Desde 2016 todos los 19 de junio se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos. Para julio de 2018, un Alto Tribunal Militar de la República Democrática del Congo condenó a cadena perpetua de por vida a Fredéric Batumike y a 11 individuos más por violencia sexual y crímenes de lesa humanidad contra 37 niñas en Kavumu, Provincia de Kivu del Sur. La impunidad llega a su ocaso.
This 19th June Shanti Mohila invites survivor groups from around the globe to share with what they are doing to eliminate CRSV. Join the Mukwege Foundation and Legal Action Worldwide by saying #Wearewithyou #sema #crsv @mukwegefoundation @legalactionworldwide #standwithsurvivors pic.twitter.com/2W5vyLZG7a
— Mukwege Foundation (@MukwegeFound) 13 de junio de 2019
Violencia sexual en conflictos es una táctica de guerra que facilita el acceso a ventajas territoriales, políticas y económicas. Abarca violaciones, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazos forzados, esterilización forzada contra mujeres, hombres y niños relacionados directa o indirectamente con el conflicto.
Ostracismo, problemas de salud, pobreza, embarazos no deseados y limbos jurídicos son algunas de las consecuencias de este flagelo global.
Amenaza la paz y seguridad global
En su mensaje para las Naciones Unidas en este día, António Guterres – secretario general ONU – señala que la violencia sexual en los conflictos amenaza la seguridad y la paz mundial. Por eso, la última década ha mostrado diferentes avances en esta materia.
En este Día para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, @ONUMujeres exige medidas de prevención, respuesta, justicia y rendición de cuentas para las sobrevivientes de este crimen atroz. https://t.co/qvcHQM1bfa pic.twitter.com/Vz5VKvTY0c
— Naciones Unidas (@ONU_es) 19 de junio de 2019
Enjuiciamiento a los responsables, reformas legales para garantizar la protección de los supervivientes y testigos, servicios integrales para la rehabilitación económica y social de las víctimas, códigos de conducta para las fuerzas de seguridad son algunos de estos avances.
No obstante la violencia sexual como arma de guerra continúa. Esto exige una mentalidad global que reconozca, rechace y denuncie sin corta pistas estos delitos.
Un caso ejemplar e histórico es el de las mujeres en Guatemala que decidieron romper el silencio. En 2016, dos responsables de violencia sexual enfrentaron un juicio en ese país.
“Hay algo tan importante que hay que subrayarle a Guatemala que puede ser un ejemplo para otros países es la aplicabilidad de la justicia en términos objetivos que han hecho juezas, que han hecho fiscales, pero mujeres fiscales. Entonces esto ha permitido realmente en combatir la impunidad política, porque estaban impunes realmente en donde creyeron que jamás les iba a alcanzar la justicia» Otilia Lux de Cotí, Comisionada de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico).
Esclavitud sexual y doméstica
Elena, víctima de violencia sexual a los 12 años, fue una de las 97 testigos por genocidio en este juicio. Los dos militares responsables de estos crímenes fueron condenados a 360 años de prisión.
93% de los crímenes durante el conflicto en este este territorio fueron cometidos por el ejército. 88% de las víctimas eran mayas. El 68% de las víctimas tenía entre 18 y 60 años, 35% eran menores de edad.
De acuerdo a El País (2016) estos dos militares – coronel retirado Esteelmer Reyes Girón y el excomisionado militar Heriberto Valdéz – eran responsables de someter a esclavitud sexual a mujeres mayas. Primero, el ejército o grupos paramilitares secuestraban y desaparecían los esposos de estas mujeres.
Luego, ellas eran secuestradas para lavar y cocinar en los cuarteles, además, de satisfacer el apetito sexual de los soldados.
En el marco del Día Internacional para Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos, reconocemos el coraje y perseverancia de las mujeres de Sepur Zarco y la familia Molina Theissen. Su valentía ha abierto caminos para mujeres víctimas de violencia del pasado y presente pic.twitter.com/81ejCUEWNL
— OACNUDH Guatemala (@Oacnudh_GT) 20 de junio de 2018
Desplazados y violencia de género
Según el informe del secretario general ONU 2018 en cuanto a violencia sexual, la raíz de este problema se encuentra en la desigualdad de género.
Millones de mujeres violentadas en tiempos de guerra se ven estigmatizadas dentro de sus comunidades marginándolas a un mundo de pobreza en el cual sus hijos pueden incluso no tener derecho a una nacionalidad.
Eva escapaba de la miseria de su Etiopía natal y vivía en un campo de refugiados de Somalilandia. Allí fue violada por cuatro hombres conocidos.
Quedó embarazada y perdió su trabajo. Para 2013 buscaba apoyo con una consejera local; no tenía trabajo ni encontraba un esposo por ser madre soltera. Los cuatro hombres culpables de su violación no fueron juzgados.
“La mayoría de los casos que vemos son de violencia doméstica, la razón principal de esta violencia de género son las pésimas condiciones socioeconómicas de los desplazados. Por ello estamos recibiendo más mujeres. Muchas vienen con lesiones físicas, algunas con golpes de sus maridos” (Shukri Sahid, consejera local).
!Abajo la impunidad!
Kion Wakan, Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos para 2011, en una visita a Kivu del Sur manifestaba cuestiones cruciales para este tema. Después de que la opinión pública conoce estas horrendas historias ¿qué pasa con las víctimas?
Para ese momento 200 mil mujeres habían sido atacadas durante 12 años de guerra y enfrentaban el trauma, la vergüenza y el estigma de las violaciones.
Una de las víctimas señala lo doloroso de vivir denigradas por este delito como si ellas hubiesen querido que ocurriera. Es más dice “ustedes nos dicen que no discriminemos a los niños no deseados, pero todos saben cómo fueron concebidos”.
¿Es justo que un niño, concebido por una violación, nazca sin la garantía del más mínimo de sus derechos que es el derecho a una nacionalidad, a una identidad? Para ese momento se identificaban tres prioridades que disminuyen el impacto de este flagelo:
- Educación para sus hijos.
- Cuidados de salud.
- Y la búsqueda de la justicia.
Esta última prioridad parecería un imposible, por eso la voz de las víctimas resulta crucial en la eliminación de la violencia sexual dentro de conflictos armados.
Búsqueda de justicia
El hecho de que existan estructuras legales que protejan a las víctimas, se hayan enjuiciado responsables y existan días internacionales para conocer este tipo de violaciones nos muestra que por lo menos existe un camino hacia el fin de la impunidad.
#NobelPeacePrize Laureate Dr. @DenisMukwege has dedicated his efforts to helping women & girls recover from sexual violence in DR Congo. The fight to #EndRapeinWar continues. #WPSin2020 pic.twitter.com/tYPCaD7JdR
— UN Women (@UN_Women) 17 de junio de 2019
El delito de violar a una bebé de 18 meses, 3 o 6 años o una abuela de más de 60 es un horror que no puede quedar impune en ningún lugar del planeta. Colombia, República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán, Sudán del Sur, Costa de Marfil, Nigeria, Somalia, República Centro Africana son solo algunos de esos lugares.
De allí la importancia de un día como este que más que celebrar una fecha, nos insta a todos los actores de la sociedad a denunciar, divulgar y darle visibilidad a un flagelo tan desproporcionado y brutal. #C16Denuncia #AbajoLaImpunidad
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