Una de las peores tragedias humanas en la historia reciente, relacionada con una secta, quedó registrada en el bosque de Shakahola en el este de Kenia. El doloroso episodio deja hasta el momento, 95 muertos de los seguidores de la Iglesia Good News International, cuyos cuerpos yacían en fosas comunes poco profundas, revelaron las autoridades. Mientras los supervivientes presentan rostros desencajados y relatos absurdos.
El hallazgo de este cúmulo de tumbas tiene en estado de shock al país africano. La cara visible de ese siniestro masivo es la de Paul Mackenzie. Líder de esa secta keniana que arengaba a sus adeptos a morirse de hambre para ser los primeros en ir al cielo, señalaron familiares de las víctimas. Mackenzie los convenció que el mundo se acabaría el 15 de abril.
Las autoridades de Kenia recuperaron 81 cuerpos de las tumbas el viernes 21. Otros 9 miembros de la secta fueron encontrados vivos fallecieron luego por inanición y deshidratación, entre otras causas, según personal del hospital en la ciudad de Malindi.
Un dramático evento en el que el número de víctimas puede aumentar mucho más. La Cruz Roja de Kenia informó a Reuters que más de 300 personas han sido reportadas como desaparecidas.
Paul Mackenzie está bajo custodia policial junto con otros catorce miembros de la secta. Todos se niega a comer y beber. “Les dijo que se mataran de hambre antes del fin del mundo el 15 de abril, diciendo que él sería el último y que cerraría las puertas”, comentó Stephen Mwiti, cuya esposa y seis hijos se unieron al culto y teme que estén muertos.
Además, Mwiti recordó que un miembro de la secta había sido expulsado por beber agua durante el ayuno colectivo.
Una secta que conmociona a Kenia
Las fuerzas de seguridad continúan desentrañando el bosque de Shakahola, delimitando las tumbas con cinta amarilla y arrastrando bolsas blancas con los cuerpos de las víctimas.
Paul Mackenzie Nthenge promovía entre sus fieles el ayuno extremo para «conocer a Jesús». Tras trabajar durante años como taxista, el líder del grupo, se convirtió en pastor hace dos décadas. Él mismo se entregó a la policía y comparecerá ante la justicia el próximo 2 de mayo, reseñó AFP. Inclusive podría ser acusado de terrorismo, según las autoridades.
El presidente de Kenia, William Ruto, anunció que tomaría medidas contundentes contra los movimientos religiosos «turbios». «Los terroristas utilizan la religión para promover sus atroces actos. Personas como Mackenzie utilizan la religión para hacer exactamente lo mismo», afirmó.
Su ministro de Interior, Kithure Kindiki, se desplazó a la zona y advirtió que se temía que el número de víctimas subiera. «No sabemos cuántas fosas comunes encontraremos», confesó.
Mackenzie, según informa el periódico local The Nation, fundó su iglesia en 2003 y trató de crear sucursales en varias ciudades del país. Se calcula que logró atraer a unos 3.000 devotos. En 2017, fue detenido por incitar a los niños a no ir al colegio porque la Biblia, aseguraba, no reconoce la educación. Casi un centenar de niños fueron rescatados dentro de las instalaciones de la iglesia Good News International.
La Iglesia fue clausurada. Y evacuaron a más de 100 personas que se encontraban atrincheradas en el recintos y deberán declarar. El diario reveló que, en 2018, una parlamentaria de Malindi denunció que Mackenzie estaba dando sobornos a la policía para evitar que las autoridades cerraran su iglesia, recogió El Mundo.
Relatos de sobrevivientes y autoridades
Cuando la policía estaba en el bosque de Shakahola –donde encontraron objetos personales y de higiene, ropa y varias biblias– también halló a un hombre identificado como Zablon Mwana, que afirma ser pastor. Se sospecha que era uno de los colaboradores del líder de la secta en Kenia.
«Estaba convencido de que era el elegido para encontrarnos con Jesús. ¿Quién eres tú para cambiar nuestras creencias? ¿No tenemos derecho a creer en lo que queramos?», preguntó Zablon. Él no estaba cumpliendo con el ayuno extremo que ha matado a decenas de personas.
Mientras tanto, la morgue del hospital local de Malindi está colapsada por la llegada de cuerpos, refirió Said Ali, responsable del centro sanitario. Las excavaciones en el bosque podrían detenerse ya que los funcionarios de la policía necesitan más tiempo para realizar las autopsias. Muchos de los cuerpos están en un avanzado estado de descomposición y no hay lugar donde guardar los cadáveres.
Hussein Khalid, director de la ONG Haki Africa, dijo a la BBC que hasta el momento, hay entre14 a 60 fosas comunes en las que la policía no ha excavado. «El olor es insoportable», confió.
Algunos sobrevivientes se resisten a ser trasladados al hospital. Están convencidos de que el pastor les contará sobre el fin del mundo. La mayoría cree que Mackenzie está aislado dentro del bosque Shakahola de unas 323 hectáreas y continúa ayunando.
Mientras tanto, las autoridades continúan con las investigaciones.
«Cada día que pasa hay muchas posibilidades de que mueran otras personas», advierte Jalid, director de una de las organizaciones que primero alertaron a la policía de los decesos.
El fiscal Noordin Haji emitió la orden a quienes participan en el proceso investigativo de identificar los bienes de los sospechosos para proceder con la confiscación y decomiso.
Otras tragedias recientes por cultos
La web de la Iglesia Good News International señala que su objetivo es «nutrir a los fieles de manera integral en todos los asuntos de la espiritualidad cristiana. Mientras nos preparamos para la segunda venida de Jesucristo a través de la enseñanza y el evangelismo».
Mackenzie también lanzó un canal de YouTube en 2017. A través de videos publicados en la plataforma y en las redes sociales advertía a los seguidores contra prácticas «demoníacas», como usar pelucas y manejar dinero.
Dos años más tarde, cerró la iglesia y se mudó a la tranquila ciudad de Shakahola, y le dijo al periódico The Nation que «recibió la revelación de que había llegado el momento de dejarlo todo».
Además de este caso de secta en Kenia, ha habido otros más mortíferos relacionados con el culto en la historia reciente. En el recuento de Reuters está el de Ugandaen marzo de 2000. Un culto del fin del mundo. El Movimiento para la Restauración de los Diez Mandamientos, quema vivos a casi 800 seguidores en una iglesia cerrada después de que su predicción de que el mundo terminaría a principios de 2000 no se hizo realidad.
En marzo de 1997, en Estados Unidos, treinta y nueve miembros del culto Heaven’s Gate se suicidan en un suburbio de San Diego, California. Coincidiendo con el paso del cometa Hale-Bopp en la creencia de que el evento celestial es el momento en que deben partir de la Tierra.
Asimismo se recuerda el trágico hecho ocurrido en Francia, diciembre de 1995. Los cuerpos carbonizados de 14 miembros de la Orden del Templo Solar, un culto apocalíptico, se encuentran en la remota meseta de Vercors, en el este de Francia. Esto sigue a la muerte de otros 53 miembros del culto en Suiza y Canadá el año anterior.
Cultos de la muerte
El culto Aum Shinrikyo, o Aum Supreme Truth, organizó una serie de crímenes que incluyó ataques simultáneos con gas sarín en los trenes subterráneos de Tokio. Durante la hora pico, matando a 13 personas e hiriendo al menos a 5.800. Esto ocurrió en Japón, marzo de 1995.
Un año atrás, en Suiza y Canadá se registraron incendios misteriosos. En dos aldeas suizas en los que fallecieron 48 miembros de la Orden del Templo Solar; en Quebec, otros cinco. Muchos de los muertos vestían capas negras y rojas y tenían heridas de bala en la cabeza. Los líderes del culto estaban entre los muertos.
Otro de los casos que mayor conmoción causó fue el de Guyana en noviembre de 1978. Más de 900 seguidores del culto del Templo de los Pueblos mueren después de que su líder estadounidense, Jim Jones, les ordena que se envenenen en su autoproclamado cuartel general de Jonestown. Bebiendo una bebida de frutas con cianuro. Los que se niegan son fusilados.