Por Andrés Tovar
09/12/2016
Dos temas han caracterizado el mandato de Rodrigo Duterte en Filipinas en los últimos meses: sus ataques a la clase política de EEUU (con un acercamiento casi devoto a Donald Trump) y su violenta represión al negocio del narcotráfico, el programa bandera de su administración que pretende controlar el desbandado mercado de las drogas en ese país y, políticamente, pretende mostrar el «puño de hierro» de Duterte, en pro de sus políticas más progresistas.
Pero el próximo año, un nuevo reto se le presentará al no poco controvertido mandatario filipino. La próxima guerra de Duterte no sólo será contra las drogas, sino con otro enemigo igual de destructivo, el VIH. Las últimas estadísticas de la ONG Human Rights Watch, publicadas este jueves, muestran que en la actualidad hay 26 nuevos casos de VIH diagnosticados por día en las Filipinas, un salto considerable de la tasa a un caso diario desde hace sólo ocho años. El informe reveló que la falta de acceso a los anticonceptivos y la falta de educación sexual en las escuelas son las causas fundamentales de la creciente incidencia del VIH en la isla.
El gobierno está al corriente del tema. Para el año que entra, el Departamento de Salud (DOH) filipino empezará a distribuir preservativos y hará de carácter obligatorio las sesiones de orientación en las escuelas de toda Filipinas, según se anunció este mes. Duterte es un firme defensor de la ley de Salud Reproductiva de las Filipinas (ley HR) y prometió la plena aplicación de la misma durante su discurso a la nación en julio. Una proclama decisiva en un país profundamente católico que ahora tiene que ganar su lucha contra una epidemia de VIH en crecimiento.
Filipinas tiene la segunda tasa más baja del uso del condón en Asia y el Pacífico. Sólo el 44 por ciento de los hombres reconocen un uso habitual de preservativos, según un ranking elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Esto fue provocado en parte por la aplicación desigual de la ley HR en diferentes partes del país, de acuerdo con la Comisión Filipina de Derechos Humanos.
Tabú y protestas
La ley fue promulgada en 2012, después de 15 años de manifestaciones a gran escala tanto de partidarios como de detractores. Fue escrita para ser la ley de salud reproductiva más completa en Filipinas, pero se eliminaron algunas disposiciones, entre ellos una que permite que los menores de edad accedan a los «métodos modernos» de planificación familiar sin el consentimiento de sus padres. La sección fue considerada inconstitucional por el Tribunal Supremo, por lo que es casi imposible que los jóvenes filipinos puedan obtener anticonceptivos.
Este cambio es crucial, ya que hoy en día, los jóvenes están en mayor riesgo. De acuerdo con datos del gobierno de Filipinas, los casos de VIH en jóvenes entre los 15 a 24 años de edad aumentó en un 780 por ciento de 2001 al año 2015.
La sexualidad y la salud reproductiva es un tema controvertido y divisorio en las Filipinas, pero incluso la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP), que protestó contra la ley HR, recientemente habló sobre el estado de VIH en el país. «Este es un día para que aumentemos nuestro conocimiento, conciencia, conciencia [sobre el VIH / SIDA], sobre todo debido a que la juventud está afectada ahora por este problema mundial».
Aparte del acceso a los anticonceptivos, otro obstáculo para los jóvenes filipinos es la falta de disponibilidad de las pruebas del VIH. Al igual que la ley contra la distribución de anticonceptivos a menores de edad, una disposición en virtud de la Ley de SIDA del país prohíbe las pruebas del VIH a menores de 18 años que no tienen permiso de sus padres. El Departamento de Salud tiene previsto deshacerse de este obstáculo proporcionando kits de auto-prueba a los grupos de alto riesgo tan pronto como esté disponible en las Filipinas.
Duterte y el Departamento de Salud también están desarrollando un programa de cuidado de salud universal apoyado por el Senado que recientemente se aprobó un aumento de tres mil millones de pesos ($ 60 millones) en el presupuesto de la seguridad del departamento para 2017. Todo esto seguro dará de qué hablar el próximo año.