POR CAMBIO16
21/6/2017
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal, compuesta por ciudadanos brasileños, presuntamente dedicada a la trata de mujeres de su misma nacionalidad con fines de explotación sexual. La operación se ha saldado con la detención de cinco personas y la liberación de tres de sus víctimas.
La información obtenida a través de fuentes policiales y la rápida intervención de los policías ha impedido, además, la explotación de otras cuatro mujeres que, tras haber sido captadas por la organización, también iban a ser obligadas a ejercer la prostitución.
Una información obtenida por los investigadores, que apuntaba a que una mujer de nacionalidad brasileña podía estar siendo trasladada contra su voluntad entre dos ciudades del sur de España para ser explotada sexualmente, fue el detonante de esta investigación que acabaría con la desarticulación de una red criminal dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
Liberadas 3 mujeres brasileñas explotadas sexualmente en España e Italia. También se ha impedido que otras 4 más llegaran a ser víctimas pic.twitter.com/BB1ioHgsts
— Policía Nacional (@policia) 20 de junio de 2017
La organización captaba en su país de origen a mujeres jóvenes en situación de necesidad a través de los familiares o personas de confianza de los proxenetas. Tras ello, los ahora detenidos enviaban dinero a Brasil para que los captadores adquiriesen billetes de avión para las víctimas y sufragasen cualquier otro gasto derivado de su traslado a España.
Una vez en nuestro país, eran recibidas por miembros de la organización y trasladadas inmediatamente a diferentes casas de citas o habitaciones alquiladas al efecto, tanto en España como en Italia.
Cambios continuos de alojamiento
La organización alquilaba pisos y habitaciones para ofrecer los servicios sexuales de las jóvenes a sus clientes. Normalmente la duración de los alquileres era bastante corta, entre una semana y un mes aproximadamente, con lo que las víctimas eran trasladadas continuamente, habiendo podido constatarse por los investigadores su presencia en más de veinticinco localidades españolas y al menos en tres poblaciones italianas diferentes.
Este trasiego continuo de mujeres entre los distintos pisos que controlaban los detenidos, les permitía poder ofrecer novedades continuamente a sus clientes, lo que les proporcionaba mayores beneficios económicos.
«La caja»: un sistema de explotación
Los detenidos utilizaban un sistema al que denominaban «la caja«, según el cual cada persona de la organización, incluidas las mujeres explotadas, debía ingresar mensualmente una cantidad de dinero que rondaba los 1.000 euros. De lo aportado recibían una parte previamente estipulada a modo de ahorro, y este fondo común les permitía costear los traslados de nuevas víctimas. Además se aseguraban la fidelidad de las víctimas que ya estaban siendo explotadas al hacerlas partícipes de los beneficios obtenidos de su trabajo. Si cumplían las condiciones establecidas por los tratantes, iban restando deudas y más aún si captaban a otras mujeres y se encargaban de controlarlas.
Estas nuevas víctimas eran denominadas en clave por la propia organización como «florecitas», «hijas» o «sobrinas» y en ocasiones eran asignadas a las propias víctimas -que las habían captado previamente- como sus parejas, trabajando juntas en las mismas habitaciones o casas de citas.
De esta manera iba creciendo exponencialmente el número de personas bajo el control de la organización y, por supuesto, los beneficios obtenidos por la misma, pues las víctimas más antiguas hacían las veces de controladoras de las recién llegadas, no siendo necesario un número muy elevado de tratantes para mantener todo perfectamente supervisado. Los agentes calculan que la organización habría explotado a casi cuarenta mujeres desde que lleva operando.
Cinco detenciones y tres víctimas liberadas
Finalmente la operación se ha saldado con la detención de dos personas en Valencia, otras dos en Barcelona y una en San Sebastián, siendo liberadas tres de sus víctimas. Además, la rápida intervención de los agentes ha impedido que cuatro víctimas más fueran explotadas por la organización, al ser detectadas en el momento en el que estaban siendo trasladadas a las localidades donde iban a ser explotadas.
Los agentes también han llevado a cabo tres registros domiciliarios, dos en Valencia y uno en la localidad malagueña de Antequera, en los que se han intervenido siete smartphones, tres ordenadores portátiles y valiosa documentación relacionada con la explotación de las víctimas, que están siendo analizados por expertos.