Por Cambio16
16/12/2016
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Venezuela decidió prorrogar por 72 horas más el cierre de sus fronteras con Colombia y Brasil. La medida fue anunciada este jueves por el Presidente Nicolás Maduro, en una reunión ministerial desde el Palacio de Miraflores (sede del Gobierno) en Caracas, con el objetivo de «impedir que reingresen de manera irregular al país los billetes de cien bolívares que fueron sacados de circulación».
«Anuncio una prórroga del cierre de la frontera, con estricta cooperación militar y policial, por 72 horas más», dijo el mandatario, quien precisó que ya notificó a los gobiernos de Colombia y Brasil por vía diplomática. Los accesos al país por las zonas limítrofes están clausurados desde el pasado martes.
Durante un Consejo de Ministros realizado la noche del 15 de diciembre, Maduro anunció que se redujo a 5 días el plazo para canjear y depositar los billetes de 100 (0,15 céntimos de dólar) en el Banco Central de Venezuela.
Maduro tomó la decisión de sacar de circulación los billetes de cien bolívares, tras anunciar al país el pasado domingo de este mes el resultado de una investigación en la que se concluyó que existía una fuga de papel moneda venezolano, denunciando un «plan», presuntamente impulsado por el Departamento de Tesoro de EEUU, era dejar a su país sin liquidez para golpear la economía.
Colombia cuestiona
El vicepresidente colombiano Germán Vargas Lleras señaló que la decisión del Gobierno de Venezuela de cerrar la frontera común por 72 horas no es propia de un país que dice ser amigo.
«Me parece una cosa muy coyuntural eso de abrir dos días, cerrar dos días; eso no es una cosa de un país amigo», dijo Vargas Lleras a la emisora local Blu Radio, agregando que ese tipo de medidas «perjudican a la gente que se viene abastecer a Colombia«, y también afectan a los estudiantes de «un lado y otro de la frontera», ya que su tránsito se ve impedido, dijo.
Para el funcionario, la decisión del Gobierno venezolano no tiene un objetivo claro y echa para atrás la inversión realizada en la zona fronteriza.
Una persona que trasladaba al lado venezolano 100.000 bolívares, (equivalentes a 143 euros) en billetes de 100, recibía a cambio una transferencia electrónica de 120.000 bolívares (equivalentes a 172 euros), explicó esa fuente.
El ministro de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, calificó como «arbitraria» la medida tomada por el Gobierno de Venezuela de cerrar la frontera para evitar el cambio del billete de 100 bolívares.
«Es arbitrario impedir el libre tránsito de personas y de mercancías para poder hacer el cambio de billetes», dijo Cárdenas a la emisora local Blu Radio.
El ministro dudó de la efectividad que pueda tener la medida, ya que, a su juicio, 72 horas es muy poco tiempo para llevar a cabo la recolección de los billetes.
También explicó que esos cambios de billetes «han fracasado cuando se tratan de hacer en tiempos tan limitados» e indicó que hace poco en India se llevó a cabo un ejercicio similar y no tuvo éxito, por lo que seguramente «va a fracasar también en Venezuela».
En contexto
La decisión tomada por el gobierno de Venezuela está enmarcada en un contexto donde la hiperinflación hace que la gente tenga que andar cargados de efectivo, para cualquier cosa, a menos que use la plataforma electrónica. Más de seis mil millones de billetes de 100 bolívares están en circulación, un 48% del dinero en efectivo del país suramericano.
La medida es similar a las políticas de desmonetización repentina tomada por el primer ministro de India Narendra Modi, el mes pasado. Con el argumento de “darle un golpe” a la corrupción, el dinero negro y la evasión fiscal, Modi sacó de circulación las notas de 500 y 1.000 rupias -que compone el 86% del efectivo en bancos y cajeros automáticos, para obligar a la gente a entregar el dinero. Los resultados debieron haber sido una señal de advertencia para Maduro. La medida irrumpió la economía de India, y ha golpeado a las empresas y al gasto del consumidor. Por no mencionar el molesto e improductivo tiempo que tiene que durar la población india en una fila para canjear el dinero en efectivo.
La economía venezolana se contrajo un 10% este año. Los venezolanos tienen que lidiar con tres dígitos de inflación, una moneda casi sin valor, y largas colas en los supermercados (y ahora será en los bancos). El gobierno está perdiendo su control sobre el país, que sufre una “profunda crisis humanitaria” de falta de suministros médicos básicos y alimentos, según Human Rights Watch. Obtener dinero en efectivo ha sido un problema debido al aumento de los precios y los límites de monto impuestos por el gobierno para retirar dinero de sus propias cuentas.
El Banco Central de Venezuela ha dicho que «en los próximos días» (anteriormente habían anunciado que era el 15 de diciembre) comenzará a circular nuevos billetes de más alta denominación, un movimiento que se asemeja a los pasos de Zimbabwe y de la Alemania de 1920. En cualquier caso, los nuevos billetes no hacen nada para resolver los problemas de fondo del país. Incluso con el billete de mayor denominación anunciado, (por valor de 20.000 bolívares), los trabajadores necesitarían más de 20 billetes para comprar la canasta de bienes básicos, que estaba alrededor 430.000 bolívares en octubre. Unas 19 veces el salario mínimo venezolano.