La violencia urbana está desatada en Francia desde el pasado sábado. Emboscadas a la policía, una escuela incendiada, disparos a quemarropa entre otras situaciones se registran en los suburbios de París y otras ciudades de Francia. La violencia es producto de la tensión económica y social que generan las medidas de confinamiento total.
Los disturbios parecieran ser un llamado al Estado, a las autoridades y al presidente de la República, para que consideren cómo el confinamiento afecta a los grupos más vulnerables. Personas que dependen de la actividad económica diaria para generar ingresos y adquirir productos.
Violencia urbana a destajo
Explica el alcalde de Clichy-sous-Bois, Olivier Klein, que la crisis no es solo sanitaria, sino también social. Para muchos quedarse en casa y no trabajar – así sea en actividades informales- significa un incremento en la escala de problemas. Las medidas de confinamiento empeoran la situación de los barrios pobres, donde los bancos de alimentos han multiplicado el reparto de víveres.
Y es justamente en los barrios pobres donde la violencia urbana está haciendo estragos. En Genevilliers incendiaron una escuela primaria. En Villeneuve-La-Garenne, un hombre resultó herido, luego de que la moto que conducía chocara contra un vehículo de la policía.
Los testigos afirman que la policía abrió intencionalmente la puerta para que el motociclista chocara contra el vehículo. El miércoles se lanzaron diferentes proyectiles y artefactos pirotécnicos contra las patrullas policiales. Ese mismo miércoles hubo nueve detenciones.
También se registraron incidentes de violencia policial, testigos afirman que un joven recibió ocho disparos por negarse a ser requisado. Los vecinos de los barrios pobres dicen que quieren ser iguales, pero que se les trata como ciudadanos de segunda categoría. Mientras que si se es árabe, negro o musulmán el trato empeora.
Desprecio a la autoridad
A la tensión económica y social producto del confinamiento, se suma el desprecio de las pandillas hacia la policía de Francia. Por ejemplo, los residentes de Villeneuve-la-Garenne quieren hacer justicia para el motociclista que resultó herido en el choque con la policía.
El hombre de 30 años resultó herido de gravedad. En una pierna tuvo fractura abierta y en la otra tuvo una fractura de fémur. El joven está bajo control judicial, pues ha sido condenado en 14 ocasiones, especialmente por tráfico de drogas. Ha estado varias veces en prisión y ha sido multado tres veces por violar el confinamiento.
Mientras la violencia urbana va minando los suburbios en Francia, el ministro del Interior, Christophe Castaner, señaló que los actuales disturbios no se comparan con los de 2005 y que no hay un «nivel de severidad excepcional». Sin embargo, reconoció que la violencia se pica y se extiende.
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