La hidroxicloroquina es un fármaco que se utiliza para prevenir y tratar ataques agudos de malaria. También se utiliza para tratar el lupus y la artritis reumatoide cuando otros tratamientos no dan resultado.
Últimamente, el fármaco despierta el interés de la comunidad científica, porque se erige como un posible medicamento para el tratamiento de la COVID-19. Sin embargo, no hay datos concluyentes sobre el uso de hidroxicloroquina en pacientes con el virus SARS-Cov-2.
De hecho, una revisión de pacientes hospitalizados en centros médicos de la Administración de Salud de Veteranos de los Estados Unidos encontró que el uso de hidroxicloroquina se asocia con un aumento de la mortalidad general de los pacientes. Además encontró evidencia de que su administración con o sin azitromicina no reduce el riesgo de ventilación mecánica.
Datos limitados y contradictorios
La investigación apunta a que a pesar de que los datos sobre el uso de la hidroxicloroquina en pacientes con la COVID-19 son «limitados y contradictorios», la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos) autorizó su uso en casos de emergencias.
Los especialistas de distintas casas de estudios del sur de los EE UU advierten que el amplio uso que se le está dando al fármaco se basa solo en observaciones «limitadas y anecdóticas».
La investigación hizo un análisis retrospectivo de los datos de 368 pacientes. Los hospitalizados con la COVID-19 se clasificaron en tres grupos: quienes recibieron hidroxicloroquina, quienes recibieron un tratamiento de hidroxicloroquina más azitromicina y los que recibieron un tratamiento estándar contra la COVID-19.
Los resultados arrojaron que los pacientes que recibieron el tratamiento con hidroxicloroquina presentaron una tasa de mortalidad de 27,8%. A los que se les administró hidroxicloroquina con azitromicina presentaron una tasa de mortalidad del 21,1%.
Finalmente, quienes no recibieron tratamiento con hidroxicloroquina presentaron una tasa de mortalidad de 11,4%. Señala la investigación que: «En comparación con el grupo que no recibió hidroxicloroquina, el riesgo de muerte fue mayor por cualquier causa en el grupo que recibió tratamiento con hidroxicloroquina».
Conclusiones sobre el uso de la hidroxicloroquina
Las conclusiones de la investigación apuntan hacia una necesidad urgente de estudios «prospectivos, aleatorios y controlados» sobre su uso en el tratamiento de la COVID-19. Enfatizan que el creciente avance de la pandemia presiona a médicos y agencias reguladoras de todo el mundo para acelerar el desarrollo y aprobación de drogas experimentales y terapias existentes para combatir la enfermedad.
Además, agrega que la atención que ha despertado la hidroxicloroquina se basa apenas en un estudio no autorizado y no aleatorio. Estudios posteriores no confirman los beneficios del uso de la hidroxicloroquina sola o con azitromicina en pacientes con la COVID-19. La investigación tampoco encontró evidencia de que el uso de hidroxicloroquina con o sin azitromicina redujera el riesgo de ventilación mecánica en pacientes hospitalizados.
Advierten que ya ensayos clínicos que miden la seguridad y la eficacia del tratamiento están en marcha. Sin embargo, el amplio uso que se le está dando al fármaco plantea la necesidad de informar acerca de los resultados.
El estudio se llevó a cabo por investigadores de la Universidad de Virginia, la Universidad de Carolina del Sur y el Sistema de Atención Médica de Veteranos en Columbia. Se publicó a fines de la semana pasada en MedRvix, días antes de que Novartis anunciara la puesta en marcha de un ensayo clínico tipo III con hidroxicloroquina.
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