A lo largo de más de tres décadas de experiencia profesional, el doctor Mario Alonso Puig, una de las eminencias más prominentes en el campo de la autoayuda, de cuya extensa obra se han vendido más de 300.000 ejemplares solo en España, ha llegado a la conclusión de que la mayoría de las personas se sienten insatisfechas y anhelan la felicidad.
Hay un vacío en sus vidas que intentan llenar desde fuera, creyendo que lo más importante es tener. En El camino del despertar nos propone un viaje interior de descubrimiento y transformación para convertirnos en la persona que siempre anhelamos ser y que, en potencia, somos. Mientras creamos que la felicidad viene de fuera, andaremos perdidos.
Lo más importante en la vida no es tener, sino ser. Sin embargo, la sociedad persigue el poder, la fama y la fortuna en la falsa creencia de que ahí se encuentra la felicidad, que equipara al éxito material. En su último libro –El camino del despertar (Editorial Espasa, 2023), Mario Alonso Puig nos guía a través de un proceso de transformación que comienza en uno mismo y tiene como meta el cambio, primero personal y, después, del mundo en que vivimos, puesto que el autoconocimiento nos lleva a comprender, y solucionar, mucho de los desafíos y retos que nos plantea la existencia.
La mayoría de las personas anhelan la felicidad, pero no saben cómo encontrarla. Aspiramos a tener mejor salud, bienestar y prosperidad, pero somos conscientes de que, si no cambiamos nuestra forma de ser, jamás lograremos alcanzar la meta de la felicidad. Todo lo que nos pasa sucede en nuestro cerebro. En este órgano se producen nuestros sentimientos y emociones, todo lo relacionado con nuestro estado mental, pero también el estado físico y su impacto en nuestra dimensión espiritual.
Para superar las barreras físicas, anímicas y espirituales que operan desde dimensiones ocultas de nuestra mente, Mario Alonso Puig nos propone recorrer un camino –el Camino del Héroe– para comprender algunos de los descubrimientos más fascinantes que se han hecho acerca del funcionamiento del cerebro, de la naturaleza de la realidad y de la manera en la que nuestra mente determina lo que percibimos. El camino del despertar nos proporciona la inspiración y la estrategia necesarias para que podamos vivir de acuerdo a nuestras verdaderas posibilidades.
Confiesa que ha pasado más de 30 años intentando comprender por qué nos complicamos la vida y se la complicamos a los demás. ¿A qué conclusiones ha llegado?
Pocas personas han encontrado su verdadero propósito en la vida y, menos aún, han caído en la cuenta de que lo más importante no es tener, sino ser. Esto produce un vacío interior que cada uno busca rellenar como puede y, con frecuencia, las estrategias que utilizamos, lejos de ayudarnos, nos alejan precisamente de eso que estamos buscando y que podría resumirse en una frase: ser felices.
Se trata de conocernos a nosotros mismos para ser más felices, pero una cosa es lo que creemos que somos y otra muy distinta lo que realmente somos. ¿Cómo podemos iniciarnos en el autoconocimiento?
Para emprender el viaje del autoconocimiento tenemos que experimentar lo que se denomina insatisfacción inspiradora. Mientras creamos que la felicidad viene de fuera, andaremos perdidos. El bienestar sí viene de fuera, pero la felicidad viene de dentro.
Este estado de plenitud al que conocemos como felicidad no es otra cosa que el resultado de reconectar con la esencia que nos constituye, con nuestro ser. Por eso, una cosa es lo que creemos que somos, que se expresa a través de nuestra personalidad, y otra muy distinta es lo que somos, que se expresa a través de una presencia que irradia alegría, entusiasmo, serenidad y, confianza.
El camino del héroe, su puente para el autoconocimiento, recrea la Odisea. ¿Por qué nos cuesta tanto regresar a Ítaca donde nos espera la felicidad después de múltiples experiencias y aventuras?
Para mí, no hay otro motivo que el habernos establecido en nuestra “zona de confort” pensando que aquello que está más allá de ella o es inaccesible o está lleno de peligros. Nuestra aversión al riesgo puede ser tan marcada que preferimos lo malo conocido a lo bueno por conocer. Hace quinientos años muy pocos se aventuraron más allá de la línea del horizonte porque se daba por hecho que dicha línea marcaba el fin del mundo.
Marcel Proust decía que el camino del descubrimiento no consiste en salir a buscar nuevas tierras, sino en aprender a ver la vieja tierra con nuevos ojos. ¿No estamos buscando fuera lo que solo podemos encontrar dentro?
A las personas nos cuesta mirar en nuestro interior por dos posibles motivos. El primero de ellos es porque creemos que no vamos a encontrar nada de verdadero valor y, el segundo, es porque nos da miedo lo que podamos encontrar. Hablo de viejos traumas y heridas que hemos relegado al inconsciente para intentar olvidarlos y así no volver a sentir ese dolor que una vez experimentamos. Es verdad que en el viaje interior uno encuentra “nubarrones negros” que pueden llegar a asustar. Sin embargo, lo que nunca hemos de olvidar es que más allá de ellos siempre está el sol. Su existencia puede ocultarse, pero no puede eliminarse. Nuestra esencia, nuestro Ser es ese Sol que proporciona luz y calor.
La motivación más profunda es la que viene del ser, sin embargo, la sociedad nos empuja a valorar más la motivación del tener. Tanto tienes, tanto vales. ¿Cómo pasar del tener al ser? ¿Los vacíos del ser se pueden rellenar con el tener?
Los vacíos del ser no se pueden llenar con el tener. Nuestra sociedad en su conjunto no considera que ser feliz sea lo mismo que tener éxito en la vida. Una cosa es lo que decimos y otra muy diferente lo que hacemos. Lo que se considera hoy en día como expresión del éxito es el poder, la fama y la fortuna. El tener nos da tranquilidad y confort, pero solamente el ser nos da verdadero gozo, paz interior y confianza. Uno puede tener mucho en solitario, pero solo puede ser feliz si le importa de verdad que también lo sean los demás.
La felicidad plena es una quimera. ¿Cómo lograr sentirnos bien con nosotros mismos?
La felicidad plena no es una quimera, lo que pasa es que se encuentra donde no la buscamos. La mejor manera de sentirse bien con uno mismo, al menos a medio y largo plazo, es hacer en cada momento lo que se considera que es lo correcto, aunque no sea lo que a uno más le convenga.
¿Realmente somos lo que pensamos?
Nosotros somos mucho más de lo que pensamos, sentimos, decimos o hacemos. Lo que pensamos afecta a cómo nos sentimos, a cómo percibimos y a cómo nos comportamos y, por eso, es lo que conforma en gran medida nuestra personalidad. La personalidad no corresponde a lo que uno es, sino a la forma que uno tiene de ser y de estar en el mundo.
El camino del despertar persigue que descubramos una nueva realidad. ¿Qué es lo que nos impide ver esta realidad y avanzar?
Mi último libro El camino del despertar responde al anhelo que tienen muchas personas de experimentar mejoras significativas en sus vidas. En este libro propongo una manera de lograrlo. Lo que nos impide ver esta nueva realidad llena de posibilidades es el desconocimiento de quienes somos y del potencial oculto que todos tenemos.
Las limitaciones físicas, mentales y anímicas que dificultan vivir en plenitud operan desde “dimensiones ocultas de nuestra mente”. Sin embargo, cada vez conocemos mejor el funcionamiento del cerebro. ¿Cuáles son esas dimensiones ocultas?
El inconsciente es el gran enigma, ya que es la parte de la mente que nos conecta con la dimensión espiritual de la existencia. Es en el inconsciente donde están los muros y también los puentes que nos bloquean o nos permiten el paso a todo un mundo de infinitas posibilidades. En el inconsciente están nuestras sombras y también el recuerdo de nuestra verdadera Identidad, de quienes somos en realidad.
En este viaje que nos propone nos acompañan mentes brillantes, pero también recurre a elementos de la cultura popular. ¿Toda esa tradición y conocimiento –los refranes de la abuela, por ejemplo– encierran la verdadera sabiduría?
Hay un conocimiento que procede del mundo académico y de los grandes investigadores en la ciencia y en las humanidades y hay otro conocimiento, no menos valioso, que procede de habernos hecho preguntas a lo largo de la historia y de haber buscado respuestas a través de la experiencia directa. La cultura popular recoge en gran parte este tipo de conocimiento.
El miedo hace que todo lo desconocido lo veamos como peligroso y nos impide crecer y evolucionar y llega incluso a activar el gen del suicidio celular. ¿Cómo superar el miedo? ¿Podemos distinguir entre las amenazas reales y las imaginarias?
El miedo que genera la propia mente es nuestro mayor oponente, ya que reaccionamos como si las circunstancias en las que nos encontramos fueran realmente peligrosas cuando la mayor parte de las veces no es así. Por eso, en determinados momentos, puede ser aconsejable recordar que el mundo mental puede ser menos benévolo que el mundo real. Yo lo que propongo es que se explore pasito a pasito y uno vea si el miedo está realmente fundado o no. En estos momentos puede ser útil hacernos una pregunta: ¿cuál es el paso más pequeño que me atrevo a dar? A continuación, hay que dar ese paso si uno no quiere quedar apresado en las garras del miedo. La valentía no está reñida con la sensatez.
Sentimos miedo al pretender abandonar nuestro caparazón, nuestra zona de confort y seguridad, pero las oportunidades siempre implican riesgo. ¿Por qué arriesgarse ante el vacío de lo nuevo?
Todo crecimiento importante, toda mejora significativa, toda evolución transformadora suele tener lugar cuando nos atrevemos a explorar más allá de nuestro mundo conocido y familiar. Por eso, la humanidad ha evolucionado porque no se ha resignado a vivir en lo conocido cuando lo conocido, en un momento determinado, no nos estaba dando lo que realmente necesitábamos. Hace un millón de años, el Homo erectus abandonó su hogar en África para adentrarse en mares desconocidos y colonizar nuevos territorios como Asia y Australia. No creo que dadas las condiciones climatológicas de entonces hubiéramos sobrevivido como especie si nos hubiéramos quedado en nuestro mundo conocido.
DESPERTAR A UNA NUEVA REALIDAD
Muchos de nosotros somos conscientes de que hay algo en nuestras vidas que no funciona como nos gustaría. Es como si no estuviera mal, pero no terminara de estar del todo bien, y no hablo solo de aquello que se relaciona con el tener, sino también de lo que se relaciona con algo de mucha mayor profundidad, que es el ser. Numerosas personas pueden anhelar un mayor nivel de salud, prosperidad, bienestar o felicidad.
Sin embargo, también son conscientes de que para que esa mejora tenga lugar, algo debe cambiar, y de forma radical, en su manera de ser. Todos podemos reconocer que hay limitaciones en nuestra forma de percibir las cosas, de pensar, de sentir y de actuar que no ayudan a alcanzar eso que anhelamos. He pasado más de 30 años intentando comprender por qué nos complicamos tanto las cosas y, por supuesto, por qué se las complicamos a los demás. Y me he dado cuenta de que solo una búsqueda interior seria y profunda puede dar una respuesta a nuestras preguntas.
Para tomar nuevas decisiones en nuestra vida, primero tenemos que ver lo que todavía no somos capaces de ver. Lo que me propongo ofrecer en este libro es un camino para superar las limitaciones mentales, emocionales y anímicas que no nos dejan avanzar. Cuando comprendamos qué es lo que nos pasa en esos momentos en los que no entendemos qué es lo que nos sucede, se abrirá un nuevo mundo de posibilidades. A partir de entonces seremos capaces de tomar nuevas decisiones que traigan a nuestra vida un nivel de bienestar y felicidad que antes nos parecía inalcanzable.
Cada lector vivirá su propio viaje en el que nadie sabe lo que encontrará ni lo que será capaz de descubrir. Lo que sí sabemos es que, si nuestro compromiso es firme y auténtico, evolucionaremos, creceremos y despertaremos a una nueva realidad. Esa es la intención que me mueve a escribir estas líneas: ayudar a despertar.
“Para emprender el viaje del autoconocimiento tenemos que experimentar lo que se denomina insatisfacción inspiradora. Mientras creamos que la felicidad viene de fuera, andaremos perdidos. El bienestar sí viene de fuera, pero la felicidad viene de dentro. Este estado de plenitud al que conocemos como felicidad no es otra cosa que el resultado de reconectar con la Esencia que nos constituye, con nuestro ser. Por eso, una cosa es lo que creemos que somos y que se expresa a través de nuestra personalidad y, otra muy distinta, es lo que somos y que se expresa a través de una presencia que irradia alegría, entusiasmo, serenidad y confianza”.
Los sentimientos, las emociones, todo se reduce a las hormonas: cortisol, oxitocina, dopamina, endorfina, serotonina. ¿Es una cuestión de química? ¿Cómo gestionar las emociones?
En la naturaleza humana hay una dimensión física, otra mental y otra espiritual. La química hormonal forma parte de la dimensión física y tiene un impacto muy profundo tanto en la dimensión mental como en la anímica. Por eso, la química, sin ser lo único que importa, sí importa y mucho. La gestión de las emociones precisa de una estrategia y un entrenamiento que requiere disciplina. Hay varios elementos que ayudan a gestionar las emociones y uno de ellos es aprender a aquietar la mente, a serenarla a través de la práctica meditativa.
Afirma que para empatizar no hay que juzgar, pero a la postre estamos llenos de prejuicios. ¿Por qué cuesta tanto ponerse en el lugar del otro? ¿Cómo acallar esa voz interior de la conciencia que usted identifica con la red neuronal por defecto?
La red neuronal por defecto es la que da el soporte físico a nuestra identidad egóica y, por eso, está constantemente en un proceso de “rumiación” acerca del pasado y del futuro. Por otra parte, hemos sido condicionados desde pequeños a juzgar en lugar de a preguntar y escuchar. La empatía sigue siendo una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Además, al ser nuestra mente tan egocéntrica, todo o casi todo ha de girar alrededor de nuestros deseos y necesidades. Por eso, me parece tan relevante la frase de Ralph Waldo Emerson: “Nadie ha aprendido el sentido de la vida hasta que no ha sometido a su ego para servir a sus hermanos”.
¿El orgullo es la expresión última del egocentrismo?
Hay una forma de orgullo que es el orgullo neurótico que sí es expresión de egocentrismo. El orgullo neurótico tiene su propia fórmula:
Orgullo neurótico = Incapacidad para aceptar la fragilidad humana + rechazo del dolor + enfrentamiento a la vida + posicionamiento como una víctima + materialismo + indiferencia a los sentimientos y necesidades de los demás + huida de la introspección + referencia a seguir el perfeccionismo más absoluto.
Estamos saturados de pensamientos perversos, inmersos en un ecosistema tóxico. Valoramos la inteligencia, pero creemos que la bondad es cosa de tontos. ¿Ser mejores personas no es una cuestión de educación?
Una cosa es ser bueno y otra muy diferente es ser blando. La bondad corresponde a personas fuertes, no blandas. No podemos tampoco confundir bondad con pasividad o sumisión. Las personas buenas tienen en consideración no solamente su bien, sino también el de los demás. Por eso, tienen la capacidad de parar los pies a alguien sin buscar hacerle daño. Una persona buena sabe poner límites, mientras que una blanda no.
Constantemente nos estamos recriminando, reprobando, censurando. El club de la culpa o, en expresión de Joaquín Sabina, la cofradía del Santo Reproche. ¿La queja mata?
La queja, cuando es destructiva o cuando no va unida a una propuesta de mejora, es dañina para la salud porque tanto la ira como la sensación de impotencia sabemos que dañan la salud. El reproche es dañino porque busca que alguien se sienta culpable y esto no ayuda a nadie.
Libros del Dr. Mario Alonso Puig
- Madera de líder; Vivir es un asunto urgente;
- Reinventarse: tu segunda oportunidad (42 ediciones y traducido a 16 idiomas);
- Ahora Yo;
- La respuesta;
- El cociente agallas (Premio Espasa de Ensayo 2013);
- El guardián de la verdad y la tercera puerta del tiempo;
- ¡Tómate un respiro! Mindfulness, el arte de mantener la calma en medio de la tempestad;
- Tus tres superpoderes para lograr una vida más sana, próspera y feliz;
- 365 ideas para una vida plena
- Resetea tu mente. Descubre de lo que eres capaz.
El ser humano vive en un estado de alerta permanente en el que el estrés es la respuesta instintiva ante la amenaza percibida. ¿Por qué hemos convertido el estrés, origen de malestar y enfermedades, en un estilo de vida?
Como muy bien comenta el Dr. Sapolski, de la Universidad de Stanford, el problema es que nuestra mente no para de estresarnos de mil maneras. Este tipo de estrés, denominado estrés crónico o distrés está en el origen de muchas enfermedades. Nuestra sociedad se ha acostumbrado a vivir de esta manera porque en el centro no está el bienestar de las personas, sino su productividad.
Estamos atrapados en el futuro: expectativas, objetivos, metas, deseos… Intentamos labrarnos un porvenir y somos incapaces de asumir y vivir el presente. ¿Cómo escapar de esta neurosis?
Por un lado, tenemos que estar dispuestos a pagar el precio que supone vivir de una manera más equilibrada y, por otro, hemos de decidir cuáles queremos que sean nuestras verdaderas prioridades y cómo definimos el éxito, independientemente de lo que la sociedad decida que es el éxito. Hemos de recordar que el estudio más largo que existe sobre la felicidad, realizado por la Universidad de Harvard, podría resumirse de una forma muy sencilla: “No importa tanto dónde estás como con quién estás”. Si no tenemos tiempo para crear lazos afectivos, nos vamos a perder una parte esencial de la vida.
Asimismo, las decisiones adoptadas en el pasado lastran nuestra existencia. Vivimos en modo condicional, pensando constantemente qué habría pasado si hubiésemos actuado de otra manera. ¿Ese ámbito de las posibilidades potenciales nos aleja también de la realidad?
Por una parte, nuestra memoria no es del todo fiable y, por otra, nos cuesta perdonar y olvidar. Esto hace que sigamos encadenados a viejos resentimientos que siguen condicionando nuestra manera de vivir en el presente y que incluso se proyectan al futuro. Hemos de entender que las decisiones que tomamos, por erróneas que estas fueran, las tomamos con el nivel de consciencia que teníamos entonces. A vista pasada todo es mucho más fácil. Intentemos, aunque no sea sencillo, comprendernos y comprender algo más y condenarnos y condenar algo menos. Si así lo hacemos, notaremos grandes mejoras en nuestras vidas.
Decía Campoamor que, en este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. Interpretamos todo de forma subjetiva. ¿Por qué es esencial entender el contexto?
Nada de lo que nos rodea tiene un significado por sí mismo. Todos los significados los ponemos nosotros y, con frecuencia, dichos significados son profundamente limitantes y erróneos. Quien aprende a atribuir nuevos significados, nuevas interpretaciones a lo que le ocurre, acaba percibiendo una realidad diferente.
Afirma que somos adictos al sufrimiento porque vivimos identificados con nuestros egos. ¿No entraña este concepto una aparente contradicción?
Lo que es contradictorio es que nuestra experiencia vital dependa de los diferentes apegos que tenemos. Hay muchas personas que pueden caer en la desesperación si pierden su móvil o alguien les abandona. Nosotros vivimos apegados a nuestro ego porque nos hemos identificado con él. Al ego no le interesa que seamos felices, sino que vivamos apegados a la juventud, al poder, a la fama o a la fortuna. Él sabe que todo esto es efímero porque aquello que es eterno, él no nos lo puede proporcionar, ya que es algo que solamente corresponde a nuestra esencia, a nuestro ser.
Nos pasamos la vida buscando respuestas. ¿Es posible que no nos hagamos las preguntas adecuadas?
Toda pregunta invita a una determinada manera de mirar. Si no nos hacemos preguntas que tengan una determinada profundidad y que vayan precedidas de ese silencio que invita a la reflexión, es difícil que podamos encontrar esas respuestas que tienen el potencial de cambiarnos la vida.
Todos tenemos nuestra propia novela de la vida. Decía Lennon que la vida es aquello que sucede mientras estamos ocupados haciendo otros planes. ¿Cómo podemos entrenar el cerebro para mejorar nuestra vida?
Para mí, lo que hay que hacer es cuidar del cerebro y entrenar la mente. Al cerebro lo cuidamos con nutrición, ejercicio físico y descanso. A la mente la entrenamos marcando prioridades y enfocándonos en ellas. También aprendiendo a aquietar el “ruido mental” a través de la práctica del mindfulness. Además, entrenamos la mente ejercitándonos en la gratitud, paseando por la Naturaleza y desarrollando una actitud de servicio hacia los demás.
La Fundación del Español Urgente ha elegido «polarización» como la palabra del año 2023. ¿Qué le sugiere? ¿Qué término nos propone para 2024?
Yo asocio la polarización con el distanciamiento e incluso el enfrentamiento. Propondría como término para el año 2024 la voluntad de ‘encuentro’.
“EN TODO SER HUMANO HAY GRANDEZA”
Mario Alonso Puig es médico, especialista en cirugía general y del aparato digestivo, y Chairman del Center for Health & Well-Being del IE University. Además, es Fellow en Cirugía por la Universidad de Harvard, en Boston, ITP por el IMD de Lausana, certificado en Coaching Sistémico por el Instituto Tavistock de Londres y en Hipnosis ericksoniana por el Instituto Milton Erickson de Scottsdale, en Arizona. Asimismo, se formó en medicina mente-cuerpo en el Instituto Mente-Cuerpo de la Universidad de Harvard, cuyo presidente fue el doctor Herbert Benson, y en MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) en el Center for Mindfulness in Medicine Health Care and Society, adscrito a la UMASS Medical School. Es miembro del Applied Innovation Institute (AII) radicado en Silicon Valley, California, y del GNH Centre de Bután, estando certificado como GNH practitioner por dicho centro, y siendo uno de los fundadores del GNH Centre de Bután, en Madrid. Además de su práctica como cirujano a lo largo de 26 años, se formó y trabajó durante dos años en el Instituto de Ciencias Neurológicas de Madrid.
El doctor Mario Alonso Puig ha sido invitado a hablar sobre liderazgo, gestión de la incertidumbre, estrés, creatividad, comunicación, salud, bienestar y felicidad en congresos, universidades, hospitales, empresas e instituciones de más de treinta y cinco países en los cinco continentes y es patrono de honor de la Fundación Juegaterapia. En 2012 recibió el premio al mejor comunicador en salud por la ASEDEF. En 2013 ganó el Premio Espasa de Ensayo. En 2014 ganó el Premio Know Square a la trayectoria divulgativa ejemplar. En enero de 2019 recibió el Premio Cubi 2018 Gastronomía Saludable concedido por la FACYRE (Federación de Cocineros y Reposteros de España). En ese mismo año también recibió el Premio Optimistas Comprometidos en la categoría de transformación social. En el año 2023 ha recibido el Premio Cambio16 en la categoría de Cambio de Conciencia. Los Premios Cambio 16 distinguen a personalidades e instituciones que lideran la construcción de un mundo más justo, humano y regenerativo. Con ese propósito, Mario Alonso Puig está convencido de que en todo ser humano hay grandeza y nos proporciona las herramientas para que aflore y nos conduzca a la felicidad.