal de justicia para la ciudadanía europea en el contexto de la actual emergencia climática”, considera Cristina Arjona, coordinadora de la campaña de movilidad de Greenpeace España.
Derroche de combustibles y mayores emisiones
La investigación, realizada por la consultora medioambiental holandesa CE Delft, revela que los países con más vuelos en jets privados en Europa en 2022 fueron Reino Unido, Francia, Alemania y España.
Los tres destinos más populares en Europa fueron Niza (Costa Azul), París y Ginebra. Y las tres rutas más transitadas París-Londres, Niza-Londres, París-Ginebra, dos de las cuales incluso tienen conexiones alternativas directas en tren de menos de 3,5 horas y múltiples servicios al día. Las alternativas en tren para rutas de menos de 100 kilómetros son incluso más numerosas.
Algunos ejemplos son las rutas entre Maastricht y Lieja, de 32 minutos en tren. La que une Bruselas y Amberes puede sustituirse fácilmente por un viaje en tren de entre 40 y 50 minutos. La ruta entre Niza y Cannes podría reemplazarse por el tren con un trayecto de unos 30 minutos. Un viaje en tren de unos 40 minutos podría sustituir los vuelos entre Ámsterdam y Róterdam. Una conexión directa en tren entre Ginebra y Chambéry tarda alrededor de 1 hora y 19 minutos. El viaje en tren entre Zurich y Basilea dura alrededor de 1 hora, indica el informe.
Los jets privados y las emisiones que producen no están actualmente regulados en la UE. Y están excluidos de la legislación de la UE que debe abordar las emisiones de gases de efecto invernadero. A pesar de que son la forma de transporte más contaminante, derrochadora de energía y menos equitativa por pasajero y kilómetro.
Además, en la actualidad la práctica de la recarga de combustible en la navegación aérea está exenta de impuestos.
Piden reducir los vuelos en distancias cortas
En 2018 el 50% de todas las emisiones de la aviación fueron causadas por solo el 1 % de la población mundial. Mientras tanto, el 80 % de las personas del mundo ni siquiera han volado nunca mientras soportan el peso de la crisis climática. Luchando contra olas de calor extremas, inundaciones y sequías cada vez más más frecuentes y peligrosas causadas por las dañinas consecuencias de las emisiones de los jets privados y la aviación.
“En un contexto en el que se ha pedido a la ciudadanía que ahorre energía siempre que sea posible, los ricos siguen permitiéndose un derroche excesivo de energía moviéndose en vuelos de jets privados por toda Europa que nos impulsan hacia el desastre climático. Si los gobiernos quieren tomarse en serio la reducción de las emisiones de CO2 los aviones privados deben prohibirse. E implantar un sistema de transporte justo”, sostiene Klara Maria Schenk, responsable de transportes de la campaña “Movilidad para Todos” de Greenpeace UE.
Asimismo indica que “el alarmante crecimiento de los vuelos en jets privados es totalmente contrario a todos los estudios. Que nos dicen que debemos reducir las emisiones de CO2 para evitar un desastre total”.
El nuevo informe del IPCC muestra de forma más clara que tenemos que reducir urgentemente el consumo excesivo de combustibles fósiles. Más del 60 % del petróleo utilizado en el mundo se destina al transporte. Es urgente bajar inmediatamente el transporte impulsado por combustibles fósiles. Empezando por prohibir los jets privados ultracontaminantes que derrochan energía y no aportan ningún valor a la sociedad mientras perjudican el clima, el medio ambiente y la salud.