Un grupo de científicos están diseñando una nave espacial con un nuevo concepto de motor de fusión que usa los mismos principios que las erupciones solares para impulsar naves espaciales diez veces más rápido que los motores actuales. Su objetivo es dar paso a la exploración y colonización de todo el sistema solar en tiempo récord. Convertiría a la humanidad en una especie interplanetaria.
Actualmente viajar a Marte toma de seis a siete meses. Es un viaje realmente largo y solo puede hacerse en unas condiciones concretas para que sea realmente rentable. Sin embargo, el nuevo motor podría reducir el tiempo de viaje a un mes y ser mucho más económico, abriendo la posibilidad de no solo ir a Marte, sino recorrer el sistema solar.
Ebrahimi Drive
El motor de fusión de la nave espacial fue ideado por la doctora Fátima Ebrahimi, una científica iraní que estudió en Estados Unidos. Utiliza el principio de reconexión magnética, un fenómeno que ocurre en todo el universo. En la superficie de las estrellas, las líneas de fuertes campos magnéticos convergen para separarse de repente y unirse de nuevo, provocando lenguas de plasma que se disparan a velocidades de 20 a 2.000 kilómetros por segundo, es decir 20.000 kilómetros por hora.
Ebrahimi contó al diario científico Journal of Plasma Physics que llegó a esta idea en 2017. Meditaba sobre las similitudes entre el tubo de escape de un coche y las partículas de alta velocidad creadas en el National Spheric Torus Experiment (NSTX) del laboratorio de Física de Plasma de la Universidad de Princeton en el que trabaja.
El sistema, bautizado como Ebrahimi Drive, utiliza teorías de física de plasma orientadas a generar energía. Aunque todavía no se han podido aplicar, Ebrahimi considera que podrían revolucionar también la energía infinita y limpia basada en el deuterio y el tritio. Por ahora, se podría utilizar para crear un motor, pues solo es necesario que genere impulso. Además, sería sorprendentemente barato de mantener.
Una versión muy distinta
Ebrahimi no es la primera en proponer motores que utilizan plasma para la propulsión. Sin embargo, su versión de nave espacial es bastante diferente a las demás propuestas. Por ahora, la idea es solo una idea muy buena. Falta construir el prototipo que demuestre que el motor funciona como predicen las simulaciones.
La científica y su equipo de la Universidad de Wisconsin también necesitarán financiación. Se da por descontado de que no tendrán problema alguno en conseguirla. Lo más probable es que todas las agencias espaciales del mundo estén en este momento en una carrera para conseguir algo similar que pueda llevar a sus naves a cualquier parte de la galaxia. Recordemos que China, Rusia, Estados Unidos y también los Emiratos Árabes están muy interesados en los viajes espaciales y han puesto recursos en estas nuevas formas de propulsión.
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