Aunque China adelanta varias misiones para completar la construcción de su estación espacial, prevista para 2022, ya tiene en puertas muchas solicitudes de investigación en agenda. La Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA) ha aprobado tentativamente más de 1.000 experimentos, solicitados desde todo el mundo. Varios de ellos ya han sido lanzados.
Antes de abril, la Estación Espacial Internacional era el único laboratorio en órbita. Muchos investigadores dicen que Tiangong o ‘palacio celestial’, es un proyecto bienvenido para la observación astronómica y de la Tierra. También para estudiar cómo la microgravedad y la radiación cósmica afectan los fenómenos, entre otros.
Sin embargo, otros argumentan que las estaciones espaciales tripuladas son costosas y tienen un propósito más político que científico.
“El acceso al espacio es de beneficio científico, sin importar quién construya y opere las plataformas”, dice Julie Robinson, científica en jefe de exploración y operaciones humanas en la NASA.
«Necesitamos más estaciones espaciales. Una estación espacial definitivamente no es suficiente», agrega Agnieszka Pollo, del Centro Nacional de Investigación Nuclear de Varsovia. La astrofísica forma parte de un equipo de experimentación para estudiar las explosiones de rayos γ.
La ISS se lanzó en 1998, como una asociación entre agencias espaciales de Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá. Desde entonces ha albergado más de 3.000 experimentos. Pero China no tiene acceso debido a las normas estadounidenses que prohíben a la NASA utilizar fondos para colaborar con China.
La mayoría de los experimentos programados para Tiangong involucrarán a investigadores chinos. Pero el gigante asiático dice que su estación espacial estará abierta a la colaboración de todos los países, incluido Estados Unidos, señala Nature.
Estación espacial de China en camino
En junio de 2019, la CMSA y la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas (UNOOSA), que promueve la colaboración en el espacio, seleccionaron nueve experimentos. Además de los 1.000 que China ha aprobado tentativamente, para realizar una vez que la Estación Espacial esté completa. Simonetta Di Pippo, directora de la Oficina, en Viena, indica que involucran a 23 instituciones en 17 países.
China lanzó anteriormente 2 pequeños laboratorios espaciales: Tiangong-1 y Tiangong-2, que albergaron más de 100 experimentos. Ambos estuvieron dando vueltas a la Tierra durante varios años, pero ya no están en órbita.
La Estación Espacial ofrece nuevas instalaciones y China fomenta experimentos que no se habían intentado antes en el espacio, anticipa Tricia Larose, médica de la Universidad de Oslo. “Están diciendo, sí, construyan su hardware, háganlo completamente nuevo. Hagan algo que nunca se haya hecho antes y envíenoslo», apunta la investigadora de un proyecto planificado para 2026.
Entretanto, la primera sección de Tiangong en llegar fue un módulo central conocido como Tianhe o ‘armonía de los cielos’. A finales de mayo, un buque de carga llamado Tianzhou-2 ‘barco celestial’, fue enviado y atracado, entregando combustible, trajes espaciales y equipo experimental. En junio, tres astronautas chinos, o «taikonautas», a bordo del Shenzhou-12, ‘nave divina’ también atracaron y ocuparon la cámara de 17 metros de largo que será su hogar en los próximos tres meses.
Durante el año 2022, la CMSA enviará otras ocho misiones a Tiangong, que albergarán principalmente experimentos científicos.
Muchos experimentos esperan por la estación espacial de China
La estación china tendrá más de 20 racks experimentales, que son minilaboratorios con entornos cerrados presurizados, precisa Yang Yang. Él es director de cooperación internacional en el Centro de Tecnología e Ingeniería CAS para la Utilización del Espacio en Pekín.
Fuera de la estación habrá 67 puntos de conexión para el hardware de investigación frente a la Tierra o al cielo. Una poderosa computadora central procesará los datos de los experimentos antes de enviarlos a la Tierra.
Los experimentos que se envían a la nueva estación espacial abarcan numerosos campos. Zhang, el investigador principal de HERD (instalación de detección de radiación cósmica de alta energía) explica que se trata de una asociación que involucra a Italia, Suiza, España y Alemania, programada para 2027. Este detector de partículas estudiará la materia oscura y los rayos cósmicos, y costará alrededor de 1.000 millones a 2.000 millones de yuanes (de 155 millones a 310 millones de dólares),
Zhang y Pollo también están involucrados en POLAR-2, que estudiará la polarización de los rayos emitidos por explosiones grandes y distantes. Con el objetivo de aclarar las propiedades de los estallidos de rayos γ, y posiblemente las ondas gravitacionales.
Larose planea enviar manchas en 3D de tejido intestinal sano y canceroso, conocido como organoides. Quiere saber si el entorno de muy baja gravedad ralentizará o detendrá el crecimiento de las células cancerosas, lo que podría conducir a nuevas terapias.
Otros proyectos de científicos de la India y México estudiarán las emisiones ultravioleta de las nebulosas y los datos infrarrojos de la Tierra. Para estudiar las condiciones meteorológicas y qué impulsa las tormentas intensas.
Propósitos científicos enfrentados a los políticos
A pesar de que muchos de los proyectos son asociaciones entre científicos chinos y occidentales, las tensiones geopolíticas han dificultado las colaboraciones. Larose dice que Noruega aún tiene que firmar un acuerdo bilateral con China que le dé luz verde a su proyecto.
Merlin Kole, astrofísico de la Universidad de Ginebra en Suiza, también está trabajando en POLAR-2. Agrega que el cumplimiento más estricto de las regulaciones de exportación significa que hay una burocracia adicional en el envío de hardware electrónico a China.
Pero Di Pippo advierte que las tensiones hasta ahora no han tenido impacto en el progreso de los proyectos seleccionados por UNOOSA. Añade que la agencia está discutiendo con la CMSA para enviar más experimentos a la estación espacial de China para fines del próximo año.
Algunos científicos han argumentado que las estaciones espaciales tripuladas son una pérdida de dinero: el costo de Tiangong no se ha hecho público. La ISS costó unos 100.000 millones de euros (118.000 millones de dólares) para construir y mantener durante su primera década.
«Con las misiones robóticas, obtendría un beneficio científico mucho mayor por el dinero», dice Gregory Kulacki, analista sobre temas de seguridad en China. Trabaja para la Union of Concerned Scientists, un grupo de defensa con sede en Cambridge, Massachusetts. “Dentro de China, como dentro de Estados Unidos, ha habido una tensión entre los científicos que quieren hacer la mejor ciencia posible y que prefieren las misiones robóticas. Mientras los gobiernos quieren utilizar programas de vuelos espaciales tripulados principalmente con fines políticos».
Diseñan telescopio que competiría con el Hubble
Otros investigadores aseguran que aunque los satélites ofrecen una alternativa para algunos experimentos, particularmente los que requieren microgravedad, las estaciones espaciales tripuladas son esenciales. Proporcionan un hogar para observaciones a largo plazo, capacidad de procesamiento de datos. Y acceso para astronautas que pueden realizar tareas de mantenimiento y ejecutar experimentos.
Además de albergar experimentos de investigadores, Tiangong está destinado a probar tecnologías de viajes espaciales humanos para apoyar los objetivos de exploración espacial de China, afirma Zhang.
Se proyecta que la estación espacial china operará una década. Pekín tiene planeado lanzar otras naves espaciales para trabajar en conjunto. El China Survey Space Telescope, o Xuntian (‘inspeccionar los cielos’), es un telescopio óptico de dos metros que rivalizará con el telescopio espacial Hubble de la NASA. Se acoplará periódicamente con Tiangong para reabastecimiento de combustible y mantenimiento.
Está programado para lanzarse en 2023 y tendrá un campo de visión más grande para observar el universo profundo que el Hubble, refiere Nature.