Más de 4.000 millones de personas, es decir, más de 50 % de la población mundial, viven hoy en ciudades, señala el Banco Mundial en su reciente reporte.
Y calcula que la tendencia continuará. En 30 años, 7 de cada 10 personas habitará en zonas urbanas y sobrepasará los 6.000 millones.
Ante esto, el ente multinacional exige a los líderes urbanos actuar con rapidez para planificar el crecimiento, proporcionar servicios básicos y trabajar contra la contaminación atmosférica.
En el mundo, más del 50 % de la población vive en zonas urbanas.
Para 2045, la población urbana mundial aumentará en 1,5 veces hasta llegar a 6000 millones de personas. https://t.co/JMwLnNQjFI pic.twitter.com/yFVzHo2lbi— Banco Mundial (@BancoMundial) June 11, 2019
Y no es para menos. La contaminación del aire es una de las diez amenazas a la salud mundial en 2019 y mata a 7 millones de personas cada año, según la OPS/OMS.
Y cada vez hay más personas expuestas: 9 de cada 10 personas en todo el mundo respiran aire contaminado debido a las emisiones del tráfico, la industria, la agricultura y la incineración de residuos, dice la organización.
Por eso, el mundo espera solo porque los gobiernos cumplan el compromiso de luchar contra la contaminación del aire, que no se respira, a siete días de haberse celebrado el Día Mundial del Ambiente.
Ciudades y retos
Los centros urbanos consumen cerca de dos tercios de la energía del mundo y son responsables de más del 70 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, señala el BM.
“A medida que las ciudades crecen, también aumenta su exposición a los riesgos climáticos y de desastres. Casi 500 millones de residentes urbanos viven en zonas costeras, lo que los hace más vulnerables a las marejadas ciclónicas y al aumento del nivel del mar”.
Además, alrededor de 80 % del producto interno bruto (PIB) mundial se genera en las ciudades. Y en torno a estas se presentan desafíos: atender la creciente demanda de viviendas asequibles, de sistemas de transporte bien conectados y de servicios básicos.
Implica también generar empleos, en particular para los casi 1.000 millones de pobres que viven en asentamientos urbanos informales para estar cerca de las oportunidades.
¿Sin contaminación?
“Los Gobiernos nacionales y locales deben actuar ahora, configurar el desarrollo futuro de las ciudades y crear oportunidades para todos”, indica el Banco Mundial.
Considera también que las ciudades pueden cumplir una función importante en la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, el rol de las ciudades contra la contaminación atmosférica no es tarea fácil.
Nadie escapa a la amenaza que representa el aire contaminado, “desde el vientre materno hasta la tumba”, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante la Primera Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud, en octubre de 2018.
The #ParisAgreement offers a huge opportunity to simultaneously advance #ClimateAction, health & @GlobalGoalsUN. The implementation of the agreement would save over 1 million lives a year by 2050 through reduced #AirPollution. #WorldEnvironmentDay pic.twitter.com/qiOhOrtUbH
— Tedros Adhanom Ghebreyesus (@DrTedros) June 5, 2019
Se calcula que 3.000 millones de personas usan habitualmente combustibles contaminantes en el interior de sus hogares para cocinar y calentarse. Y los agentes contaminantes le pasan factura a la salud: Al menos un tercio de las muertes por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas se deben a la contaminación atmosférica.
Pekin adelante
Trabajar contra la contaminación ambiental y lograr ciudades más vivibles para sus poblaciones crecientes, es un camino que gobiernos y países no transitan con fuerza aún. A excepción de China, que lleva la delantera.
Desde hace un año, China, el país más poblado del mundo con 1.355 millones de habitantes, avanza a una velocidad récord y en particular Pekin, su capital. Sus ciudades han reducido la concentración de partículas finas en el aire en promedio 32%, en tan solo cuatro años, según reportes.
El gobierno diseñó un plan nacional de la calidad del aire que obligaba a todas las zonas urbanas a reducir entre 10% y 25% las concentraciones de contaminación de partículas finas.
Pekin destinó 120.000 millones de dólares para lograrlo y los medios reportaron que las medidas funcionaron.
Las ciudades chinas Shanghái y Cantón, además de la capital, restringieron la circulación de autos en las calles.
Además prohibió el funcionamiento de nuevas centrales eléctricas con carbón en las regiones más contaminadas del país, entre ellas el área de Pekín. Y redujo su capacidad de producción de acero y hierro.
Hacia urbes sostenibles
En 2019, falta el compromiso en muchas partes del mundo, pero existen estrategias.
La OMS ha propuesto la promoción de cocinas “limpias” que no usen combustibles contaminantes en el interior de sus hogares para alcanzar al menos dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Mientras, la ONU ha planteado cambios de modelo económico. Entre estos terminar con los subsidios para los combustibles fósiles y cambiar hacia energías renovables. También vehículos eléctricos.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, expresó la necesidad de reunir un compromiso político para lograr la meta.
Construir ciudades que “funcionen” —que sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles— requiere coordinación normativa intensiva y oportunidades de inversión. Este ha sido el pedido del Banco Mundial.
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