Por Andrés Tovar
19/11/2016
«Cariño, llegó el repartidor con la compra… y el cajero automático»
Una empresa de comestibles y un banco privado en la India se han unido para hacer frente a la contracción del dinero en efectivo en el país asiático
Junto con otras opciones, Grofers -una cadena de venta de comestibles de la ciudad india de Gurugram-, a través de una alianza con el quinto mayor prestamista privado de la India, el Yes Bank, suministrará ahora incluso billetes de curso legal a sus clientes.
«Los repartidores de Grofers llevarán a máquinas de punto de venta (impulsado por el Yes Bank), donde los clientes pueden pasar e incluso obtener dinero en efectivo dentro de la comodidad de sus hogares, pues funcionan como un cajero automático» describe en un comunicado Ashneer Grover, director financiero de Grofers. Los clientes deberán hacer pedidos por un monto igual o mayor a las 2.000 rupias para utilizar este servicio, y pueden retirar hasta el mismo monto. A partir de ahora, el servicio se ofrecerá en Mumbai, Gurugram y Bangalore.
Este es sólo una de las iniciativas que comienzan a emerger en India, la tercera mayor economía de Asia, que se ha enfrentado a una crisis de liquidez severa desde el gobierno. A comienzos de noviembre, el presidente de ese país, Narendra Modi, anunció su decisión de desmonetizar el país sacando de circulación los billetes de 500 y 1,000 rupias, las cuales representaban alrededor del 86% del efectivo en circulación.
Durante las últimas cinco semanas, millones de indios han estado haciendo filas fuera de los bancos y cajeros automáticos para retirar dinero-las cuales a veces se extienden más allá de dos kilómetros-. Según los informes, unas 70 personas han muerto debido a razones directa o indirectamente relacionados con la desmonetización.
Grofers no es la única empresa que está aprovechando la situación a su favor. Por ejemplo, el minorista más grande de la India, Future Group, ha permitido retirar dinero en efectivo de hasta 2.000 rupias a través de sus tiendas a través de pagos con tarjetas de débito en sus mostradores de caja, cobrando un porcentaje por la operación.
«Esta es una buena jugada de los minoristas para impulsar sus ganancias» dice Arvind Singhal, presidente de la consultora minorista Technopak, a The Economic Times . «Los consumidores, que pueden no estar de ánimo para ir de compras, pueden entrar en una tienda para retirar dinero y terminar comprando algo».
El caso Venezuela
Pero una visión más oscura del fenómeno de la desmonetización se está viviendo actualmente en Venezuela. Los economistas predicen una nueva crisis monetaria que hará que la situación sea aún más grave. Hace una semana, el presidente Nicolás Maduro anunció la salida de circulación de los billetes de 100 bolívares –que tenían un valor casi ridículo en la economía y cerró sus fronteras con Colombia para frustrar lo que llamó el “acaparamiento de la mafia” del dinero de Venezuela.
Igualmente estableció un plazo de 72 horas para entregar los billetes de 100 a los bancos, diciendo que (se suponía) iban a ser reemplazados por nuevos billetes de un recién anunciado nuevo cono monetario (que emitiría notas de 500 hasta 2.000 bolívares). Sin embargo, los nuevos billetes de alta denominación se han retrasado, y los bancos se han quedado sin los billetes más pequeños, mientras que los mercados, conductores de autobuses y taxis dejaron de aceptar los billetes de 100 bolívares. Las gestiones de la población en los cajeros automáticos han sido completamente inútiles, estos también se quedaron sin dinero y, los que corrieron con suerte, sólo pudieron retirar un máximo de 2000 bolívares, un poco menos de 190 euros.
Sobre el tema de las mafias, el ministro de Interior venezolano, Néstor Reverol, tiene lo que el Washington Post ha denominado una “teoría de la conspiración extraña y extravagante” para justificar la estrategia de desmonetización del gobierno. Según Reverol, más de 300 millones de billetes de la mayor denominación de Venezuela han sido transportados fuera del país en los últimos meses. Enormes fajos de billetes de 100 bolívares, dice el funcionario, ahora se sientan en los almacenes de toda Europa central y oriental –Polonia, Ucrania, Suiza, Alemania, la República Checa, Macedonia -. Todo forma parte de un diagrama desviado urdido por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. “Funcionarios estadounidenses –ha dicho el ministro-, han estado colaborando con los sindicatos internacionales del crimen para el acopio de los billetes, y los EEUU tiene la intención de comprar la moneda con dólares, pero sólo una vez que el régimen venezolano haya sido derrocado”.
Independientemente de estos cuentos, la medida del gobierno asegurará que en un futuro Venezuela requiera varias medidas brutales, ninguna propensa a ganar la aprobación popular o política.
Al igual que en India, las cadenas minoristas han aprovechado la situación para hacer negocios. Farmatodo y Locatel, las dos más importantes empresas de venta de medicamentos en el país y que tienen un modelo de «tienda de conveniencia», permiten retirar dinero en efectivo de hasta 2.000 bolívares a través de sus tiendas a través de pagos con tarjetas de débito en sus mostradores de caja, cobrando un porcentaje por la operación. Cabe destacar que son las únicas empresas autorizadas por el gobierno venezolano que pueden hacerlo.
Pero además otra opción está emergiendo en el país caribeño, el Bitcoin. La moneda virtual, que hasta hace poco era prácticamente desconocida en Venezuela, se está posicionando como una alternativa para paliar la grave crisis e incertidumbre que se generó en el país por la salida del billete de 100 bolívares y la escasez de efectivo.
Según el portal británico The Guardian, muchos venezolanos están interesándose por esta tecnología financiera ante la bondad de no estar regida por el control del Estado y efectúan transacciones para comprar alimentos, medicinas y pagarles a sus trabajadores.
A diferencia de otros métodos de pago en línea, el Bitcoin no necesita intermediarios para comprar, vender o enviar. Los venezolanos necesitan solamente un teléfono, computadora o un servicio de monedero en línea para guardar bitcoins que pueden cambiar en el mercado negro de divisas.
No hay estadísticas oficiales que revelen el número de usuarios de bitcoin en el país, pero de acuerdo con el portal Surbitcoin -una plataforma que permite a los venezolanos comprar y vender bitcoins a cambio de bolívares- el número de usuarios ha ascendido de 450 en agosto de 2014 a más de 85.000 en noviembre de 2016.
El ejemplo de África
En general, los africanos no utilizan cuentas bancarias tradicionales, sobre todo en zonas rurales. Pero, en cuanto al fenómeno móvil, se puede afirmar que ha tenido buena aceptación. Por su parte, el acceso a internet móvil y las nuevas formas de pago también se han generalizado con rapidez, lo que genera ánimo de explotación entre las grandes compañías financieras.
Visa y Airtel se acaban de asociar para ofrecer servicios de pagos móviles en siete países africanos. Los suscriptores de Airtel podrán utilizar su cuenta de Airtel Money para hacer pagos online en tiendas que acepten este modo de pago, además de retirar dinero y realizar pagos con su tarjeta Airtel Money Visa, vinculada al móvil. El sistema servirá también en cajeros automáticos y permitirá hacer micropagos, transferencias de fondos o compras de paquetes de Internet prepago.
Ambas compañías ya ofrecen esta tarjeta en Kenia, pero ahora pretenden llevarla a Gabón, Ghana, Madagascar, Ruanda, Seychelles y Tanzania.
Por su parte, MasterCard anunció un acuerdo con la compañía de banca móvil y servicios de pago panafricanos eTranzact, que pondrá servicios de envío internacionales de dinero a disposición de los consumidores en Nigeria.
Los giros internacionales se recibirán de carteras móviles de dinero y cuentas de bancos seleccionados a través de HomeSend, una empresa conjunta de Mastercard, eServGlobal y BICS.
HomeSend es un servicio B2B abierto que permite realizar transferencias entre usuarios finales desde diferentes proveedores de servicios de pago. Ofrece una plataforma de mensajería de transferencias de dinero que procesa las transacciones en tiempo real y una interfaz con el sistema de pago de los proveedores de los servicios de envío y recepción. ETranzact tiene operaciones en Nigeria, Ghana, Kenia, Zimbabue, Sudáfrica, Costa de Marfil y Reino Unido.
La seguridad y el futuro
Muchas son las interrogantes que surgen tras estas experiencias. Sabemos que poco a poco, algunas de las cosas tangibles de este mundo pasarán a ser digitales y, se quiera o no, una de ellas será el dinero. Las impresiones en papel no tienen ningún otro valor más allá del que se les da. Un billete es, en esencia, un papel. Lo que vale es el valor que hay detrás y, si lo que verdaderamente importa es el valor, el objeto puede variar.
Sin embargo, esto genera retos para los que, quizás, la humanidad no esté preparada: la seguridad cibernética.
Precisamente, este tema se ha convertido en preocupación, luego de ataques de hackers a bancos, afirma el artículo de International Business Times, titulado “Are Banks Vulnerable To Cyberattack? Swift Network Warning Commercial, Central Banks Hackers Are Refining Tools; Threat Is Here To Stay”.
Como se mencionó, pasar del dinero físico al digital tiene sus beneficios. Por ejemplo, se dejaría de hacer transferencias presenciales y se podría hacer pagos de manera lejana con una simple aplicación. Además, se dejaría de correr el riesgo de andar con grandes cantidades de dinero físico por la calle.
Sin embargo, estos beneficios no están exentos de problemas.
Principalmente, el tema de la seguridad es lo que más preocupa. Buena parte de la existencia de los procesos presenciales se debe a que, de esa forma, el banco se asegura que la persona que va a hacer el trámite es quien dice ser. Además, utilizar solo dinero digital haría que toda la culpa y responsabilidad sobre el dinero de los clientes recaiga en los bancos. En cambio, el hecho de que los clientes saquen dinero de un cajero, transfiere la responsabilidad del banco al cliente.
El problema con este último punto es que, actualmente, los bancos son vulnerables a cualquier tipo de ataque por parte de hackers. El año pasado se robaron USD 81 millones del banco central de Bangladesh y una entidad vinculada al sector financiero ha emitido un comunicado en el cual se informa que los bancos siguen vulnerables internacionalmente a esta clase de ataques.
Es imposible soñar con un futuro en el cual el dinero físico no exista sin una mejora considerable en la seguridad cibernética de los bancos, ya que están expuestos a cualquier cantidad de ataques. Mientras tanto, todas las iniciativas serán solo asuntos de contingencia.