Ya se hizo la primera venta histórica de carne de cultivo de pollo. Así lo anunció la compañía estadounidense Eat Just, un poco más de dos semanas después de obtener la autorización para comercializar este producto en Singapur. De acuerdo con el comunicado que emitió la empresa, su primer comprador fue el restaurante 1880, que este sábado 19 de diciembre comenzó a ofrecer sus primeros platos elaborados con «Good Meat Cultured Chicken».
Los primeros comensales a quienes se les ha dado la oportunidad de probar esta carne de cultivo de pollo son jóvenes, de entre 14 y 18 años de edad. La compañía cree que precisamente son ellos quienes han demostrado un compromiso mayor de construir un planeta mejor. Con tres recetas, el producto hizo su debut, cada una inspirada en un país distinto: Brasil, China y Estados Unidos.
La venta a 1880 no solo es la primera de Eat Just. Es la histórica primera para la industria de la carne de cultivo, que logra alcanzar este hito, siete años después de que la compañía Mosa Meat, de Holanda, protagonizara la ya conocida presentación de la primera hamburguesa de carne cultivada.
Venta de carne de cultivo, un paso histórico
Josh Tetrick, cofundador y director ejecutivo de Eat Just, lo celebra como un paso histórico. Una primera venta comercial que parece estar más cerca de un mundo en el que la mayoría de la carne que se consume no requerirá derribar ni un solo bosque. Mucho menos desplazar a animales de su hábitat o usar dosis de antibióticos.
Asimismo, celebró la asociación con 1880 para lanzar el producto. Que «algún día se servirá en las mesas de las familias» que habitan en lo suburbios de Birmingham o en los rascacielos de Shanghai. Claro, seguramente habrá que esperar todavía varios años para que el deseo de Tetrick se haga realidad, pero lo cierto es que la industria de la carne de cultivo no se detiene en su evolución.
Se espera que el próximo mercado que autorice la venta de esta carne sea Israel. En ese país ya hay varias iniciativas en este campo. Además, el Gobierno se ha mostrado favorable a establecer una política nacional, a corto plazo, para las proteínas alternativas.
Aprobación de Singapur
Singapur es el primer país en regular la venta de esta comida elaborada a través del cultivo de células y que evita el sacrificio de animales. La Agencia para la Seguridad Alimentaria de ese país realizó un análisis para comprobar si la carne era apta para consumo y determinó que sí.
Eat Just calificó el anuncio como un «gran avance para la industria alimentaria mundial». Espera que Singapur sea solo el primero de muchos países en aprobar la venta de esta carne basada en células, con un origen más ético que la carne convencional.
Sí, la carne hecha en laboratorio ya es una realidad
La carne de cultivo de pollo, presente en el menú confeccionado por Eat Just, se obtiene de células madre de animales que son cultivadas y alimentadas. Posteriormente, se hacen proliferar de manera masiva en biorreactores, un proceso que se parece al de la fabricación de la cerveza.
En el caso del pollo de Singapur, el método para hacer crecer las células necesitó el uso de suero de sangre fetal bovina, que es rico en nutrientes. Sin embargo, la idea de la compañía es sustituirlo por suero de origen vegetal. Es un proceso que tiene varias ventajas ambientales y éticas, como el hecho de que evita sacrificar animales, disminuye el uso de antibióticos veterinarios, usa menos porción de terreno y cantidad de agua y el contenido proteico del producto es similar al tradicional que se obtiene de los animales vivos.
No obstante, la carne de cultivo es más cara de producir que la ordinaria, por lo que su precio de mercado será muy superior. Además, requiere una gran cantidad de energía para su elaboración, lo que puede incidir de manera negativa en la cantidad de gases con efecto invernadero emitidos.
El origen de la idea
Pensar en carne cultivada no es algo nuevo. En 2013, Mark Post, de la Universidad de Maastricht, presentó la primera hamburguesa de vaca creada en un laboratorio. La obtuvo usando células madre obtenidas de tejido muscular bovino descartado de mataderos de vacas de las razas Blanc Bleu Belge y Blond Acquitaine.
Luego de tres semanas de cultivo y crecimiento en el laboratorio, se obtienen tres millones de células que se fusionan en fibras musculares de un centímetro de largo y pocos milímetros de espesor. Con estas fibras se configuran bolitas que se congelan hasta que hay una cantidad suficiente para descongelarlas y compactarlas formando una hamburguesa. Es tejido muscular puro, por lo que presenta una tonalidad blanca.
Para colorearla y darle un aspecto más apetecible, usaron mioglobina. Esta proteína muscular aporta color rojo. De esa manera obtuvieron una hamburguesa de 141 gramos de peso, formada por unas 20.000 tiras de tejido muscular. Tardaron cinco años en desarrollarla y el precio del proceso alcanzó los 250.000 dólares. Fue un logro que sentó las bases del desarrollo de esta carne para luego abaratar los costes y tener un producto rentable económicamente, como la carne de pollo de Eat Just.
Otras apuestas por la carne cultivada
En febrero del año 2016, la compañía Memphis Meat anunció la creación de albóndigas hechas con carne cultivada. Al año siguiente, en marzo, también informó sobre la creación de platos que contenían carne de pollo y pato, cultivada a partir de células madre.
Clara Food, una empresa radicada en Silicon Vallley, también está desarrollando tecnología para obtener proteína animal sin usar animales. Entre sus productos se destaca la obtención de huevos blancos, hechos a partir de albúmina, producida en levaduras.
Lo propio ha hecho Perfect Day Inc, la empresa biotecnológica californiana que ha desarrollado procesos de obtención de proteínas lácteas. Algunas como lactoglobulina, caseína y lactoalbúmina las consiguieron por fermentación microbiana en biorreactores, sin necesidad de extraerlas de la leche animal. Además, comercializa sus productos a través de Urgent Company, que vende helado lácteo vegano en California, de la marca Brave Robot.
Iniciativas españolas
En octubre, la Unión Europea comunicó la concesión de una subvención de 1,9 millones de euros al programa de carne de cultivo «Meat4all»; una apuesta liderada por la biotecnológica española Biotech Foods. Esta fue la primera iniciativa de investigación en carne de cultivo que recibía fondos públicos.
Se trata de un programa que tiene como objetivo ampliar la tecnología de producción de este tipo de carne. Se usará para procesarla en salchichas o embutidos. Biotech, en colaboración con Organotecnhie, de Francia, y la cárnica lusa Nobre Alimentacao, se han propuesto incrementar su capacidad productora y alcanzar un precio de venta medio de 6 euros por kilo, de cara a 2023.
La compañía Cocuus System Ibérica, también con sede en España, ha abierto una nueva línea de I+D, dirigida al desarrollo tecnológico del diseño de estructuras extracelulares. Una manera de mejorar el comportamiento del crecimiento de las células de carne o pescado in vitro, enfocada en su aplicación en la industria de carne de cultivo.
Lea también: