ALEJANDRO CASTELLOTE*
La serie Frente al espejo está basada en la acumulación de momentos. El fotógrafo actúa como coleccionista y como cazador; nada extraño al programa de la fotografía. Su particularidad se la otorga su carácter obsesivo y sistemático. Sus fotografías muestran cómo esa duplicación de los rostros que ofrecen los espejos nos da un atisbo, un anticipo de las multiplicidades que adopta nuestro yo: múltiples roles, múltiples máscaras, múltiples personas.
“Mi obra –dice Vasco Szinetar– está impregnada de muchas cosas: en primer lugar, del mito de Narciso, que toca tanto al autor como a sus personajes, pero también de los juegos de poder y sumisión y de la tensión entre la muerte y la trascendencia”.
“Yo soy inmenso… y contengo multitudes”, decía Walt Whitman. Retratar a Borges, autor de El espejo y la máscara y obsesivo navegante por “el ilusorio orbe profundo que urden los reflejos”, fue el desencadenante de esta serie, que se configura en el tiempo como un aleph de celebridades de la cultura.
Vasco Szinetar lleva toda su vida fotografiando a personas —“mis retratos son una celebración del otro”— y a muchas de ellas, a todas las que fotografía frente a un espejo, les añade un elemento adicional, un personaje: él mismo, que exhibe mediante su gesto una máscara que a menudo es casi teatral, por su histrionismo, por la invitación al juego, por la osadía.
La presencia del sujeto protagonista —un escritor, un músico, un actor— es el acontecimiento, mientras que la presencia del fotógrafo es un subrayado de su condición de testigo “privilegiado” y de su voluntad de contraponer sus gestos a la dignitas que tiene el fotografiado por su obra, no por su rostro.
Sus retratos apelan a la dimensión no visible del fotografiado, a esa suerte de efecto aura, que lo engrandece. Más que insistir sobre el yo estuve allí del documento fotográfico, Szinetar subraya el yo estuve con. Una variante que le sitúa como coprotagonista y a quien le suponemos una complicidad fugaz con los retratados.
Ningunea el lugar para resaltar la importancia de los sujetos. Los lleva al baño, o a la habitación de su hotel —como registra su serie En la cama—; se aleja del yo estuve allí porque los hoteles actuales son otra versión del no-lugar de Marc Augé; de hecho, Szinetar le fotografió en la década pasada en una de esas habitaciones estandarizadas que se pueden encontrar en cientos de hoteles de todo el mundo.
Vasco Szinetar: poeta, fotógrafo y buen amigo
Con raíces familiares muy ligadas a Europa, Vasco Szinetar descubrió pronto en su Venezuela natal su pasión por la cultura, que le llevó en 1979 a emplearse como fotógrafo en el Papel Literario del diario El Nacional. Posteriormente estudia cine en Londres, lo que le permite aprender a organizar las imágenes para construir una determinada sintaxis.
Junto a su actividad como fotógrafo, Szinetar ejerce además de comisario de exposiciones, es investigador en el archivo Fotografía Urbana de Caracas y publica libros de poesía y de fotografía, tanto propios como ajenos.
Así, algunas de sus series han sido realizadas en el exilio al que le forzó el gobierno chavista, y la más reciente retrata la decadencia de Caracas, la que fue una de las urbes más importantes de Latinoamérica. Su pasión por la cultura le ha llevado a retratar durante 40 años a escritores y artistas, sin dejar de profundizar en el perfil más experimentador de su obra, donde conjura el pasado y la muerte desde una experiencia íntima y cercana.
*Autor del prólogo del volumen dedicado al fotógrafo Vasco Szinetar publicado por la Biblioteca PhotoBolsillo
Frente al espejo
«Desde pequeño he tenido una vocación de retratarme a mí, de verme a mí, entonces el espejo está ligado a esa histórica relación de verse a sí mismo. Y en un momento dado hice la conexión, como artista, con la posibilidad de darle continente a esa necesidad de historiar mi paso por el mundo.
“Es mi desplazamiento hacia la muerte. Desde que uno nace se está preparando, se está construyendo para morir. El azar hizo posible, en algún momento, que yo descubriera el espejo como un instrumento para recorrer el tiempo que me tocó vivir en el mundo, en la Tierra».
Vasco Szinetar a Laura García, entrevista publicada en el portal Las2Orillas
ALFREDO BRYCE ECHENIQUE. Irreverente e invasor, los mil rostros de la literatura contemporánea se miran en el espejo de la cámara de Vasco Szinetar. Al peruano Alfredo Bryce Echenique lo retrató en Caracas en 1994 LAURA RESTREPO. Ejerció como periodista durante más de dos décadas. Ganó el premio Alfaguara con su novela Delirio.
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