Parece ser tan bueno como se oye. En el futuro, la recarga de su coche eléctrico le podría salir gratis. Al menos, eso es lo que creen algunas compañías eléctricas europeas y fabricantes de automóviles japoneses. El secreto está en una propuesta que recibe el curioso nombre de V2G.
La alemana Energy Utilities, Customer Solutions, Renewable Energy (E.ON) y Électricité de France S.A. (EDF) están trabajando con la japonesa Nissan para desarrollar servicios que permitan que la energía almacenada en las baterías de vehículos eléctricos se venda de nuevo a la red. Ahora están intentando persuadir a los fabricantes de automóviles europeos a que sigan su ejemplo.
Una solución creativa para un problema complejo
Se prevé que millones de automóviles eléctricos salgan a las carreteras europeas durante la próxima década. Este hecho representa para las empresas de servicios públicos la oportunidad de vender más electricidad a los conductores. Sin embargo, también implica un riesgo. Se teme que las sobrecargas en las horas de mayor actividad puedan desestabilizar las redes eléctricas.
Por eso, E.ON está trabajando con Nissan para desarrollar los llamados servicios V2G («vehículo a la red»). Éstos permiten el flujo de la electricidad ambos sentidos. Incluyen también el software para agregar y comercializar datos de carga. De esta manera, la compañía eléctrica alemana puede predecir los máximos y mínimos de la demanda de electricidad.
La idea de Nissan es que si carga su vehículo eléctrico (VE) en horas de poca actividad y está preparado para vender energía a la red cuando esta se encuentra saturada, podría cargar el coche de manera gratuita.
La empresa francesa EDF se ha asociado con Nuvve, especialista en tecnología V2G con sede en San Diego. Juntas esperan desarrollar la primera red de carga V2G a escala comercial en Europa. Estaría destinada a vehículos fabricados por las japonesas Nissan y Mitsubishi.
La empresa italiana de servicios públicos Enel, también ha trabajado con Nissan y Nuvve. Juntas, buscan desarrollar programas piloto V2G en Dinamarca y los Países Bajos. También lo hacen en Roma y Génova.
No obstante hay un problema para las empresas eléctricas. A diferencia de Nissan, las compañías francesas y alemanas que fabricarán la mayoría de los automóviles eléctricos que se esperan en la carretera europea en los próximos años no están participando. Al menos por el momento.
La industria eléctrica es la gran beneficiaria del V2G
La idea de utilizar millones de baterías de VE como grandes centrales eléctricas virtuales para devolver la energía a la red existe ya desde hace años. Sin embargo, el concepto aún se encuentra principalmente en la fase piloto, sobre todo porque por ahora hay muy pocos vehículos eléctricos en las carreteras. Pero su atractivo para la industria eléctrica es obvio.
Si un automóvil se utiliza habitualmente menos del 10% del día, el resto del tiempo las baterías del coche podrían usarse para equilibrar la demanda y los vaivenes en las redes de energía, que cada vez necesitan hacer más malabares por el carácter intermitente de las energías solar y eólica.
Este es el caso de Alemania, en particular, que está eliminando gradualmente las plantas nucleares y de carbón, a diferencia de Francia y Japón, que se apegan a la energía nuclear para garantizar un suministro seguro.
En busca de estándares
Un obstáculo importante para el despliegue del V2G en Europa es que por ahora solo funciona bien con un estándar de carga VE desarrollado en Japón conocido como CHAdeMO. Mientras tanto, la sociedad conjunta de movilidad electrónica IONITY está tratando de establecer el enchufe del Sistema de Carga Combinada (CCS) como estándar de la industria de los vehículos eléctricos.
No obstante, en un momento en que aún no se han establecido los estándares globales de las infraestructuras para vehículos eléctricos, los fabricantes de automóviles alemanes se muestran reacios a renunciar a la tecnología en la que han invertido o a ceder demasiado control sobre los componentes de sus vehículos a las empresas energéticas, algo que el V2G les exige.
¿Cambio de paradigma?
Aun así, a pesar de haber avanzado poco hasta ahora, E.ON espera que el estándar CCS se convierta en parte de la fórmula V2G.
Un problema para los defensores del V2G es que la carga y descarga constantes se consideran como la forma más rápida de acortar la vida útil de una batería. Hay que olvidar que ésta es el componente más costoso en un VE. Generalmente, representa alrededor de un tercio de su coste.
Los analistas dicen que será crucial persuadir a los consumidores de que el V2G tiene sentido económico. También hay que convencerlos de que no supone un trastorno importante de sus vidas diarias.
Sin embargo, Nissan está convencido de que el V2G cambiará el paradigma. Ello se logrará una vez que se ofrezca a los consumidores un servicio que efectivamente signifique que pueden cargar vehículos de forma gratuita. El japonés Honda también planea incorporar la tecnología V2G cuando lance su primer VE en Europa este año.
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