Por Cambio16
31/05/2017
Un trato muy arriesgado, ¿pero con buen rendimiento?
No pasó mucho tiempo para que las chispas volaran en Venezuela -y más allá de sus fronteras- después de que el Wall Street Journal informara el pasado domingo que, «de acuerdo a cinco personas cercanas a la transacción», la división de gestión de activos de Goldman Sachs había comprado bonos venezolanos con un valor nominal de $ 2.8 mil millones de dólares al Banco Central de Venezuela, que poseía como parte de sus reservas internacionales.
La venta de los bonos – emitida por la petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) en 2014 y con vencimiento en 2022, se completó el jueves anterior a la nota del Journal, según las fuentes. Ese día y el viernes, las reservas internacionales del banco central venezolano aumentaron sorpresivamente de $ 749 millones, a alrededor de $ 10,86 mil millones, precisó Reuters. Según las fuentes de la agencia -incluyendo una en Goldman- las negociaciones se llevaron a cabo a través de intermediarios en Europa.
Este dinero, como el Journal dijo, es “un salvavidas para el asediado gobierno del presidente Nicolás Maduro, ya que le permite recaudar fondos en medio de la ampliación de los disturbios civiles”, acompañando su aseveración con una descripción detallada de la situación económica y social del régimen de Maduro de esta manera:
«El creciente autoritarismo del Sr. Maduro, junto con una grave escasez de alimentos y medicinas, han dado lugar a dos meses de manifestaciones casi diarias en las calles, que han cobrado al menos 60 vidas. La economía también está sufriendo, después de haberse reducido un 27% desde 2013. Venezuela carga con lo que, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, será una inflación del 720% al final de este año«.
Goldman pagó 31 centavos de dólar por cada uno los bonos, un total de $ 865 millones, de acuerdo con el Journal. Cabe destacar que es un precio 31% menor que otros bonos venezolanos que actualmente están negociando con una fecha de vencimiento en el mismo año. Y, aparentemente, no era la primera vez:
«Las personas familiarizadas -con la negociación- dijeron que el acuerdo forma parte del aumento constante del administrador de activos -Goldman Sachs- en las explotaciones de Venezuela (…) Goldman apuesta a que un cambio de gobierno podría darle un repunte doble al valor de la deuda, que opera a tasas muy rebajadas con rendimientos de alrededor de 30% debido a los temores por la situación crónica del país».
¿Business is Business?
El gobierno está desesperadamente corto de moneda extranjera, el servicio de su deuda está en moneda extranjera , como también lo está la importación de productos esenciales. Así que esta venta es realmente muy útil. Pero la oposición venezolana no está contenta.
“Goldman se está poniendo en el lado equivocado de la historia con este acuerdo,” dijo Angel Alvarado, un legislador de la oposición y miembro de la comisión de finanzas del Parlamento venezolano al Wall Street Journal . “Esta es una mala decisión no sólo ética, sino también desde el punto de vista comercial”.
El lunes, el presidente del Congreso venezolano, el opositor Julio Borges, amenazó este lunes al banco de inversiones estadounidense con desconocer la compra de bonos, precisando que que este tipo de operaciones tiene que contar con su aval -hecho además puntualizado en la Constitución venezolana-.
“Dada la irregular naturaleza de esta transacción y los absurdos términos financieros en detrimento de Venezuela y su gente, la Asamblea Nacional investigará la operación y recomendará a cualquier gobierno democrático futuro que no reconozca o pague esos bonos”, advirtió Borges en una carta al banco.
@GoldmanSachs ha hecho un acuerdo inmoral que lo hace cómplice de la violación de derechos humanos en Venezuela. pic.twitter.com/9DBp7N97eK
— Julio Borges (@JulioBorges) 30 de mayo de 2017
Borges sostuvo que la transacción le otorga un “salvavidas a un régimen que viola sistemáticamente los derechos humanos de los venezolanos”, al tiempo que denunció el “abismal” descuento recibido por la inversora.
Esto “servirá para fortalecer la brutal represión contra los cientos de miles de venezolanos que están protestando pacíficamente por un cambio político en el país”, agregó.
La apuesta de Goldman se basa en el «compromiso total» de Maduro de cumplir las obligaciones en moneda extranjera del país – no importa a qué precio, como el de no ser capaz de importar alimentos suficientes para los venezolanos, o abastecerse de suministros para mantener la producción y exportación de petróleo, su principal fuente de ingresos, por ejemplo-. Venezuela tiene que pagar $ 4.6 mil millones para el servicio de sus deudas en el año 2017, de acuerdo con el Journal.
Las dudas han estado circulando durante años acerca de su capacidad para hacerlo, y como consecuencia, sus bonos se negocian con grandes rendimientos. Sin embargo, Venezuela ha logrado pagar, con estrategias entre las que se cuentan hipotecar Citgo Petroleum, su red de refinerías, gasolineras, tiendas de conveniencia y los Estados Unidos.
En cuanto a Goldman, al parecer es tan sólo una oportunidad única para capitalizar en bonos de alto riesgo que podrían elevarse en el valor si la apuesta funciona o pudiera ser aplastado si no lo hace.
Lo cierto es que Goldman reconoció la compra en un comunicado.
“Compramos estos bonos, que fueron emitidos en 2014, a un corredor en el mercado secundario y no interactuamos con el gobierno venezolano”, apuntó Goldman en el comunicado, sin ofrecer detalles del precio y actores de la operación. Reconocemos que la situación es compleja y en evolución y que Venezuela está en crisis. Estamos de acuerdo en que la vida allí tiene que mejorar, e hicimos la inversión en parte porque creemos que así será”, puntualizó la institución.
La chispa
Este martes, un grupo de cerca de 30 manifestantes se reunieron frente a la sede de Goldman Sachs de Nueva York.
Esther Beke era uno de ellos. Beke, dijo que su madre, Rebecca, perdió su batalla contra el cáncer el año pasado. La familia no pudo encontrar tratamientos de quimioterapia en Venezuela debido a la escasez de medicamentos, por lo que parientes debían enviarle las medicinas desde Colombia, creando una pesadilla logística para la familia. Consultada por CNN, Beke opinaba a las puertas de Goldman que la inversión de Goldman no ayudará a aliviar la escasez crónica que enfrentó a su madre.
«Usted sabe que cuando una empresa como Goldman Sachs ofrece dinero, no va a ser para eso -para medicinas o alimentos-, va a ser para comprar balas, para comprar gas lacrimógeno y seguir matando gente», dice Beke, secándose las lágrimas. Como ella, son decenas las voces que se han manifestado en contra de la transacción de Goldman. Y en redes sociales se ha emprendido una campaña en rechazo.
CC @GoldmanSachs Deberían saber lo que pasa en nuestra Venezuela!Cuesta creer que no sepan!Indignante y criminal financiar una dictadura! pic.twitter.com/uEkq4Bet0j
— Henrique Capriles R. (@hcapriles) May 30, 2017
Ya dentro de las fronteras venezolanas, el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros -Cendas-, una organización que realiza proyecciones mes a mes sobre la incidencia de la inflación en el salario del venezolano común y que goza de una gran credibilidad, precisó en su último informe, correspondiente a mayo, que el aumento en los precios tanto de alimentos, como de artículos de higiene personal y de servicios, ha superado cualquier proyección. En un país sin producción y con una importación completamente mermada, los venezolanos han tenido que pagar hasta 123% más por el grupo de alimentos básicos -lo que el Cendas denomina la «cesta alimentaria»- en el último mes. Goldman realizó su inversión en ese contexto.
No es el único banco frente a las críticas de Wall Street sobre una inversión de Venezuela.
El economista venezolano y profesor de Harvard Ricardo Hausmann instó recientemente a JPMorgan a retirar los bonos venezolanos de su índice de mercados emergentes. Hausmann le dijo a JPMorgan que debe sacar «los bonos de hambre» de Venezuela de su índice y crear uno que permita «un mayor rendimiento de sus ahorros sin menoscabar la miseria humana»
JPMorgan declinó hacer comentarios.