Los daños del plástico y los envases de un solo uso para la vida en el planeta son conocidos. Y la solución de muchos países ha sido aumentar los impuestos. La opción que fracasó para contrarrestar la venta de tabaco. A contravía y apoyados en la ciencia, un equipo de investigadores de la Universidad del Nordeste ,en Boston, ideó una vajilla biodegradable a los 60 días. No es tan fina ni reluciente, pero sí más amigable con el medio ambiente porque se emplea caña de azúcar y fibra del bambú como materias primas en su novísima elaboración.
La Agencia de Protección Ambiental recuerda, para que lo tengamos en cuenta, que unos 27 millones de toneladas de plástico se desvían a los vertederos. Además, el plástico no se descompone con el tiempo. Se rompe en microplásticos que contaminan ríos, mares y océanos por generaciones. Afectando las especies marinas y su biodiversidad, obviamente también a los seres humanos.
Ciertamente, muchos países están restringiendo el uso de plásticos y de envases de un solo uso, pero es muy lenta la suma. Cuando Hongli (Julie) Zhu llegó a Estados Unidos en 2007 se sorprendió por la prevalencia de estos envases en los supermercados y restaurantes.
“El material es barato y conveniente, pero la mayoría de estos utensilios no son biodegradables”, dijo Zhu, profesora asistente de Ingeniería Mecánica e Industrial en Norheastern Univerversity.
En un artículo publicado en la revista Matter, Zhu y su equipo de investigación describieron su descubrimiento. El propósito es convertir un subproducto de la caña de azúcar en un material sostenible y económico. Lo suficientemente duradero como para que pueda servir de vajilla y que se biodegrade en 60 días.
Una vajilla biodegradable, útil y económica
Zhu pensó en usar pulpa de madera para crear su vajilla biodegradable. Pero trabajar con madera requiere plantar árboles, lo que haría que el proceso de fabricación fuera ambientalmente intensivo. Buscó una solución más sostenible y encontró inspiración en un lugar poco probable.
«Tengo un hijo de 4 años y come muchos dulces», dice Zhu. Mientras examinaba los ingredientes de sus golosinas, se dio cuenta que el azúcar es un material natural producido en masa sin productos químicos sintéticos. ¿Qué pasaría si recolectara el subproducto de la pulpa de la producción de caña de azúcar y lo usara para crear una alternativa sostenible al plástico?, se preguntó.
La pulpa de caña de azúcar, conocida en la industria como bagazo, es uno de los productos de desecho de alimentos más prevalentes en el mundo. Es seguro de consumir y naturalmente biodegradable. Pero las fibras de bagazo son relativamente cortas y no son fuertes. Eso es un problema, ya que cualquier material que se use para hacer vajillas debe ser duradero y resistente a la grasa.
Para mejorar la resistencia mecánica del material de bagazo, Zhu y su equipo de investigación las mezclaron con fibras de bambú.
Señala que “el resultado es un material completamente natural y biodegradable. Lo suficientemente duradero para ser moldeado en recipientes fuertes como para contener alimentos y líquidos. Las fibras de bagazo y bambú están formadas por sustancias químicas subyacentes similares como celulosa, hemicelulosa y lignina. El material no requiere ningún procesamiento adicional para separar los diferentes componentes, a diferencia de algunas otras opciones disponibles actualmente”.
La prueba de los sesenta días
Para probar cómo se degradaría el material de la vajilla biodegradable con el tiempo, Zhu y sus estudiantes idearon un experimento. Enterraron un contenedor hecho con el nuevo material en el césped fuera del edificio Mugar Life Sciences de la universidad y lo revisaron cada 10 días.
Determinaron que el material comenzó a descomponerse después de aproximadamente 30 días y se desintegró casi por completo luego de 60 días. Esta es una gran mejora con respecto a los envases disponibles actualmente. Algunos de los cuales requieren equipos industriales especializados y altas temperaturas para descomponerse.
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