Se ha tardado 44 años para corregir una anomalía democrática que permitía que en plena democracia existiera un mausoleo a un dictador y que se procediera, por fin, a la exhumación de Francisco Franco.
Es cierto que Franco estaba muerto y momificado, pero estaba mal enterrado. Esta deuda pendiente, solo se puede interpretar como un acto de memoria, reparación y justicia.
Con la exhumación del dictador la democracia española sale reforzada y cumple con la ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007.
Se ha criticado a Pedro Sánchez por haber elegido la fecha del 24 de octubre para la exhumación por motivos electorales.
Lo primero que tenemos que decir es que la fecha se retrasó hasta que se pronunciara el Tribunal Supremo, debido esencialmente a los múltiples recursos de la familia Franco, que ha sido tratada con demasiado garantismo y refinamiento jurídico.
A los que también han criticado esta exhumación considerándola una profanación o exaltación al franquismo, les podemos decir que ocultan lo esencial y que lo importante, no es más ni menos que el dictador ha salido, por fin, del Valle de los Caídos.
No nos cansaremos de repetir que se ha hecho justicia y recuperado la dignidad perdida de todos los afectados de una de las épocas más oscura de nuestra historia.
En todos estos hechos macabros y esperpénticos en que algunos pretenden olvidar a las víctimas, las verdaderas protagonistas de esta tragedia, ha faltado por su ausencia el consenso de todas las fuerzas políticas.
Las derechas del PP y Cs se han puesto de perfil y han arrastrado los pies con el argumento principal de que los huesos de Franco no les interesaba y que era preferible mirar hacia el futuro.
Hay que volver a insistir en que aquí no gana Pedro Sánchez ni los socialistas. Ha ganado la democracia y la memoria.
Tampoco se trata de reabrir heridas sino de cicatrizar y de cerrar las que todavía están abiertas. No es cuestión de odio ni rencor ni de venganza sino de poner estos terribles hechos en su contexto real.
Ahora bien, con la exhumación de Francisco Franco, culpable de un golpe de Estado, y todas las barbaridades que cometió durante 40 años de dictadura, no tenemos que olvidar que queda un gran tarea pendiente: identificar y darles una sepultura digna a las decenas de miles de asesinados, que todavía están en cunetas y fosas común y que siguen siendo la gran vergüenza de nuestro país.
Que no tengamos que esperar otros 40 años…
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