Las malas noticias para el sector del turismo en España parecen no tener fin. Ha afrontado enormes pérdidas por la suspensión de actividades emblemáticas, como las fallas y los ritos de Semana Santa, y ahora podría enfrentar un verano sin visitantes extranjeros.
Por la necesidad de detener la propagación del virus, el gobierno de Pedro Sánchez se ha planteado no solo prolongar las medidas de restricción, sino también profundizarlas. En este sentido, se estaría estudiando un plan que contempla mantener las fronteras cerradas al turismo. Asimismo, medidas en la restricción de la movilidad nacional, el uso de mascarillas en el transporte público y el mantenimiento de las distancias recomendadas por las autoridades sanitarias.
La realidad que es la contención del coronavirus coloca ante un incierto panorama al turismo, una actividad que representa el 12,5% del PIB y el 13% del empleo nacional. El año pasado vinieron 83,7 millones de turistas que gastaron 92.278 millones de euros.
Cierre de fronteras
Hasta ahora, no hay una decisión oficial en cuanto a las restricciones a la llegada de extranjeros en el verano. Sin embargo, el diario ABC adelantó la posibilidad citando fuentes gubernamentales. El sector encendió las alarmas y calcula el impacto que podría tener la medida en la deprimida industria turística.
El cierre de fronteras (total o parcial) tendría doble dirección, tanto para las entradas como para las salidas. Frenaría el significativo flujo de turismo internacional. Al mismo tiempo forzaría un incremento del turismo nacional durante todo el verano como alternativa vacacional. Sin embargo, habría que tomar en cuenta la limitaciones por las restricciones de movilidad interna y el aumento del desempleo.
Una normalidad «poco normal»
De acuerdo con los anuncios del Gobierno, a partir del 26 de abril se deberían reanudarse los trabajos «no esenciales» que han estado paralizados. El Ejecutivo ha hablado del inicio de una «vuelta a la normalidad».
Sin embargo, las medidas restrictivas a la movilidad fronteriza impedirían que la normalidad llegara verdaderamente para los trabajadores de hoteles, posadas, restaurantes, agencias de viajes y aerolíneas, entre otros. Igualmente afectaría a miles de emprendedores que decidieron probar suerte en el negocios de las posadas y las fondas.
Duro impacto económico
El más reciente informe de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) asegura que la facturación en el conjunto del sector ha caído prácticamente a cero en los últimos días en España, «con mínima visibilidad de recuperación en los próximos meses, algo nunca visto antes».
El documento asegura que la restricción de la movilidad y el cierre de establecimientos y de operaciones por motivos sanitarios han golpeado el turismo mucho antes y con mayor intensidad y velocidad que a ningún otro sector de la economía española.
Exceltur calcula que las pérdidas de facturación del sector turístico (total de actividad turística directa + indirecta) «podrían alcanzar como mínimo unos 55.000 millones de euros«.
«Supondría un 32,4% de caída del total de la actividad turística en España en 2020 y representaría la caída de varios puntos del total del PIB español, lamentablemente muy superior al impacto de cualquier otro sector económico», argumentan en el informe.
Los pronósticos de la Mesa del Turismo son más desalentadores. Si este verano los mercados extranjeros tradicionales más importantes (británicos, alemanes, franceses, italianos, entre otros) no pudieran viajar por razones sanitarias, las pérdidas para el conjunto del sector podrían alcanzar más de 90.000 millones de euros y los consiguientes cierres y concursos de acreedores de miles de empresas, así como la destrucción de un gran porcentaje del empleo turístico.
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