A día de hoy estamos asediados por el constante acoso de llamadas sin autorización de vendedores de telefonía móvil, tarjetas de crédito, seguros, planes de viajes. Nos ofrecen la «oportunidad de nuestra vida». A veces llaman varias veces al día. Y, casi siempre, a las horas más inconvenientes. Se trata de las llamadas spam. Esta es una práctica que molesta. También es un acto de irrespeto de quien las realiza. Pero, además, puede ser considerado un delito de acoso telefónico.
Las víctimas de esta práctica (sí, víctimas) buscan métodos que les permitan no solo evitar ser blanco de las llamadas spam, sino también poder denunciar a quienes las efectúan para que no lo sigan haciendo. Sin embargo, el problema no hace más que aumentar.
Se trata de un fenómeno global. Pero es casi seguro que si se hiciese un ranking entre los países más afectados por esta «epidemia», España estaría en el cuadro de honor (de horror sería más apropiado).
Llamada spam pone nuestra seguridad en riesgo
En este punto es importante tener en cuenta que las llamadas comerciales, aunque puedan ser inoportunas, no tienen por qué ser spam. Este término se refiere a aquellas llamadas insistentes que intentan vender un determinado producto, así como las que buscan que llames a un determinado número para suscribirte a servicios premium o con actividades de dudosa ética o legalidad
Diferenciar entre llamadas comerciales y spam es muy importante. Puede ser que nuestro banco, compañía de seguros o una operadora llame una vez al mes o un par de veces al año para ofrecernos un servicio que pueda ser de interés. Por eso, el solo hecho de dejar de responder llamadas de teléfonos que no conocemos no resuelve realmente el problema, sino que nos genera otro.
No obstante, si nos llaman cada día o a horas intempestivas, está muy claro. Somos víctimas de llamadas spam. Eso ya es acoso telefónico.
Proteger nuestros derechos
En el artículo 29 de la ley 3/1991, de 10 de enero, de Competencia Desleal, se regulan las prácticas agresivas por acoso. En el texto legal se «reputa desleal realizar propuestas no deseadas y reiteradas por teléfono, fax, correo electrónico u otros medios de comunicación a distancia, salvo en las circunstancias y en la medida en que esté justificado legalmente para hacer cumplir una obligación contractual».
El mismo artículo señala que, «para que la persona consumidora o usuaria pueda ejercer su derecho a manifestar su oposición a recibir propuestas comerciales no deseadas, cuando estas se realicen por vía telefónica, las llamadas deberán hacerse desde un número de teléfono identificable«.
Lo que se puede hacer
Cuando recibimos una llamada de un número del que no sospechamos, es casi inevitable que «caigamos por inocentes». Sin embargo, este contacto inicial podría ser de una empresa que usa medios de promoción válidos para publicitar campañas puntuales. En ese momento, no ha ocurrido una estafa o una actitud irrespetuosa ni insistente. No es spam todavía.
Pero para estar seguros de que no se trata de la «peor posibilidad», existen muchas páginas web con bases de datos que tienen números de spam. Con una simple búsqueda, podremos comprobar si quien nos ha llamado ya está catalogado como spam.
Por ejemplo, al acceder al sitio web Tellows solo se debe introducir el número que nos ha llamado en el cuadro de la parte superior derecha y pulsar en «buscar».
Sin embargo, suele ocurrir que empresas insistentes o poco éticas ocultan o disfrazan sus números de teléfonos. Esta práctica busca eludir los sistemas de bloqueo de llamadas o evitar que los usuarios puedan identificarles y no contesten. Entonces, hay que ir un paso más allá.
Derecho de oposición y de cancelación
Cuando no deseemos que alguna empresa trate nuestros datos personales con fines publicitarios, podemos ejercer nuestros derecho de oposición. Así, la compañía deberá excluirnos de las campañas publicitarias que realice.
Si no deseamos que la entidad que nos envía publicidad disponga de nuestros datos personales, podemos ejercer nuestro derecho de cancelación. La finalidad última de este derecho es la supresión de los datos del fichero de la entidad.
Cuando hay que ir más allá
Facua-Consumidores en Acción nos recuerda en su portal web que las llamadas comerciales son ilegales si no se ofrece al usuario la posibilidad de mostrar su oposición a continuar recibiéndolas mediante procedimientos que no le supongan ningún coste.
También caen en esa categoría cuando siguen llamando luego de que hemos solicitado a la empresa que no volviera a hacerlo. Igualmente, está prohibido que se realicen antes de las 9 horas ni después de las 21 horas. Tampoco en días festivos ni fines de semana.
En su portal, Facua incluye dos modelos de formularios que se pueden presentar ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y el organismo de consumo autonómico que corresponda. Se puede exigir una sanción económica.
La Lista Robinson
Desde hace años existe en España la llamada Lista Robinson de exclusión publicitaria. Si un número aparece en dicho instrumento, quiere decir que el titular de la línea ha expresado su deseo de no recibir llamadas comerciales. Por tanto, ninguna empresa debería de llamar a esos números de teléfono tanto fijos como móviles.
Los consumidores que quieran pueden inscribirse de manera gratuita en la web de la Lista Robinson. Esta lista está gestionada por la Asociación Española de Economía Digital (Adigital).
Hay que tener en cuenta que no funciona de manera inmediata. Desde la inscripción en la Lista Robinson hasta que se dejan de recibir llamadas comerciales o de spam pueden pasar hasta tres meses. Normalmente suele ser menos.
Una denuncia formal
¿Y si esta estrategia falla? Es posible que haya empresas que se salten la Lista Robinson. En este caso, podemos denunciarlas ante la Agencia Española de Protección de Datos. Además, es bueno hacer esto, porque en muchos casos hay más consumidores que tienen el mismo problema con esa empresa y puede hacer que se tomen medidas con más urgencia.
Lo normal es que las empresas reincidentes sean multadas. La cantidad de dichas penas es variable, pero suelen ser cuantiosas.
Un fenómeno molesto y creciente
La semana pasada Google anunció una nueva funcionalidad en Android: las llamadas verificadas. Esta herramienta busca evitar el spam y los engaños telefónicos. Al mismo tiempo, ayudará a empresas legítimas a transmitir mayor confianza y seguridad frente a los clientes. Lo más importante es que esta herramienta pudiera permitirnos evitar esas molestas llamadas, sin correr el riesgo de no atender aquellas que sí son importantes.
Si tenemos la app Teléfono de Google configurada como predeterminada para gestionar las llamadas en nuestro dispositivo, podremos corroborar si proviene de una fuente verificada —mediante una marca azul—. También podremos ver en la pantalla el nombre de la empresa y una breve descripción del motivo de la llamada. Es mejor que preguntarse: «¿Atiendo o no?».
Esta iniciativa de Google viene a ser la respuesta a la creciente preocupación de los usuarios por el incremento que tienen las llamadas engañosas que recibimos en nuestros teléfonos, donde nos quieren vender, ofrecer, explicar, anunciar o informar todo aquello que no nos interesa. Es cada vez más frecuente y cada vez más molesto.
Y atención: el problema es tan grave que la propuesta de Google es una más en una larga lista que incluye a Apple, Verizon y a las asociaciones de consumidores en buena parte del mundo.
Seamos precavidos
Si bien estas medidas pueden ser útiles, lo recomendable es ser cuidadosos desde el principio. Unas sencillas recomendaciones pueden ser muy útiles:
- No ofrecer nuestros datos de manera despreocupada.
- Tratar de no dar el número de teléfono en sitios que no ofrezcan la suficiente confianza.
- No atender llamadas reiteradas desde un mismo número cuya procedencia desconocemos.
- Es recomendable no atender ninguna llamada desde números ocultos.
- Si recibimos una llamada con fines comerciales, y no estamos interesados en lo que ofrecen, debemos decir claramente NO sin dar más explicación y sin ofrecer datos personales.
- Nunca tomemos decisiones a la ligera cuando nos ofrezcan un determinado servicio o producto por teléfono o por mensaje. Aunque suene muy atractivo, pidamos el envío de la documentación en que se basa la oferta comercial.
- En el supuesto de que estemos interesados en la oferta comercial, exijamos siempre un contrato por escrito.
- Evitemos por todos los medios facilitar a la persona que llama nuestros datos personales.
Por su parte, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos ofrece algunas recomendaciones adicionales relacionadas con las llamadas sospechosas y de spam.
Por ejemplo, aconsejan asegurarse de que la compañía que llama sea la que dice ser. La comisión sugiere colgar y llamar posteriormente al número que figure en la página web oficial de la empresa y confirmar la llamada previa.
También recomiendan colgar cuando en la llamada se pide presionar un número para conectar con un representante, pues en estos casos el usuario le permite saber a quien hace la llamada que el número es real. Entonces vender nuestro número a otra compañía o empezar a enfocarse en él con más frecuencia.
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