Por Cambio16
27/02/2017
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe crear una comisión de investigación sobre el historial de Myanmar en materia de derechos humanos, como ha hecho con Corea del Norte y Eritrea, y no escatimar a su líder, dijo el lunes un enviado de derechos humanos.
Keith Harper, que se desempeñó como embajador del presidente estadounidense Barack Obama en el consejo de Ginebra desde 2014 a enero de este año, dijo que la líder de facto de Myanmar, Aung San Suu Kyi, había «fracasado completamente» para abordar la difícil situación de la minoría musulmana rohingya pero que los diplomáticos occidentales y defensores de los derechos humanos la veían como «una héroe» y podría dejar a Myanmar fuera de observación.
Asimismo, el relator teme que la nueva administración estadounidense, que aún no ha nombrado a su sustituto en Ginebra, podría tratar de minimizar la situación.
«Para muchos, su estatus icónico por emprender una cruzada pro-democracia hace difícil responsabilizar a un gobierno dirigido por Suu Kyi por violaciones a los derechos humanos», escribió Harper. «Su premio Nobel se ha convertido en un escudo muy espantoso para un escrutinio apropiado»
El Consejo de Derechos Humanos debatirá sobre Myanmar durante una sesión de tres semanas comenzando este lunes, y Harper dijo que esta instancia debería ordenar una investigación completa, que él describió como «medicina pesada reservada para los más horrendos casos de derechos humanos».
Un informe de la oficina de derechos humanos de la ONU, basado en el testimonio de los musulmanes rohingyas que habían huido a Bangladesh, dijo que las fuerzas de seguridad de Myanmar probablemente habían cometido crímenes contra la humanidad, como una campaña de asesinatos y violaciones en grupo.
Más tarde funcionarios de la ONU dijeron a Reuters que creían que más de 1.000 personas habían muerto.
Harper, escribiendo en el foro en línea de Just Security, dijo que muchos esperaban que Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de la Paz 1991, abordara la crisis de los derechos humanos cuando asumió el poder hace un año.
Pero había quedado claro que, aunque estaba feliz de ser alabada como un icono de la democracia, no estaba preparada para defender una minoría musulmana impopular y perseguida, y sería un error ahorrarle el escrutinio.
«Incluso aceptando que Suu Kyi no controla suficientemente a los militares, ha fracasado por completo en utilizar su considerable púlpito de intimidación que sin duda sería impactante», escribió.