Un estudio da luces sobre el vínculo que hay entre inversiones privadas de China y el incremento del tráfico ilegal de jaguares de América Latina. Se determinó que parte de las incautaciones que se hicieron entre 2012 y 2018 tenían que ver con chinos en tránsito. A su vez, parte de esas personas habían sido empleadas por empresas chinas que realizan obras de infraestructura en países latinoamericanos.
El jaguar es una especie muy apetecida en el mercado asiático. En China, sobre todos los traficantes ofrecen hasta 5.000 dólares por cada colmillo. La pieza más incautada en la región latinoamericana entre 2012 y 2018. En Asia intentan reemplazar las partes más buscadas del tigre asiático con las del jaguar, una especie amenazada. Son codiciados por sus colmillos, piel, garras, cráneo, carne, patas. Sus partes se pueden ver expuestas en tiendas de artesanía, mercados, joyerías… Le atribuyen poderes curativos y afrodisíacos, además son usados como amuletos para la buena suerte. Son vistos como símbolos de estatus, fuerza y poder.
La medicina tradicional china paga bien
Son los felinos más grandes del continente americano y los terceros del mundo, después del león y del tigre. Para 2018, se calculaba que había 173.000 ejemplares. Está en peligro por la cacería furtiva y el tráfico ilegal. También para 2018, apenas había alrededor de 3.200 tigres asiáticos. De ahí el porqué lo quieran sustituir en el mercado negro por el jaguar
Entre 2014 y 2018 se incautaron cientos de cabezas y colmillos de jaguares en Centro y Suramérica. El hecho atrajo la atención de los medios de comunicación y llevó a pensar que los traficantes de fauna estaban comercializando con partes de los jaguares en reemplazo de las del tigre asiático. El fin prioritario, no obstante, sería la medicina tradicional de Asia.
Colmillos para la suerte y la sexualidad
Un grupo de especialistas, entre ellos, miembros de organizaciones de Brasil, recopilaron un conjunto de datos sobre más de 1.000 felinos silvestres que fueron incautados en 19 países de Centroamérica, Suramérica y China. La muestra correspondió al jaguar (Panthera onca), al puma (Puma concolor) y al ocelote (Leopardus pardalis).
Tenían como objetivo determinar la tendencia de las incautaciones de felinos silvestres entre 2012 y 2018. También querían evaluar los efectos de los factores socioeconómicos de los países de origen, y entre esos países y China, para saber si esto influía en el aumento del tráfico ilegal.
Partiendo de un artículo publicado en Conservation Biology, establecieron que las incautaciones de jaguares han aumentado a lo largo del tiempo. Entre las partes del animal que más han predominado las incautaciones sobresalen los colmillos. Contaron 1.991 colmillos de un total de 2.117 partes.
La pobreza, la corrupción, los intermediarios
Alrededor del 34% (32 de 93) de los informes de incautaciones de partes del jaguar estaban relacionados con China y tenían 14 veces más ejemplares que los destinados a los mercados nacionales. Los países de origen con índices relativamente altos de corrupción e inversión privada de China, además de bajos ingresos per cápita, tuvieron de 10 a 50 veces más incautaciones de jaguares capturados que los demás países muestreados. Ningún aspecto socioeconómico repercutió en las incautaciones de pumas y ocelotes”
Tanto la pobreza como la corrupción (y la falta de sanciones o la percepción de que no implican mayores consecuencias) pueden incentivar el tráfico ilegal de jaguares y sus partes. La gente pobre se puede ver impulsada a participar en esa actividad a fin de hacerse con un ingreso, los funcionarios también.
“Entre 2012 y 2018 murieron (asesinados) más de 800 jaguares en América del Sur y América Central para enviar partes como mercancía de contrabando a China. (…) Desde 2014, Bolivia comenzó a llamar la atención sobre un mercado emergente de partes del cuerpo de jaguar allí”, dijo Thays Morcatty, especialista en tráfico de animales salvajes de la Amazonia
Diez veces más tráfico con la llegada de los chinos
El estudio también analizó la relación entre el número de jaguares vendidos, los inmigrantes chinos que viven en Latinoamérica y el monto de la inversión privada de chinos en empresas de infraestructura. La inversión de origen chino en Centroamérica y Suramérica, particularmente en Brasil y Perú, se ha multiplicado por diez durante la última década”.
De acuerdo con funcionarios , parte de las incautaciones que se hicieron en los países de origen, y pocas en China, comprendieron a chinos en tránsito entre países latinoamericanos y China. Parte de esas personas fueron empleadas por empresas chinas que operan empresas de infraestructura en países latinoamericanos.
Para la investigadora, el tráfico ilegal de las piezas del jaguar se da como una extensión de la fluidez de las relaciones comerciales entre las empresas de China y los países de la región. En la medida en que haya un mayor movimiento de dinero legal, también habrá menos sospechas del flujo del comercio ilegal.
A lo que se enfrenta el jaguar
Eduardo Franco Berton, director de la ONG de Bolivia, Blue Foresta, coincidió con Morcatty en que en Bolivia hubo un incremento en la demanda de las partes de los jaguares. Explicó que también aumentaron las detenciones que coincidían en zonas donde había empleados de empresas chinas construyendo obras de infraestructura, puentes y carreteras.
Agregó que después de las detenciones que hubo en 2018, la figura del intermediario desapareció por el miedo de los traficantes. Sin embargo, estos eran claves: servían de traductores para los traficantes que muchas veces no hablaban español. El negocio, pues, se hace directamente con el cazador.
Franco es el autor del reportaje digital Un viaje al mercado negro del jaguar. Se publicó en la página de la ONG en 2018. Cuenta cómo fue un recorrido que hicieron por el mercado negro donde se venden partes de la especie en Bolivia, Perú y Brasil. Explica, a su vez, cómo operan las mafias de este negocio en esos tres países.
Sin embargo, el viaje, que abarcó diferentes lugares, como la selva amazónica y el pantanal, se enfrentó a riesgos peligrosos: amenazas de muerte, un accidente de lancha y uno de tráfico.
Hasta 5.000 dólares por un colmillo de jaguar
Aseguran que entre 2013 y 2018 alrededor de 171 jaguares fueron asesinados en los bosques de Bolivia. Esta “se considera una de las peores matanzas desde los años setenta. Los perseguían por su piel para hacer abrigos. Ahora son más buscados por sus colmillos.
Hasta el momento que se publicó el trabajo, funcionarios de ese país habían incautado 684 colmillos de jaguar de manos de contrabandistas chinos y todos se habían extraído de bosques bolivianos. De esa cantidad, funcionarios de aduana del aeropuerto de Pekín, en China, decomisaron 191. En la mayoría de los casos, estos colmillos eran camuflados entre llaveros, collares, cajas de chocolate o de vino, para eludir a las autoridades.
Los colmillos de los jaguares son costosos. En Bolivia, los traficantes ofrecen, según la investigación, entre 100 y 150 dólares por cada uno. En China el costo puede ascender a 5.000 dólares.
Así, el tráfico de la vida silvestre se encuentra en la lista de las diez actividades más lucrativas del mundo. También el tráfico de armas, drogas y la trata de personas.
Los países de Suramérica con más jaguares, hasta 2018, eran Brasil con 86.834 ejemplares; Perú con 22.210; Colombia con 16.598 y Bolivia con 12.845.
El jaguar, además, se ve expuesto a otras amenazas: la caza, la venganza por parte del hombre cuando se comen el ganado porque no tienen alimentos, el comercio ilegal y la deforestación. Debido a esta última, ha perdido 50% de su hábitat. Esto lo aísla y lo puede llevar a un mayor peligro a manos del hombre.
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