Las altas temperaturas de los últimos doce meses encajan en el escenario más extremo ofrecido por los científicos del clima. Este transitado período inusualmente caliente, ha dejado -además del asombro, indicadores históricos y despliegue en los medios- un impacto brutal en comunidades y regiones enteras. A mayo de 2024, alrededor de 1.500 millones de personas en el mundo soportaron al menos un día en el que el índice de calor superó los 39,4 grados Celsius. El umbral que el Servicio Meteorológico Nacional considera potencialmente peligroso y mortal.
Los organismos especializados y la OMM afirman que, en especial, varios países del sudeste asiático experimentaron temperaturas récord que han dejado muertes y desolación. Los índices de calor alcanzaron un máximo de 53 °C en Iba, Filipinas, el 28 de abril de 2024. La ola de calor se ha atribuido a una combinación de causas: el cambio climático y El Niño.
Estas escaladas en las temperaturas han agudizado la sequía en esa región, causando estragos en vidas, medios de subsistencia y ecosistemas. En Indonesia, las infecciones por dengue aumentaron. En Birmania, el calor exacerbó la crisis humanitaria provocada por la guerra civil en curso.
Muchas agencias gubernamentales han declarado emergencias locales y han recomendado medidas de seguridad para proteger a los residentes del calor. Algunos países han cerrado escuelas y acortado los horarios en los centros de trabajo. Semanas después, en junio, la ola de calor se trasladó y azotó a buena parte del centro y norte de la India.
Tailandia también fue alcanzada por las altas temperaturas. Las autoridades dijeron que 30 personas murieron por insolación en lo que va del año y advirtieron a la gente que evitara las actividades al aire libre.
Inusitada ola de calor en el mundo
En la capital tailandesa, Bangkok, las temperaturas alcanzaron 40,1 °C, despertando las alarmas de sus habitantes. Los meteorólogos informaron sobre un posible «índice de calor» de más de 52 °C que, ante los incrédulos, se hizo realidad. Esta medida refleja cómo se siente la temperatura, teniendo en cuenta los niveles de humedad, un factor importante para la salud humana. Cuando el aire es más húmedo, al cuerpo le resulta más difícil regular su temperatura mediante la sudoración.
En esos primeros cinco meses del año, la abrasiva ola de calor alcanzó a casi una quinta parte de la población global. Los 18 millones de habitantes del área metropolitana de Bangkok se encuentran entre los 111 millones de personas que sufrieron al menos 60 días de calor peligroso en ese lapso, según mostró un análisis de The Washington Post de los registros de las estaciones meteorológicas de más de 14.000 ciudades.
En conjunto, las ciudades incluidas en el estudio albergan a poco menos de la mitad de la población en el mundo, por lo que el número real de personas expuestas al calor peligroso es probablemente mucho mayor.
Además de las regiones del sureste asiático, la población de Europa también se vio muy afectada. El Observatorio Europeo del Clima, Copernicus, anunció que mayo se convirtió en el mes más caluroso registrado hasta la fecha. Marcando un año consecutivo de récords mensuales de temperaturas altas en todo el mundo.
Es importante tomar en cuenta el índice de calor en estos procesos de medición en el mundo. Incluye la temperatura y la humedad para captar mejor las amenazas que el calor representa para la salud humana que la temperatura sola. Expuesta a un índice de calor de 39,4ºC una persona sana probablemente sufrirá calambres y agotamiento, según el Servicio Meteorológico Nacional
Impactos en la salud
«Al corazón realmente no le gusta calentarse», comentó Kristie Ebi, epidemióloga del Centro para la Salud y el Medio Ambiente Global de la Universidad de Washington al Post. Y agregó que aproximadamente la mitad de todas las muertes relacionadas con el calor son causadas por problemas cardiovasculares. Las enfermedades por calor también pueden causar espasmos musculares, mareos, vómitos, dolores de cabeza, confusión, desmayos y pérdida del conocimiento.
Incluso las personas sanas pueden ser víctimas del calor extremo. «Por lo general, las personas no se dan cuenta de que están teniendo problemas con el calor hasta que realmente tienen problemas con el calor», dijo Ebi. »Ves a la gente haciendo actividades en las que hace bastante calor y, de repente, alguien se desploma».
A medida que el calentamiento global ha aumentado las temperaturas, los días con calor peligroso se han vuelto más comunes. Los 76 días de calor peligroso de Bangkok son un récord para esta época del año, según datos meteorológicos que datan de 1979. También es más del doble del promedio de la ciudad. Otras ciudades siguen un patrón similar. Lagos, Nigeria, por ejemplo, se ha enfrentado este año a 13 veces más días de calor de alto riesgo que el promedio.
La investigación recogió que de 150 ciudades con más de 1 millón de habitantes que enfrentan al menos un día de calor peligroso en promedio a finales de mayo. 135 han tenido más días de calor con riesgos a la salud que el promedio este año. Sus efectos pueden desencadenar ataques cardíacos o confusión y empeorar afecciones existentes como enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Más calor, mayores previsiones
Los investigadores han vinculado el aumento de las temperaturas con el patrón climático de El Niño y décadas de emisiones de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono y metano. Proyectan que 2024 podría ser el año más caluroso de la historia, rompiendo el récord establecido el año pasado.
Las proyecciones a largo plazo indican que el calentamiento futuro también conducirá a inviernos más suaves, lo que salvará a la población del rico Norte Global. Pero en los países más cálidos y más pobres, donde la gente tiene menos capacidad para comprar aires acondicionados, el agua es más escasa y la red eléctrica más inestable, el calor del verano se volverá más peligroso.
Sin embargo, hay un lado mórbido y positivo en el alargamiento de la duración de las olas de calor en el mundo. Cuando llega una ola de calor, la mortalidad comienza a aumentar después de aproximadamente 24 horas, ya que las personas que no pueden refrescarse durante la noche comienzan a morir, comentó Ebi. Pero después de cierto punto, la tasa de mortalidad cae. Los más susceptibles a los estragos del calor ya han fallecido, dejando atrás una población más fortificada contra el peligro.
«Un adulto sano puede soportar más días. Puede que no sea agradable, pero, francamente, la gente ha hecho esto durante milenios», recordó Ebi. «Es en las personas que son más susceptibles al calor en quienes debemos pensar. Y a medida que la población envejece y toma más medicamentos recetados, el grupo de personas susceptibles es mucho mayor».