El uso de cigarrillos electrónicos ha estado asociado a varios riesgos de salud, especialmente vinculados al sistema respiratorio. Ahora, especialistas españoles, señalan que el empleo de esos dispositivos potencia la transmisión de la COVID-19.
Oncólogos del Grupo Español de Cáncer de Pulmón se refirieren a la nueva oleada de casos de coronavirus en personas jóvenes. Consideran que fumar estos cigarros electrónicos podría incrementar el riesgo de contagio del coronavirus.
Un estudio publicado por la revista Journal of Adolescent Health destaca que el diagnóstico de COVID-19 fue cinco veces mayor entre los usuarios de estos artefactos con edades comprendidas entre los 13 y 24 años de edad.
“Estamos alertando desde el inicio de la pandemia de los efectos del binomio SARS-CoV-2 y tabaco, tanto a nivel de transmisión como su repercusión sobre la salud pulmonar”, dice el doctor Mariano Provencio, jefe de oncología del Hospital Puerta de Hierro y presidente del GECP.
Desde el GECP, formado por 500 especialistas de todo el país, aseguran que es el momento de endurecer las políticas antitabaco. Tomando en cuenta el repunte de nuevos casos de la COVID-19.
“Es el momento de cercar su consumo, eliminándolo de los ámbitos públicos. Asimismo, protegiendo también a los no fumadores y evitando que los jóvenes se inicien en este hábito”, apunta el doctor Bartomeu Massuti, secretario del Grupo y jefe de oncología del Hospital General de Alicante.
Cigarrillos electrónicos y COVID-19
Los oncólogos insisten también en la necesidad de endurecer la legislación sobre los nuevos productos derivados del tabaco. “Cigarrillos electrónicos, vapeadores, cachimbas están ganando terreno. En muchos casos, aprovechando vacíos legales o alegando menor riesgo para la salud cuando sabemos que también causan impacto en los pulmones”, apuntó Massuti.
En este sentido, los expertos recuerdan que fumar o ser fumador reduce la capacidad pulmonar y conlleva un mayor riesgo de sufrir afecciones pulmonares graves. Así como aumentar la gravedad de las enfermedades respiratorias, como es el caso del coronavirus.
“El tabaco es un factor que empeora las perspectivas ante una infección pulmonar. Los oncólogos siempre hemos abogado por su desaparición para salvar miles de muertes evitables. Quizá la crisis sanitaria del coronavirus sea un momento para plantear otra vez mayores restricciones a su consumo”, concluye Massuti.
Aumento de riesgos
El estudio publicado por la revista Journal of Adolescent Health, precisa que un grupo de investigadores realizó en mayo una encuesta por Internet a más de 4.000 jóvenes estadounidenses de entre 13 a 24 años de edad. Los participantes debían responder cuestiones como si alguna vez habían usado vapeadores o cigarrillos combustibles. Y si habían vapeado o fumado en los últimos 30 días. También se les preguntó si habían experimentado síntomas compatibles con la COVID-19 o si habían tenido la enfermedad.
El trabajo encontró que entre los usuarios de cigarrillos electrónicos de este grupo de edad recibir un diagnóstico de la COVID-19 era cinco veces más probable. La cifra aumentaba a siete entre los que, además de cigarrillos electrónicos, fumaban tabaco. La probabilidad de experimentar síntomas relacionados con la enfermedad era casi cinco veces superior para estos usuarios duales.
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