por DANIEL POSTICO
El día de 1965 que un joven Allen Jones entró en un casino en medio del desierto de Nevada, algo cambió en la historia del arte moderno. Jones, que entonces contaba 28 años, realizaba un viaje de tres meses por Estados Unidos, cruzando el país de punta a punta, junto con su buen amigo y también artista Peter Phillips. El ambiente de aquel casino inspiraría más tarde su famosa máquina tragaperras incrustada en un cuerpo de mujer, uno de los primeros trabajos del artista británico y referente del pop art.
Después llegarían los famosos muebles fetichistas que le convirtieron en artista de referencia del pop art en Reino Unido. La prestigiosa Royal Academy of Arts de Londres exhibe la mayor retrospectiva de Allen Jones que se ha hecho en el país, que mostrará la profunda huella que el artista ha dejado en el arte. «En aquel viaje por América, Jones quedó fascinado por los cómics y por los anuncios publicitarios y también por las revistas de mujeres, le despertó un interés por la figura femenina que se reflejaría en toda su obra a partir de entonces», explica Edith Devaney, la comisaria de la exhibición, en una entrevista para Cambio16.
La exhibición Allen Jones (del 13 de noviembre al 25 de enero) abarcará toda la obra de Jones desde los años 60 hasta ahora, expondrá sus pinturas y esculturas, e incluirá sus icónicos muebles y obras que el artista, de 77 años, ha creado especialmente para esta exhibición única.
Allen Jones estableció su reputación en la década de 1960 en el Royal College of Art de Londres, donde estudió junto con los famosos artistas David Hockney, Derek Boshier, Peter Phillips (su compañero de viaje en 1965) y Ron Kitaj, entre otros. Este grupo de estudiantes se hicieron famosos por crear un nuevo lenguaje visual arraigado a la cultura contemporánea y con la figura humana en el centro de su trabajo. Incluyeron el imaginario de la cultura popular como la publicidad o el cómic, a menudo sacándolos de contexto para darle un significado nuevo y como reacción al expresionismo abstracto que imperaba entonces. Atribuyeron al movimiento del pop art una actitud a la hora de crear.
Allen Jones estuvo influenciado principalmente por los británicos Richard Hamilton y Eduardo Paolozzi y por los estadounidense Roy Lichtenstein y Andy Warhol. «Como chico de ciudad me atraía la idea de que la vida de ciudad pudiera ser una fuente legítima de inspiración para la creatividad», explicó Jones en una entrevista publicada en Reino Unido.
Situó el cuerpo humano en el centro de su trabajo. Le fascinaba especialmente la figura femenina y la representación de la feminidad en la cultura popular, desde la representación erótica hasta la seductora y la glamourosa. La exhibición incluye algunos de estos retratos de iconos culturales, como una pintura de la bailarina Darcey Bussell y una nueva obra sobre la top model Kate Moss, que reflejan el fuerte impacto que las imágenes de culto de la década de 1960 en Norteamérica tienen en su trabajo.
Muebles polémicos
Incluirá sus famosos muebles eróticos (mesa, silla y sombrerero) de 1969, los cuales están soportados por la figura de una mujer en ropa interior de cuero y posiciones obscenas, y otros muebles como Frigorífico (2002) y Luz (2002). Estas esculturas-mueble provocaron el rechazo de feministas, incluso se le llegó a tildar de misógino. Devaney cree que no fue la intención del autor y que Jones «se muestra sorprendido por la reacción hostil que han despertado algunas de sus figuras femeninas, ya que para él tienen un significado mucho más complicado y científico».
Allen Jones explicó la creación de sus muebles eróticos: «A finales de los años 60 me había centrado en la figura femenina y mis pinturas se volvieron más volumétricas, estilizadas y sexys. A medida que se hicieron más modeladas y táctiles me pregunté por la necesidad de pintar sobre una tela plana. Mis esculturas-muebles surgieron directamente de estas preocupaciones. Comencé con la figura de una mujer de pie, vestida con ropa de calle. Pero pensé que podían parecer surrealistas. Encontré la solución en un cómic erótico en que una figura soportaba un tablero de la mesa». Para Devaney, Jones «es uno de los primeros artistas en experimentar con el 3D por esa necesidad de que los objetos salieran de los cuadros», dice Devaney.
«Jones y los artistas pop art cambiaron el curso del arte», añade. «Jones es muy inteligente y, por encima de todo, es un pensador». Después de aquel primer viaje en 1965, Jones hizo visitas frecuentes y prolongadas a Estados Unidos, donde admiró las innovaciones pictóricas de sus contemporáneos Roy Lichtenstein y Tom Wesselmann en Nueva York, y Ed Ruscha y Mel Ramos en la costa oeste, una inspiración que quedó plasmada en su cuadro First Step (1966). Este cuadro fue el resultado de aquella primer viaje a Estados Unidos. «No sabría decir cuál fue primero si el pop art británico o el americano —explica Devaney—, se produjo mucho intercambio entre los artistas de americanos y británicos y cada uno tenía sus características, propias de la cultura popular de cada lugar, como por ejemplo la representación de los autobuses rojos de Londres».
En este sentido, uno de los cuadros proyectados en esta exhibición será 2nd Bus (1962), que evoca la energía y el movimiento de personas en un medio de transporte que se convertiría en un icono cultural de Londres. La vida de la ciudad, el transporte, la publicidad, la música y el cine, son influencias claras (sobre todo en sus primeros años) en la obra de Jones y son temas que explora y que explota constantemente.
Fruto tal vez de esta visión expansiva del mundo, Jones también desarrolló una gran capacidad para trabajar con una amplia variedad de medios y destaca especialmente su habilidad como dibujante. En esta exhibición se exponen dibujos y guiones gráficos suyos casi desconocidos. «Jones era un gran dibujante —dice Devaney—, sus dibujos y guiones gráficos permitirán ver la intención cinematográfica de Jones». El movimiento y el transporte están presentes en los los primeros trabajos del artista. Reproduce aviones y trenes, el paisaje cotidiano de la Londres de la posguerra. Siente una enorme fascinación por el movimiento. «Era una de sus obsesiones —reconoce Edith Devaney—, dota sus obras de un sentido cinematográfico, de atmósferas de cine». El resultado es un sentido muy desarrollado de la escena y la actuación como se aprecia en cuadros como Hot Wire (1970) y Three-Part Invention (2002), que también se podrán ver en esta exhibición, que recoge todo el viaje de Allen y del pop art a lo largo de seis décadas.
CUÁNDO: Hasta el 25 de enero | DÓNDE: Royal Academy of Arts | PRECIO: Desde 8 libras