China anunció que tiene tres vacunas contra la COVID-19 que entraron en la fase II de ensayos clínicos en Pekín. Las vacunas forman parte de cinco medicamentos que están dentro de un plan de acción de tres años para fortalecer el sistema de gestión de emergencias de salud pública.
Un ensayo clínico es un estudio de investigación para saber si un medicamento es inofensivo y eficaz en los seres humanos. Los ensayos clínicos se desarrollan por fase. En la fase II se evalúa la eficacia de los medicamentos, se determinan los efectos adversos a corto plazo y qué riesgos que conlleva su administración.
Respuesta a la epidemia desde Pekín
Xu Qiang, jefe de la Comisión Municipal de Ciencia y Tecnología, fue el encargado de anunciar que China está ejecutando la fase II de ensayos clínicos de tres vacunas contra la COVID-19 en Pekín. La capital china es el centro de desarrollo de 21 proyectos de ciencia y tecnología que buscan dar respuesta a la epidemia provocada por el virus SARS-CoV-2.
Pekín establecerá un mecanismo que vincule la prevención, la práctica clínica, la investigación científica, el tratamiento y la aprobación de proyectos de emergencia. Se estima que el plan de acción se desarrolle en tres años con el objetivo de fortalecer el sistema de gestión de emergencias para la salud pública.
En consecuencia se acelerará la investigación y el desarrollo de reactivos para el diagnóstico, medicamentos, vacunas y equipos médicos. Además, Pekín apoyaría a las empresas fabricantes de medicinas y vacunas para ampliar las capacidades a la hora de satisfacer demandas.
En la misma línea se mejorarán los laboratorios de bioseguridad de nivel 3 y se fortalecerá el papel de las nuevas tecnologías –macrodatos, inteligencia artificial, 5G e internet de las cosas– en el seguimiento y el análisis de epidemias, el rastreo de virus y su prevención, control y tratamiento.
Vacunas contra la COVID-19
En total 2.575 voluntarios han sido inoculados en los proyectos que llevan adelante en el desarrollo de vacunas contra la COVID-19. «No se han registrado efectos adversos, informó el viceministro de Sanidad, Zeng Yixin.
Una de las vacunas que se desarrolla contra el nuevo coronavirus utiliza un adenovirus, un grupo de virus que causan afecciones respiratorias como resfriados, bronquitis o neumonía. Es un esfuerzo conjunto entre la Academia Militar de Ciencias Médicas del Ejército de China y la empresa CanSino BIO.
Los otros cuatros proyectos se enfocan en el desarrollo de vacunas clásicas, una forma debilitada del germen que causa la enfermedad. En este caso, una forma atenuada del virus SARS-CoV-2.
Otros de los dos proyectos enfocados en el desarrollo de vacunas contra la COVID-19 pertenecen al China National Biotec Group. En una vacuna trabaja en colaboración con el Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades; y en la otra colabora con el Instituto de Virología de Wuhan.
Promesa china
«Si China llegara a dar con la vacuna o las vacunas contra la COVID-19 sería un bien público global», aseguró el presidente chino Xi Jinping en la 73ª sesión de la AMS (Asamblea Mundial de la Salud).
El objetivo de China es contribuir con las naciones en vías de desarrollo al acceso de vacunas. También prometió 2.000 millones de dólares a las naciones pobres más afectadas por la pandemia. El presidente chino se mostró favorable a una «evaluación completa e imparcial» de la respuesta de Pekín a la crisis sanitaria mundial.
La carrera de una vacuna contra la COVID-19 pareciera marchar eficazmente. Hace dos semanas Pfizer esperaba licencia en Estados Unidos para probar una vacuna en humanos desarrollada en Alemania.
Ahora China señala que ya tiene tres vacunas contra la COVID-19 en la fase II. Los expertos siempre advierten el reto que significa producir miles de millones de vacunas para proteger a la población mundial contra cualquier enfermedad.
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