Por Energía16
07/05/2018
La compañía petrolera Cespa concluyó en su informe Cepsa Energy Outlook 2030 (CEO), que las ventas mundiales de vehículos eléctricos, incluidos los híbridos, en el año 2030 alcanzarán el 41 % del total del mercado. Sin embargo, el segmento seguirá por debajo de los de motor de combustión interna, que representarán el 59 %, según las proyecciones.
Cespa elaboró el CEO 2030 para dar una mirada hacia el futuro sobre la sociedad y los mercados energéticos en los próximos años. El estudio define las perspectivas del sector energético y sus desafíos en una etapa sin precedentes de cambios y de volatilidad.
Cespa razona que las nuevas tecnologías como el Big Data o el Internet de las Cosas (Internet of Things) acelerarán el cambio a través de nuevas formas de ahorrar energía. Al tiempo que aumentará la productividad e incluso revolucionará la manera de hacer negocios.
Los avances tecnológicos mejorarán la eficiencia, anticiparán las necesidades de los consumidores y les permitirán interactuar con sus proveedores. La tecnología permitirá a los usuarios consumir energía de manera cada vez más inteligente, y los vehículos eléctricos serán parte clave de esa realidad.
En cuanto a las energías renovables, los avances tecnológicos se traducirán en una reducción de costes. Mientras que la baja de los costes irá acompañada de políticas de apoyo, que tendrán impacto en la oferta energética.
La tecnología también permitirá que en 2030 las energías renovables compitan con el carbón. Un combustible fósil para la generación de energía más barato que existe. El incremento en las ventas de vehículos eléctricos será una muestra de esos avances.
Debido a la tecnología, la eficiencia de los motores de combustión interna (Internal Combustion Engines – ICE) tendrá un impacto seis veces mayor en la reducción del consumo de combustible, que la penetración de los vehículos de combustible alternativo (Alternative Fuel Vehicles – AFVs).
En 2030, la flota de vehículos de pasajeros será 25-30% más eficiente de lo que lo es hoy en día. Y aunque los vehículos eléctricos ganarán terreno, esta flota seguirá siendo abastecida mayoritariamente por combustibles fósiles.
El consumo de crudo seguirá a la cabeza pese al auge de vehículos eléctricos
Pese a los buenos augurios, la demanda de petróleo en 2030 será un 10 % mayor que la demanda actual. No obstante, crecerá a un paso más lento debido a la mejora en la eficiencia de los combustibles. Y por ende a la incorporación de otras fuentes de energía. De hecho, el consumo de petróleo aumentará en 10 millones de barriles por día (Mbpd) en 2030 gracias al incremento de la demanda del transporte y de los productos petroquímicos.
El diesel y la gasolina seguirán dominando la demanda de productos del petróleo en todas las regiones. Los mercados maduros de Europa y Estados Unidos van a decrecer en comparación con el resto del mundo. Mientras que India y China serán los mercados con mayor crecimiento.
Además, la demanda de nafta crecerá significativamente como consecuencia del crecimiento de la población en Asia. Mientras que el volumen del etano y el GLP, como materia prima para los productos petroquímicos, crecerá de manera significativa.
Los combustibles fósiles siguen dominando el suministro de energía
Según el estudio de Cespa, el petróleo seguirá dominando el suministro energético del mundo. Sostiene que mientras más se explora más petróleo aparece. Aclara sin embargo, que la dinámica de suministro se verá condicionada por la incertidumbre geopolítica y económica.
Oriente Medio, Latinoamérica y Estados Unidos representarán el 90% del crecimiento del suministro de petróleo en 2030. Estos núcleos de producción van a dominar, respectivamente, la costa, el mar abierto y las tecnologías poco convencionales, detalla el documento.
En los últimos años, el refino ha experimentado un boom debido al acceso a materias primas a bajos precios y a la creciente demanda. El sector deberá aumentar la producción de productos del petróleo en 7 millones barriles por día para 2030 a fin de satisfacer el incremento estimado de la demanda.
El gas natural se perfila como un combustible de transición
Existe un amplio consenso acerca del gas natural como fuente de energía fósil de mayor crecimiento. Y en especial sobre su potencial para reemplazar al carbón y convertirse en la segunda fuente energética, solo por detrás del petróleo, en los próximos años.
No obstante su papel en la generación de energía podría verse frustrado por las energías renovables. El gas corre el riesgo de convertirse en un combustible de transición en el camino hacia un mundo sin carbón.
El crecimiento esperado del consumo eléctrico disparará la demanda de gas natural. La industria ocupará el segundo lugar como impulsor. Pero se ralentizará debido a una perspectiva más modesta en la producción. Así como por el cambio hacia un modelo centrado en los servicios. Por otro lado, la penetración de GNL en la demanda de gas aumentará 10% del actual a un 15% en 2030
El futuro es el equilibrio entre las emisiones y el crecimiento económico
El estudio de Cespa concluye que la clave para un futuro sostenible es conseguir el equilibrio. Un equilibrio basado en la reducción de las emisiones de CO2 y el fomento del crecimiento económico.
CEO 2030 analiza el impacto que tendrá la búsqueda de este equilibrio en la energía. Todo a la luz del Acuerdo de París (COP21). Sin embargo, prevé que los compromisos no serán suficientes para mantener el calentamiento global a raya.
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