Decenas de organizaciones de protección de la vida silvestre y bienestar animal están enardecidas ante una controvertida propuesta del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE UU de matar cerca de medio millón de búhos barrados para proteger al búho moteado. El planteamiento oficial de sacrificar una especie para proteger a otra en peligro de extinción desata un arduo debate ético y conservacionista. ¿Salvar a qué precio?
Para el común de las personas, el búho barrado -también conocido como lechuzón acollarado o de anteojos- y el búho moteado son casi idénticos. Ambos son de tamaño mediano, de ojos oscuros con moticas marrones y blancas. La diferencia mayor radica en que el búho barrado se ve comúnmente en los árboles durante el día y poco a poco ha eliminado al búho moteado del norte de la isla Whidbey.
Con la finalidad de revertir la disminución del búho moteado del norte de Washington, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre elaboró una polémica propuesta en noviembre 2023. La de sacrificar casi medio millón de búhos barrados en el estado durante los próximos 30 años para permitir que los moteados puedan reproducirse y expandirse. Esa instancia está ahora en el proceso de finalizar un estudio de impacto ambiental.
El planteamiento ha acaparado la atención en los últimos días después de que 75 organizaciones de protección de la fauna y el bienestar animal firmaran una carta oponiéndose al plan. Pidieron a la Secretaria de Interior, Deb Haaland, a desecharla por ser «temeraria».
«Las acciones de gestión no letales para proteger a los búhos moteados y sus hábitats deberían ser la acción prioritaria», indicaron.
¿Cómo matar búhos en EE UU?
Los búhos barrados son nativos del este de las Grandes Llanuras y del sur de la frontera entre EE UU y Canadá. Los asentamientos europeos, la extinción de incendios, la extirpación de bisontes y castores y la sobreexplotación de ciervos y alces hicieron crecer el hábitat forestal, lo que permitió la expansión occidental del búho barrado.
Pero el Servicio dice que si no se toman medidas para eliminar la población de búhos barrados, el búho moteado del norte de EE UU corre peligro de extinción. Afirma que el búho barrado está desplazando a su pariente menos agresivo en los estados del noroeste. Y para garantizar la supervivencia del búho moteado, una especie amenazada, propone la eliminación masiva de más de 470.000 búhos barrados en California, Washington y Oregón durante un lapso de tres décadas.
Los defensores de los derechos de los animales dicen que la propuesta es insostenible. Wayne Pacelle, presidente del Centro para una Economía Humana y su brazo de cabildeo, Animal Wellness Action, coautor de la carta, calificó el plan de «inviable». Sostuvo que es dudoso que el plan del gobierno pueda ejecutarse con éxito en un período tan largo.
«Si no lo haces diligente y religiosamente cada año durante 30 años, no tienes posibilidades de tener éxito», señaló Pacelle a NPR.
El búho moteado del norte, nativo del noroeste del Pacífico, ha experimentado una disminución del 80% en su área de distribución en las últimas dos décadas como resultado directo de la expansión humana y del búho barrado. Los búhos moteados del norte llegaron a la lista de especies en peligro de extinción del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Washington en 1988. Y en 1990 fueron incluidos como amenazados según la Ley de Especies en Peligro de Extinción.
Barrados o moteados, el dilema
Un informe del departamento señala que a este ritmo, dentro de 10 años el número de búhos moteados del norte puede disminuir tanto que ya no desempeñarán un papel activo en el ecosistema.
El búho barrado y el búho moteado del norte encajan en diferentes nichos ecológicos. Permitir que el búho barrado no nativo domine al búho moteado nativo del norte no resulta en un impacto ecológico igual.
Sólo ha habido dos avistamientos creíbles de búhos moteados del norte en la isla Whidbey en los últimos 35 años, precisó Steven Ellis, ex presidente de la Sociedad Whidbey Audubon. Mientras que la población de búhos barrados ocupa el segundo lugar después del búho real.
Los búhos barrados también han eliminado a los búhos chillones occidentales y han reducido el número de búhos sierra del norte, añadió. Además, han devastado las poblaciones de salamandras del noroeste y ranas de patas rojas, entre otras.
«Una vez que esas especies desaparezcan, desaparecerán para siempre», afirmó. «Queda por ver qué pasará con los humedales cuando se eliminen esos principales depredadores».
¿Es necesaria la eliminación letal de los búhos barrados cuando el desarrollo humano es al menos la mitad del problema? Marnie Jackson, directora ejecutiva de Whidbey Environmental Action Network, dijo que no.
«En general, cuando los humanos intentan rectificar un problema ecológico causado por la actividad humana, las consecuencias suelen ser impredecibles. Y a menudo, no deseadas», dijo. «Sacrificar búhos para asegurar los búhos moteados sería mucho menos efectivo que salvaguardar cada bosque maduro restante para que ese hábitat pueda perdurar y sustentar a las generaciones de animales venideras».
Jackson aconseja revisar la administración de las tierras de propiedad pública en lugar de matar búhos.
En apoyo a la propuesta
Cameron Barrows, investigador emérito retirado del Centro de Biología de la Conservación de la Universidad de California-Riverside, comentó que sin una estrategia de gestión del búho rayado, los búhos moteados desaparecerán. «Si no se hace nada para frenar la invasión de los búhos barrados, se perderán los búhos moteados», afirmó.
Una organización conservacionista de Washington también apoya la acción propuesta. Birds Connect Seattle publicó una carta en enero citando «prevenir la extinción» como una de sus prioridades.
«No estamos celebrando este plan de gestión al brindar nuestro apoyo», dijo Claire Catania, directora ejecutiva de Birds Connect Seattle. Pero, dice, su organización reconoce su necesidad.
Los expertos en conservación que apoyan la propuesta argumentan que es un plan difícil pero necesario que ayudará a resolver un problema que los humanos ayudaron a crear.
El búho barrado, originario del este de Estados Unidos, surgió como otra amenaza a medida que avanzaba hacia el oeste, invadiendo el territorio del búho moteado. La destrucción del hábitat provocada por los humanos impulsó a los búhos barrados a expandirse por todo EE UU, advierte Catania. Desde entonces, su traslado hacia el oeste ha desplazado a sus «primos más pequeños y menos agresivos».