Violencia en París. Van tres fines de semana de protesta en Francia y a medida que avanza el tiempo las manifestaciones se tornan más violentas, hasta el punto de que el gobierno de Emmanuel Macron considera la imposición de un estado de emergencia.
Los disturbios de este sábado han sido los peores que se han visto en París desde 1968. Grupos enmascarados y vestidos de negro corrieron por el centro de la ciudad e incendiaron automóviles y edificios, saquearon tiendas, rompieron ventanas y lucharon contra la policía.
En París, las autoridades dijeron que arrestaron a más de 400 personas y 133 resultaron heridas, entre ellas 23 miembros de las fuerzas de seguridad. Señalaron ayer que las protestas congregaron a 36.000 personas, de ellas 5.500 en París. Los manifestantes bloquearon 582 carreteras. La violencia en París fue in extremis.
Stunned Parisians clean up posh central district after worst riots since 1968 https://t.co/eBP2VXnx7e pic.twitter.com/fKvj3S36lv
— Reuters (@Reuters) December 2, 2018
En los Campos Elíseos de París, las fuerzas antidisturbios lanzaron gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y cañones de agua. Acciones similares se vieron en el Jardín de Tuilleries, cerca del Museo del Louvre y también en otros lugares.
Las protestas comenzaron el 17 de noviembre y se repitieron los dos sábados siguientes, con el fin de alzar la voz contra los impuestos sobre el diésel y la gasolina implementados por el Gobierno como una medida para alentar a un sector del transporte terrestre a ser más amigable con el medio ambiente. El Ejecutivo ofreció incentivos para la compra de vehículos verdes o eléctricos.
“Chalecos amarillos” infiltrados por los violentos
Con el pasar de los días, las manifestaciones también han sido para rechazar el alto costo de la vida. Hay una sensación de insatisfacción hacia las reformas económicas liberales, que muchos votantes sienten que favorecen a los ricos y grandes empresas.
La violencia en París se ha extendido. Las protestas también sacudieron otras ciudades y pueblos y en toda Francia, desde Charleville Mezieres en el noreste hasta Nantes en el oeste y Marsella en el sur.
«Tenemos que pensar en las medidas que se pueden tomar para que estos incidentes no vuelvan a ocurrir«, dijo a la radio Europa 1 la portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux.
Aunque las llamadas manifestaciones de los «chalecos amarillos» (chaquetas de seguridad fluorescentes que tienen que llevar en sus vehículos los conductores franceses) comenzaron siendo muy espontáneas, las autoridades consideran que han sido infiltradas por los violentos.
Griveaux instó al movimiento del chaleco amarillo a disociarse de los grupos radicales que habían instigado la violencia, organizarse y acudir a la mesa de negociaciones. Sin embargo, descartó un cambio en la política del gobierno.
«No cambiaremos el rumbo. Es la dirección correcta. Estamos seguros de eso», dijo al referirse a las acciones que han propiciado la violencia en París y otros lugares.
Las autoridades dijeron que grupos violentos de extrema derecha y extrema izquierda, así como «matones» de los suburbios, se habían infiltrado en el movimiento de chalecos amarillos en París.
Reunión de emergencia
El presidente Macron convocó a una reunión de emergencia con el primer ministro y el ministro del Interior para tratar sobre los disturbios y encarar un diálogo con los «gilets jaunes» (chalecos amarillos), que no tienen una estructura real o líderes conocidos.
Cuando se le preguntó sobre la imposición de un estado de emergencia, Griveaux dijo que estaría entre las opciones consideradas este domingo.
«Está fuera de discusión que cada fin de semana se convierta en una reunión o ritual para la violencia en París» y en otras regiones francesas.
Macron tells PM to hold talks after worst unrest in Paris for decades https://t.co/wmwdFekiMw
— Reuters (@Reuters) December 2, 2018
El primer ministro Edouard Philippe había afirmado que seguían aferrados al diálogo, pero “también al respeto a la ley”. Expresó su rechazo a que los símbolos de Francia se ataquen durante las protestas.
Entretanto, Paul Marra, un activista del grupo de chaleco amarillo en Marsella, dijo a BFM TV que el gobierno era el culpable de la violencia en París y en todo el país.
«Condenamos lo que sucedió, pero fue inevitable. La violencia comenzó desde arriba. El mayor matón es el Estado a través de su inacción», reseñó Reuters.
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