No cabe la menor duda que Boris Johnson se ha salido con la suya, arrasando en las elecciones que él mismo convocó. La victoria aplastante de los conservadores deja las manos libres para que el Reino Unido abandone el 31 de enero la UE.
El propio Boris Johnson ha declarado que va a poner fin a “nuestras absurdidades”.
Se ha necesitado de un referéndum y de tres elecciones legislativas, en cuatro años, para zanjar un Brexit que ha dividido a los británicos.
Aunque Boris Johnson sale triunfante y sin ningún paliativo, el gran derrotado de estas elecciones son los laboristas y sobre todo su líder Jeremy Corbyn, que no ha sido el mejor candidato con un discurso dubitativo y vacilante que ha pagado en las urnas.
La historia de Gran Bretaña primero con el Mercado Común, después la Comunidad Europea y posteriormente la UE, ha sido una historia de amor y odio.
Los británicos siempre han jugado al gato y al ratón con las instituciones de Bruselas. Siempre han intentado imponer su criterio y aprovecharse de Europa más que de aportar su contribución a la Unión.
Ya lo expuso el presidente francés Charles de Gaulle, en los años 70, cuando intentó no permitir al Reino Unido entrar al club europeo porque le veía más fuera que dentro.
Todos recordamos el famoso cheque reclamado por Margaret Thatcher. O su no entrada en el Euro. Así como el retraso de la construcción del túnel de la Mancha.
La salida de la UE del Reino Unido perjudica a todos pero esencialmente a los británicos, que son los que más alto precio van a pagar.
En Europa dicen que están preparados para este divorcio esperando que sea una salida ordenada. Así lo ha manifestado, el presidente del Consejo de Europa, Charles Michel, al afirmar: “Estamos listos. Hemos decidido nuestras prioridades”.
El 2020 va a ser un año de transición para todos. Y habrá que esperar a las nuevas generaciones británicas para que replanteen o no su futuro y sus nuevas relaciones con el continente.
Por ahora el Reino Unido sigue siendo más que nunca una isla. Lo que en el fondo siempre ha querido ser…
Entradas anteriores:
- Calentamiento global. Hay que enfriar el planeta
- Habrá gobierno para Nochebuena
- Campo de minas el acuerdo electoral PSOE-Podemos
- Un pan como unas tortas
- Debate electoral sin fu ni fa
- «Estaba muerto pero mal enterrado»
- Tsunami o volcán
- Cataluña y Quim Torra entran en campaña
- Insomnio político
- «Poneos de acuerdo, por favor»
- Ni imponer ni impedir
- Coalición o colisión
- Todos somos Open Arms
- Un fracaso incomprensible
- Iglesias debe ceder
- Ciudadanos, sin rumbo
- España en funciones
- Órdagos sí, pactos no
- Gana Casado, pierde Rivera
- Que no nos engañen
- Pactos y vetos
- A gobernar
- Voten por Europa
- Partido de Vuelta
- El milagro Sánchez
- Debates obligatorios
- Desarmar la palabra
- ETA entra en campaña
- Fichajes y adhesiones
- Política quebrada
- Maduro o Guaidó
- El órdago de Vox
- La mochila de Vox
- La prueba del algodón
- Arde París, Macron se quema
- Seísmo electoral en Andalucía
- “Golpista”, “fascista” y escupitajo
- Un supremo escándalo
- A vueltas con los restos de Franco
- Más que unos presupuestos
- Ultimátum interruptus
- Cloacas y podredumbre
- Los cien días
- Una Diada triste
- Una rentrée endiablada
- Por fin
- Dejen a las víctimas en paz
- Que nadie utilice la inmigración
- Casado, pata negra
- “Les bleus” multicolor
Lea también: Luz verde para el Brexit tras aplastante victoria de Boris Johnson en Reino Unido
Luz verde para el Brexit tras aplastante victoria de Boris Johnson en Reino Unido