Verano y vacaciones van de la mano. Esta etapa estival tan esperada coincide con amplias normas de flexibilización de la pandemia. Playa, montaña, pueblos. Disfrute, paseos, encuentros y motivación para cuidar el medioambiente y librarlo de plásticos. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente pide mayores esfuerzos a las comunidades, sector turismo y vacacionistas para no contaminar con bolsas plásticas y otros desechos, los bellos y acogedores paisajes naturales.
El llamado de esa agencia, hoy Día Internacional libre de bolsas de plástico, es que el mensaje de preservación cale en la mente de las personas. No por un día, o una temporada, sino de manera permanente.
Hay conciencia de que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación son la trilogía que amenaza la vida en el planeta. Pero del entendimiento se debe pasar a acción, recomienda el PNUMA. Pues cada año, se producen 300 millones de toneladas de residuos plásticos, incluidos 11 millones de toneladas que eventualmente terminan en el océano. La mayor parte nunca desaparece, sino que se desintegra en partículas, las cuales son tragadas por peces o animales de cría y finalmente consumidas por los humanos en la comida o el agua.
Se usa una bolsa de plástico por solo 25 minutos. Pero se necesitan entre 100 y 500 años para que se desintegre. Además, un millón de bolsas de plástico se utilizan en el mundo cada minuto y el 80% de la basura marina es plástico. Escalofriante.
A la gravedad de este desafío se sumó la pandemia, que implicó un aumento en los residuos de equipos de protección personal. Aceleró la preferencia por el uso de productos plásticos de un solo uso. E interrumpió políticas de recolección de desechos y campañas de concienciación. Es una tormenta de plástico perfecta.
Bolsa plásticas y turismo en playas y montañas
El vínculo entre el plástico y el turismo no es casualidad. Los productos de plástico de un solo uso son una forma eficiente y económica de cumplir con los estándares de salud, seguridad e higiene. Mientras se garantizan a los huéspedes experiencias libres de preocupaciones.
Pero todas las pequeñas cosas que usamos y tiramos se acumulan. En términos de viajes y turismo, si no se toman medidas, el regreso a la normalidad podría producir un aumento de 251% en los desechos sólidos para 2050, advierte la agencia de Naciones Unidas.
El PNUMA y la Organización Mundial del Turismo (OMT) en colaboración con la Fundación Ellen MacArthur, adelantan la Iniciativa Mundial sobre Turismo y Plásticos. Su propósito es que gobiernos, industria y ciudadanos tomen medidas para reducir la contaminación por bolsa plásticas y otros productos plásticos, participar en el movimiento hacia la circularidad.
Esta alianza es parte del cambio sistémico que impulsa el Compromiso Global por la Nueva Economía del Plástico. Gobiernos de los cinco continentes y más de 500 instituciones y empresas vinculadas con más de 20% de los envases plásticos utilizados a nivel mundial ya están cumpliendo este compromiso a través de acciones concertadas.
Países restringen uso de bolsas plásticas
En el día a día, las bolsas de plástico se han convertido en uno de los objetos más cotidianos y también uno de los más perjudiciales para el medio ambiente. En España, al igual que otros países europeos, han establecido decretos y leyes para minimizar el uso de bolsas de plástico. Desde 2018 el proceso ha sido gradual y por productos y categorías.
A partir del 1 de enero, las bolsas más comunes (las gruesas, de más de 50 micras de espesor) desaparecieron de los supermercados. Las únicas que se pueden comercializar son las bolsas compostables muy ligeras (utilizadas para alimentos a granel como la fruta). Y las ligeras que se entregan en los puntos de venta. Las bolsas de plástico compostables son «aquellas que puedan degradarse biológicamente en plantas de compostaje o en compostadores domésticos». Además, en 2023, no se podrán distribuir de forma gratuita envases de plástico. Estas medidas forman parte del anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados.
Algunos países, como Francia e Italia ya han prohibido la producción de bolsas de plástico y han reducido notablemente su consumo. Otros países como Reino Unido, Portugal y Suecia han optado por aplicar impuestos sobre el uso de las bolsas, y en otros países como Finlandia o Alemania los establecimientos han establecido acuerdos voluntarios.
Asimismo, cuentan en la lista de países que restringen su uso, Irlanda, Australia, Argentina, Inglaterra, China, Estados Unidos, México, Alemania, Senegal y, entre otros, Francia.
Experiencias mundiales que dan esperanzas
El Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, hoteles en República Dominicana, Mauricio, Filipinas y Santa Lucía están demostrando que es posible desarrollar modelos comerciales innovadores para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Reducir el uso de bolsas plásticas, envases de un solo uso y mejorar la eficiencia de recursos.
Joegil Magtanggol es gerente del hotel Club Paradise Palawan en Filipinas, un hotel que trabaja en colaboración con el PNUMA para eliminar gradualmente los plásticos y crear conciencia sobre el problema entre sus huéspedes. Magtanggol, familiarizado con el desafío de obtener productos ecológicos a granel con un presupuesto limitado, describe la transición como una serie de «pequeños pasos».
Estos pequeños pasos han tenido un gran impacto. El hotel ahora ofrece a los huéspedes artículos de tocador naturales en dispensadores recargables. Empaqueta las comidas para llevar en cajas hechas como materiales biodegradables, como el almidón de yuca. Y obtiene y purifica su propia agua sin gas y con gas, y la sirve en botellas de vidrio reutilizables.
Además de eliminar la necesidad de comprar agua embotellada, al reducir los materiales desechables se disminuyó también el volumen de residuos y por ende los gastos para removerlos de la isla.
Para Club Paradise Palawan, el agua y las costas que rodean sus instalaciones en la isla filipina de Dimakya se encuentran entre sus activos más valiosos. Al ayudar a conservar el ecosistema marino, el hotel también protege el espectacular arrecife de coral por el que esta zona es famosa, y sigue atrayendo a buceadores de todas partes del mundo.
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