Los microplásticos y los nanoplásticos están en todas partes, incluso dentro de nosotros. Flotando en el mar o en sus profundidades, en vertederos a cielo abierto o en lugares inimaginables, son arrastrados por el aire e impregnados en los peces y alimentos. Un documento de la Unep precisa que una persona promedio inhala e ingiere alrededor de 163.000 partículas de microplásticos por año. La cifra es gigantesca y crece cada día.
La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, elaboró un grueso informe y lo sometió a debate de países y organismos ambientales. Señala que en el mundo, se compran un millón de botellas de plástico cada minuto, mientras que cada año se utilizan hasta cinco billones de bolsas de plástico. En total, la mitad de todo el plástico producido está diseñado para usarlo una vez y desecharlo.
El informe destaca que el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos. Y advierte que, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán. Con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Esto significa alrededor de 50 kg de plástico por metro de costa en todo el mundo.
En consecuencia, todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos, hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos de intoxicación. Trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales, los manglares y los pastos marinos además están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz.
El ser humano, causante de esos desmanes en la naturaleza, también es víctima, en forma directa o indirecta.
Consumo de microplásticos por persona
El cuerpo humano es vulnerable a la contaminación que generan los residuos plásticos en las fuentes de agua. Dice el documento que podría causar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer. Los plásticos son ingeridos a través de los productos del mar, bebidas e incluso la sal común. Pero también penetran en la piel y pueden ser inhalados cuando están suspendidos en el aire.
La ingesta e inhalación anual de microplásticos por parte de un adulto o persona promedio depende de la edad y el sexo. Aumentando de 51.000 a 73.000 partículas cuando se considera la inhalación. Y unos 90.000 partículas de microsplásticos al año por ingesta (alimentos y bebidas) para un total de 163.000 o más, refiere el texto.
Cualquier exposición de fuentes marinas es por lo tanto, más probable que sea a través de la ingestión de pescados y mariscos en lugar de la inhalación de microplásticos suspendidos en el aire. O penetración de plástico nanopartículas a través de la piel. Aunque tal exposición puede ocurrir en el caso de personas que manipulan desechos de playa.
Los microplásticos que se consumen también se originan a partir de la erosión y fragmentación de plásticos de mayor tamaño, neumáticos, ropa o pintura. O proceden directamente de diversos artículos como productos medicinales y de higiene (detergentes, geles, pastas de dientes…) o cosméticos. Sin embargo, el conocimiento sobre estos riesgos para la salud es muy reducido. Y faltan datos claves a la hora de valorar el peligro de estos elementos casi omnipresentes en la naturaleza.
Estudios in vitro como en roedores muestran que estas partículas tienen la capacidad de producir diversos efectos biológicos. Como daño celular, estrés oxidativo, secreción de citocinas, inflamación, reacciones inmunitarias, daño al DNA o neurotoxicidad.
Microplasticos en tejido pulmonar
Un nuevo estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, encontró contaminación por microplásticos en las profundidades del tejido pulmonar de humanos vivos por primera vez.
«Anteriormente se han encontrado microplásticos en muestras de autopsias de cadáveres humanos», dijo la autora principal, Laura Sadofsky. Profesora titular de medicina respiratoria en la Facultad de Medicina de Hull York. “Este es el primer estudio sólido que muestra microplásticos en los pulmones de personas vivas”.
La investigación utilizó muestras de tejido pulmonar de pacientes vivos que se sometían a procedimientos quirúrgicos como parte de su atención de rutina. Aunque los cirujanos del Hospital Castle Hill en East Yorkshire se aseguraron de enviar al equipo muestras sanas en lugar de las partes reales por las que estaban pasando los pacientes.
De las 13 muestras de pulmón, la asombrosa cantidad de 11 contenía microplásticos, siendo los tipos más comunes piezas de PET, utilizadas para fabricar botellas de bebidas. Polipropileno, utilizado para envases de plástico y tuberías; y resina, a menudo utilizada como adhesivo o sellador.
“No esperábamos encontrar la mayor cantidad de partículas en las regiones inferiores de los pulmones, o partículas del tamaño que encontramos”, dijo Sadofsky. «Es sorprendente ya que las vías respiratorias son más pequeñas en las partes inferiores de los pulmones. Y hubiéramos esperado que partículas de estos tamaños se filtraran o quedaran atrapadas antes de llegar tan profundo».
Curiosamente, las únicas muestras que escaparon a la infiltración de microplásticos procedían de mujeres donantes. El equipo cree que esto podría deberse a que los hombres tienen pulmones más grandes y, por lo tanto, vías respiratorias más grandes. Pero dado el pequeño tamaño del estudio, dicen que se necesita más investigación antes de poder sacar conclusiones firmes.
Dudas con el reciclaje
El informe de la Unep pide una reducción inmediata de los plásticos, por su impacto -en microplásticos y nanoplásticos- para la salud de una persona media y en pacientes pulmonares. Solicita además, el fomento de una transformación en toda la cadena de valor que involucra reforzar las inversiones en sistemas de monitoreo mucho más integrales. A los fines de identificar los orígenes, la escala y el destino del plástico. Así como el desarrollo de un marco de riesgo, que actualmente falta a nivel mundial.
Sugiere también que es necesario un cambio hacia enfoques circulares, incluyendo prácticas sostenibles de consumo y producción. El desarrollo y la adopción rápida de alternativas por parte de las empresas. Y una mayor conciencia del consumidor para propiciar elecciones más responsables.
«Una preocupación importante es el destino de los microplásticos, los aditivos químicos y otros productos fragmentados. Se sabe que son tóxicos y peligrosos para la salud humana, la vida silvestre y los ecosistemas”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
Los autores rechazan la posibilidad de que el reciclaje sea una salida a esta crisis. Y advierten sobre alternativas dañinas a los productos de un solo uso, como los plásticos de base biológica o biodegradables, que actualmente representan una amenaza química similar a los plásticos convencionales.
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