Mientras las experiencias negativas pueden contribuir contrariamente al aumento de entropía y a comprometer la salud, las experiencias divertidas mejorar la salud y alejan la vejez
Tomarse unos días de vacaciones llena el espíritu de alegrías, aventuras, sensaciones, conocimientos. Escapar de la rutina y decir adiós, aunque por poco tiempo, a los deberes y múltiples responsabilidades, alivia las presiones y amplia el horizonte de gratificaciones y reposo. Viajar, no es solo fijar un punto en un mapa y hacer maletas, es abrirse a nuevas experiencias tan reparadoras que podrían retrasar el envejecimiento.
Los expertos recomiendan al menos una desconexión al año de las tareas cotidianas. Suspender las obligaciones y dejarse llevar por otros espacios, paisajes, comidas, paseos es una muy buena opción que la mente y el ánimo agradecen. Una investigación dedicada a pulsar los cambios que ocurren en las personas al hacer turismo positivo observan otras propiedades.
Por primera vez, un estudio interdisciplinario y liderado por la Universidad Edith Cowan, en Australia, ha aplicado la teoría de la entropía al turismo. Y ha descubierto que viajar podría tener beneficios positivos para la salud, incluida la ralentización de los signos del envejecimiento.
Buenas noticias: viajar detiene el envejecimiento
La entropía se define, en líneas generales, como la tendencia general del universo hacia el desorden. Esta perspectiva sugiere que el turismo podría desencadenar cambios de entropía, donde las experiencias positivas de un viaje, mitiguen el aumento de ese desorden y mejoren la salud. Mientras que las experiencias negativas pueden contribuir contrariamente al aumento de entropía y a comprometer la salud.
«El envejecimiento, como proceso, es irreversible. Si bien no se puede detener, se puede ralentizar», afirmó Fangli Hu, candidata a doctorado de la ECU y autora principal del estudio.
Los resultados del estudio, sin dudas, animan a tener vacaciones y viajes más a menudo. Seguramente muchos echarán a volar la imaginación en nuevos destinos y se activarán para hacer planes de futuras salidas. Pero, la investigación enfatiza en que hay beneficios pero también dificultades cuando las cosas no salen como lo hemos planeado.
Hu señaló que las experiencias de viaje positivas podrían mejorar el bienestar físico y mental de las personas mediante la exposición a entornos novedosos, la participación en actividades físicas y la interacción social. Estas bondades potenciales han sido reconocidas a través de prácticas como el turismo de bienestar, el turismo de salud y el turismo de yoga.
«El turismo no es sólo una cuestión de ocio y recreación. También podría contribuir a la salud física y mental de las personas», comentó.
Según Hu, las experiencias positivas de viajar activan los sistemas de autodefensa del cuerpo, manteniéndolo en un estado de baja entropía, lo que podría ralentizar el envejecimiento. “Las actividades de viaje relajadas pueden reducir el estrés crónico, mejorar la función inmune y promover el autocuidado del cuerpo”.
Estos contextos también pueden desencadenar una respuesta adaptativa del sistema inmunológicas. Hu dijo que esta reacción mejora la capacidad del cuerpo para percibir y defenderse contra amenazas externas. «En pocas palabras, el sistema de autodefensa se vuelve más resistente. Se pueden liberar hormonas que favorecen la reparación y regeneración de los tejidos y promueven el funcionamiento del sistema de autocuración».
“Podría además promover la recuperación y detener el deterioro de las personas con una salud subóptima y servir como un enfoque no farmacológico para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de aquellas con afecciones médicas”, precisó el estudio.
Escapadas revitalizadoras para la salud física y mental
Los puntos de vista tradicionales sobre la vejez se centran con frecuencia en la inevitabilidad del envejecimiento y los desafíos de mantener la salud. En contraste, “este estudio integra la entropía, considerando el envejecimiento como un desorden creciente en el cuerpo. El turismo, al proporcionar nuevas experiencias, interacciones sociales y actividad física podría ayudar a gestionar. E incluso luchar contra la entropía, mitigando así algunos aspectos del proceso de envejecimiento».
Pero “el turismo puede implicar experiencias negativas que potencialmente conduzcan a problemas de salud”, escribieron los investigadores, “en paralelo al proceso de promoción del aumento de la entropía”. Hu precisó que los viajes conllevan riesgos inherentes, como enfermedades infecciosas, accidentes y violencia.
Estos peligros podrían activar los agentes del envejecimiento o entropía. El estudio también incluye los encuentros con la vida silvestre en su lista de amenazas potenciales. Por lo tanto, los viajeros deben hacer todo lo posible para evitar los factores desencadenantes que podrían conducir a resultados perjudiciales.
“Algunos lugares pueden hacer que las personas con ansiedad o depresión se sientan aún más incómodas. Toda esta negatividad puede no ser beneficiosa”, afirmó. “Por eso, el tipo de viaje depende de la situación de cada persona, de sus necesidades y de su estado de salud”.
Jie Chen, director del Centro sobre el Envejecimiento de la Universidad de Maryland, coincide con los hallazgos y reconoce el vínculo entre los viajes y el envejecimiento con gracia, reseñó The Washington Post.
“En general, el estudio promueve el espíritu del envejecimiento saludable”, puntualizó. “El lugar donde uno se encuentra, el entorno, lo mental y lo físico: todo depende del conjunto”.
Turismo saludable: paseos, lujos y tratamientos
Hu añadió que los estudios futuros se centrarán en cómo los viajes pueden ayudar a las personas con demencia u otras enfermedades crónicas.
Por lo pronto, los investigadores esperan ampliar este campo en expansión que, cabe esperar, conducirá a más días de vacaciones y menos días de baja por enfermedad. “La intersección entre el turismo y la salud es un área de investigación muy nueva y prometedora”, confió.
“Queremos explicar de forma exhaustiva por qué el turismo puede tener un impacto tanto positivo como negativo en la salud”, insistió.
Así como cada vez crece el turismo sostenible o el ecoturismo, también hay ofertas sobre el turismo saludable que redundaría en beneficios a las iniciativas de viajar en forma autónoma y constatar los beneficios de combatir el envejecimiento. Ahora se ofrece el turismo de salud.
En los últimos años, se ha convertido en una opción popular para quienes buscan combinar el turismo con tratamientos médicos. Según un informe de Mordor Intelligence, se espera que el turismo de salud crezca con una tasa del 18,8% hasta el 2026.
Estos viajes combinan la atención médica con actividades de ocio y relajación. En este sentido, las personas buscan realizar turismo de salud y bienestar por varias razones. Algunos de los viajeros buscan tratamientos médicos que no están disponibles en sus países de origen. Otros desean un tratamiento a un costo más bajo. Incluso hay personas que buscan reducir el tiempo de espera para recibir atención médica.
Las propuestas son muy amplias e incluyen terapias holísticas (yoga, meditación, mindfulness) que les permitan reducir el estrés y la ansiedad. Estos paquetes ofrecen alojamiento en hoteles de lujo o en contacto con la naturaleza.