Por Cambio16 | Efe
09/07/2016
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, cuenta con el apoyo de todos los ‘barones’ para anunciar este sábado ante el Comité Federal que el partido votará en contra de la investidura de Rajoy, aunque sólo sus más afines le animan a que intente gobernar, si el PP fracasa, mientras que los de más peso orgánico le exigen ir a la oposición.
Tras varios días de reuniones en los que Sánchez ha escuchado a catorce secretarios generales, entre ellos a los siete presidentes autonómicos del PSOE, el líder socialista romperá este sábado el silencio que mantiene desde hace trece días para anunciar el no a la investidura de Mariano Rajoy y criticar duramente la «parálisis» de éste y su «estado natural de letargo», según fuentes de su entorno.
En su ronda de conversaciones con los representantes autonómicos Sánchez ha constatado que la posición es «unánime» y que todos «sin excepción» coinciden en la necesidad de votar «no» a la investidura de Rajoy, en el caso de que éste finalmente decida presentarse, «asunto que está por ver», subrayan desde la dirección del PSOE.
Los barones con más peso en el partido, considerados críticos con el secretario general, se oponen con claridad a que éste vuelva a intentar un «gobierno alternativo», en el caso de que Rajoy no consiga más apoyos que los 137 diputados del PP.
En esa idea están la presienta andaluza Susana Díaz, el extremeño Guillermo Fernández Vara, el castellanomanchego Emiliano García-Page, el aragonés Javier Lambán y el valenciano Ximo Puig, mientras que la presidenta de Baleares, Francina Armengol, capitanea el grupo de los que creen que, si Rajoy fracasa en la investidura, debe intentarlo Pedro Sánchez.
Las discrepancias entre ellos han llevado en las últimas horas a que Lambán pidiera disculpas públicamente a Armengol por haberla acusado de tener la «mente alterada por la tramontana», mientras que en defensa de la balear salía esta mañana el líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca: «Será que la tramontana también sopla en Burgos, pero yo creo que si Rajoy vuelve a fracasar Pedro tiene el derecho y el deber de intentarlo por el bien de los españoles».
Armengol y Tudanca, así como la vasca Idoia Mendia, la madrileña Sara Hernández y el líder de los socialistas catalanes Miquel Iceta sostienen con contundencia que «nunca» el PSOE facilitará ni votando a favor ni con su abstención un gobierno del PP. «El PSOE no se abstendrá ni antes ni ahora ni durante ni después», sostienen.
Frente a ellos, el extremeño Fernández Vara apunta a que, si Rajoy ofrece una negociación a los socialistas avalado por un acuerdo previo con Ciudadanos y Coalición Canarias que sumaría 170 diputados, el PSOE «estará a la altura de la historia general de España».
«El PSOE irá a resolver problemas cuando Rajoy sea activo, no diletante». «Lo que no se nos puede pedir es que eso (la abstención para evitar terceras elecciones) sea el primer plato», ha dicho hoy tras su reunión con Sánchez.
García-Page coincide en que el no del PSOE a la investidura de Rajoy debe ser «un no claro ahora y en un futuro inmediato», pero que «nunca hay nada definitivo en la vida».
También es de los que defienden que su partido tiene la «obligación de encabezar la oposición y construir una alternativa».
Entretanto, Susana Díaz se ha remitido a la opinión que dio la semana pasada sobre que el PSOE debe estar en la oposición y «no ser cómplice» de un gobierno del PP, tras su reunión de menos de veinte minutos con Sánchez, la más corta de todas.
«Mi opinión ya la conocen, yo he venido a escuchar al secretario general y lo que él tenga que contar lo contará cuando estime adecuado, hoy o mañana», se ha escapado Díaz a la salida del encuentro.
Tampoco el presidente asturiano, Javier Fernández, ha querido compartir sus impresiones: «Lo que le he dicho al secretario general, se queda para el secretario general», ha justificado.
Entre el debate sobre la gobernabilidad, algunos miembros del Comité Federal, como Javier Lambán, recordarán este sábado que los socialistas tienen todavía pendiente, a pesar de haber celebrado seis comités federales desde las elecciones de diciembre, analizar las causas de la desafección ciudadana que les ha llevado a perder la mitad de sus diputados en cinco años -de 169 a 85-.