Por Jesús Ossorio
Si nos remitimos a las pruebas, parece que en España, YouTube es el medio empleado por los padres más tecnológicos para entretener a los pequeños de la casa. ¿En que se basa esta afirmación? Pues básicamente, en que el gigante del vídeo en Internet, con motivo de su décimo aniversario, ha difundido este lunes la lista de sus vídeos más vistos en España. En ella, los primeros puestos los ocupan vídeos infantiles como Pollito amarillito o Pocoyó.
1.-Pollito amarillito
2.- Miliki, canciones infantiles
3.- Color Songs Collection Vol. 1
4.- Mundo Pocoyó, Episodio 5
5.- Parodia PSY, Gangnam Style ‘En el Paro Estoy’
6.- Tomorrowland 2012
7.- Labatamanta, de loulogio
8.- ‘Seguiremos’, Hospital Sant Joan de Déu y Macaco
9.- Spot fuet Espetec Casa Tarradellas
10.- La niña repelente, capítulo 1
10 AÑOS DE YOUTUBE
En febrero de 2004, millones de estadounidenses asistieron desde sus televisores y sin saberlo al nacimiento del que muchos consideran el primer vídeo viral de la historia. El polémico pezón al aire de Janet Jackson durante su actuación en el intermedio de la Superbowl rompió los audímetros y marcó nuevos récords en las estadísticas de búsqueda en Internet hasta la fecha. Todo el mundo quería volver a verlo. En las inquietas cabezas de Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim —entonces empleados de Paypal— el nipplegate de Jackson o los centenares de videoaficionados que documentaron el tsunami de Indonesia fueron el embrión de lo que sería su gran idea. Pero, según la versión oficial, la bombilla se encendió a raíz de una cena en casa de Chen en San Francisco. Grabaron un vídeo casero y se preguntaron cómo podían compartirlo en la Red para los que faltaron. Acababa de nacer YouTube —en inglés, una forma coloquial que se traduciría como ‘Tutele’— el invento que ha cambiado la forma de hacer y ver la televisión en los últimos diez años.
Los tres veinteañeros comenzaron a gestar su empresa a principios de 2005 desde un garaje de California, como mandan los cánones de Silicon Valley. El dominio www.youtube.com se registró exactamente el 14 de febrero de 2005 y en los meses siguientes llegaron el primer vídeo —un clip de 20 segundos con uno de los fundadores explicando a cámara una visita al zoo— y la versión beta de la página. La idea era simple: una comunidad online donde subir, compartir y ver los vídeos de cualquier usuario registrado. Antes de que terminara su primer año de existencia se veían cada día hasta ocho millones de vídeos y la empresa fue objeto de una inversión de tres millones y medio de dólares por parte de Sequoia, la firma de capital riesgo responsable de la financiación de empresas como Yahoo, Google o Apple.
Diez años después las cifras que envuelven al universo YouTube siguen sin techo. Más de mil millones de usuarios únicos al mes. Cien horas de vídeo nuevas cada minuto. Más de un millón de anunciantes. Seis mil millones de horas de vídeo vistas al mes. Disponible en 61 idiomas. Es la televisión global y a la carta. María Ferreras es la directora de alianzas estratégicas para España y Portugal de YouTube, lleva ocho años en la empresa y ha sido testigo de excepción de la revolución que ha supuesto esta plataforma para el panorama audiovisual. “El principal logro de estos diez años es la democracia y la accesibilidad que ha traído YouTube, ya no hace falta pasar los filtros de la industria para comunicar tus contenidos, tu talento”, resume la máxima responsable de la empresa en nuestro país.
Televisión: un noviazgo complicado
Al margen de los contenidos creados por los usuarios -desde los exitosos vídeos de gatitos hasta las vacaciones de la familia- YouTube es también la segunda casa (o la primera) de videoclips, webseries y contenidos de las televisiones tradicionales. La relación de esta plataforma con las grandes empresas audiovisuales y productoras de contenidos se podría catalogar como un noviazgo complicado. Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que el departamento jurídico de YouTube tenía una gran pila de reclamaciones y contenciosos con los canales de televisión, discográficas y productoras de cine. Sus contenidos eran subidos sistemáticamente por usuarios particulares a YouTube. Una fuga de audiencia del televisor o las salas de cine al ordenador, sin ninguna compensación en ingresos publicitarios. Viacom en Estados Unidos, TF1 en Francia o Telecinco en España son algunos ejemplos de parejas que rompieron con la plataforma de vídeos. La Justicia terminó dando la razón a YouTube y las rupturas se han tornado en jugosas relaciones. Casi siempre.
“Las televisiones han acabado por entender que plataformas como YouTube son un complemento a su negocio, una oportunidad para captar otras audiencias y llegar a más sitios”, explica Ferreras. Los datos de visitas de los canales de televisión en la plataforma corroboran su teoría. Melanie Parejo McWey, responsable de alianzas del portal de vídeos de Google, incide en una tendencia al alza: “Muchas cadenas tienen ya todos los contenidos audiovisuales de sus webs con nosotros y además se crean vídeos pensados exclusivamente para YouTube”. Casi todos han visto el filón. En España, destaca la estrategia de Atresmedia, que tiene una veintena de canales en el portal, muchos de ellos con contenido que no se puede ver en la televisión. Del otro lado, Mediaset, que no tiene presencia oficial en YouTube. María Ferreras califica esta ausencia como “significativa” y aclara que “es una decisión de Telecinco el no haber tenido una estrategia proactiva en nuestra plataforma, habría que preguntarle a ellos el porqué”.
El caso de Telecinco es un buen paradigma para explicar el recurrente conflicto entre los derechos de autor y la plataforma. La Justicia dictaminó en este y otros casos que YouTube es un mero intermediario que aloja los contenidos subidos por los usuarios. La plataforma cuenta con varias herramientas de control para eliminar los contenidos que infrinjan la legislación, pero son los usuarios y los propietarios de los derechos los que tienen que hacer uso de estos mecanismos de control.
Un negocio millonario
Los desencuentros con la industria de la televisión son hoy en día testimoniales. “Cada vez son más proveedores de contenidos y han entendido que no somos un rival sino una oportunidad”, argumenta María Ferreras. El negocio de la televisión se está adaptando a marchas forzadas a la denominada por muchos generación YouTube, donde lo audiovisual se consume en cualquier lugar y de cualquier manera. Pero, ¿está en peligro la industria de la televisión? “Está lejos de desaparecer, los datos de consumo no paran de crecer, lo que quizá esté en peligro es el televisor como aparato”, sentencia Melanie Parejo.
Que la televisión no se acaba con el mando a distancia lo sabe bien Toni Garrido. Tras su etapa en la radio y la televisión, se encuentra embarcado de lleno en el negocio de las networks, las productoras que fichan y representan a los youtubers, las nuevas estrellas de la plataforma. El periodista lleva más de un año al frente de Animal Maker, la firma española que representa Maker Studios. Esta multinacional cuenta con platós y toda clase de recursos para representar y rentabilizar al máximo los ingresos publicitarios que generan los contenidos de los creadores. “Este movimiento se hará cada vez más grande y el castellano como lengua es un gran vehículo para que la audiencia de nuestros youtubers tenga cada vez más presencia”, pronostica el periodista.
El target joven de estos contenidos atrae a cada vez más anunciantes. “El interés de las marcas por este mundo se ha multiplicado”, confirma Felipe Jiménez Luna responsable de Tuiwok Estudios, network de la productora Endemol. Nadie se quiere perder este negocio millonario. Disney compró Maker Studios el año pasado por 500 millones de dólares. Dreamworks y Comcast también han invertido en este sector. Y otros gigantes como AT&T y Fox ya están explorando este mercado que no para de crecer.