Los científicos siguen en la búsqueda para dar con la causa exacta del trastorno del espectro autista (TEA), una alteración del desarrollo. La genética puede ser un factor, pero también han estado buscando posibles causas ambientales. Un estudio encontró un riesgo moderadamente mayor de autismo en niños nacidos de mujeres embarazadas expuestas a agua del grifo con niveles más altos de litio.
Aproximadamente 1 de cada 36 niños en Estados Unidos recibe un diagnóstico de trastorno del espectro autista cada año, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de ese país.
Un estudio dirigido por investigadores de la UCLA Health, publicado en la revista JAMA Pediatrics, es el primero en identificar el litio natural en el agua potable como un posible factor de riesgo ambiental para el autismo.
«Cualquier contaminante del agua potable que pueda afectar el cerebro humano en desarrollo merece un escrutinio intenso», señaló la autora principal del estudio, Beate Ritz, MD, PhD y profesora de neurología en la Escuela de Medicina David Geffen de la UCLA y profesora de epidemiología y salud ambiental en la UCLA.
“En el futuro, las fuentes antropogénicas de litio en el agua pueden generalizarse debido al uso y eliminación de baterías de litio. En vertederos con el potencial de contaminación de las aguas subterráneas. Los resultados de nuestro estudio se basan en datos daneses de alta calidad. Pero deben replicarse en otras poblaciones y áreas del mundo”, afirmó.
Asocian niveles altos de litio con el autismo
Debido a los efectos estabilizadores del estado de ánimo del litio, algunos de sus compuestos se han utilizado durante mucho tiempo como tratamiento para la depresión y los trastornos bipolares. Sin embargo, se ha debatido si las madres pueden tomar litio de forma segura durante el embarazo. En medio de la creciente evidencia de que está asociado con un mayor riesgo de aborto espontáneo y anomalías o defectos cardíacos en los recién nacidos.
Ritz indicó que la investigación se centra en cómo las exposiciones ambientales influyen en los trastornos del neurodesarrollo y las enfermedades neurodegenerativas. Dijo que decidió examinar la posible asociación entre el litio y el riesgo de autismo. Después de descubrir que había poca investigación en humanos sobre cómo el litio afecta el crecimiento y el desarrollo del cerebro.
Aún así, descubrió que algunas investigaciones experimentales indicaban que el litio, que se encuentra entre varios metales naturales a menudo en el agua, podría afectar una vía molecular importante involucrada en el desarrollo neurológico y el autismo.
Zeyan Liew es el primer autor del estudio y profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale. Explicó que la investigación de este estudio era importante y complementaria a los hallazgos anteriores en Dinamarca. Allí utilizaron datos de registros médicos de alta calidad, y demostraron que la ingestión crónica y en dosis bajas de litio al beber puede influir en la aparición de trastornos neuropsiquiátricos de inicio en la edad adulta.
Sin embargo, no se ha realizado ningún estudio para evaluar si el litio del agua potable que consumen las mujeres embarazadas afecta el neurodesarrollo de sus hijos.
Detalles de la investigación
Ritz y Liew trabajaron con investigadores daneses. Analizaron los niveles de litio en 151 obras públicas de agua en Dinamarca. Esto representa el suministro de agua para cerca de la mitad de la población del país.
Para identificar qué obras de agua abastecían los hogares de las madres en el momento del embarazo, los investigadores utilizaron información de direcciones del sistema integral de registro civil de Dinamarca. Utilizando una base de datos nacional de pacientes con trastornos psiquiátricos.
Los científicos identificaron a los niños que nacieron entre 1997 y 2013 y compararon 12.799 diagnosticados con autismo contra 63,681 niños que no tenían un diagnóstico de autismo. También controlaron las características maternas, algunos factores socioeconómicos y la exposición a la contaminación del aire. Todos los cuales se han relacionado con un mayor riesgo de autismo en los niños.
A medida que aumentaban los niveles de litio, también lo hacía el riesgo de un diagnóstico de autismo, informaron los investigadores. En comparación con el cuartil más bajo de los niveles de litio registrados.
En otras palabras, aquellos en el percentil 25, los niveles de litio en el segundo y tercer cuartiles se asociaron con un riesgo de autismo entre un 24% y un 26% mayor. Mientras que en el cuartil más alto, el riesgo fue un 46 % más alto en comparación con el cuartil más bajo.
Los investigadores encontraron una relación similar entre el aumento de los niveles de litio y un mayor riesgo de diagnóstico de autismo. Cuando los datos se desglosaron por subtipos del trastorno. Asimismo, encontraron que la asociación entre los niveles de litio y el riesgo de autismo era ligeramente más fuerte para quienes vivían en áreas urbanas en comparación con pueblos más pequeños y áreas rurales.
Agua embotellada, agua de grifo
Además de las bases de datos civiles integrales de Dinamarca que han demostrado ser recursos valiosos para los investigadores de salud pública, varios otros factores hicieron que Dinamarca fuera ideal para este estudio.
El consumo de agua embotellada de Dinamarca se encuentra entre los más bajos de Europa. Esto significa que los daneses dependen en gran medida del agua del grifo. El país también cuenta con un sólido sistema para medir trazas de metales y otros contaminantes en su suministro de agua. Ritz dijo que los niveles de litio en el agua de Dinamarca, en comparación con otros países, probablemente se encuentren en un rango bajo a moderado.
Otros autores del estudio son Qi Meng y Qi Yan, ambos de UCLA. Y los investigadores daneses Jörg Schullehner, Birgitte Hansen, Søren Munch Kristiansen, Denitza D. Voutchkova. Así como Jørn Olsen, Annette Kjær Ersbøll, Matthias Ketzel y Ole Raaschou-Nielsen.